Victoria Entre La Justicia Y El Amor

De vuelta a New York, y esta vez en la casa de Antón en la que compartió con su esposa. Con mucho cuidado la llevo a su habitación, ya había dado la orden de cambiar el colchón. Y había solicitado a los empleados que tuvieran todo listo para la llegada de todos.

Después de ducharse se acostó junto a ella quien no había reaccionado todavía, comprendía todo, y para esto necesitaba la ayuda de sus hermanos, aunque no se involucraban en los negocios, la protección de la familia era bastante importante.

Una sola llamada y ellos ya estaban dispuestos a viajar, y enfrentarse a lo que se viniera, los puso al tanto.

Cansado del viaje se acostó a dormir, mil escenarios pasaron por su mente, no quería perder a su hijo ni a su mujer.

- Alexey. - el grito de Victoria lo despertó. - Se lo llevaron con Silvia, a pesar de mis esfuerzos no los pude proteger.

- Cálmate.

- Que me calme, se llevaron a lo más preciado para mí.

- Lo sé, y no se te olvide que estamos hablando también de mi hijo, pero no podemos desesperarnos. Amanda se está buscando información y Paxton debe de venir dentro de dos días.

- ¿Paxton?.

- Te escuché hablar con él, así que lo llamo Amanda.

- Gracias.

- No va a ser fácil, y por lo que escuche del cargamento las cosas se van a volver más peligrosas, mucha gente va a caer muerta o a la cárcel, así que te invito a que te prepares, física y mentalmente.

- Tendré que pelear.

- ¡Si!, No siempre podré estar contigo, tengo trabajo que atender y negocios que hacer.

- Ok.

Victoria no estaba resignada, parecía, pero no lo estaba, tomaba muy en serio las palabras de Antón, sabía que involucrarse con ellos y seguir un pez gordo no era pan comido.

En algo tenía razón, no podía depender de los demás para que la protegieran, sabía manejar armas, pero defensa personal no mucho y combate cuerpo a cuerpo era negada.

Está era una gran oportunidad para demostrarle a todos de lo que ella era capaz y de que nadie se metía con lo mas preciado, si su hijo y su tía estaban en manos de Mijaíl, tenían que actuar rápido pero con mucha cautela.

- Mis hermanos llegan en unos días, ellos te entrenarán, al igual que yo.

- ¿tú?.

- Porque me miras de esa forma, este cuerpo tiene mucho trabajo.

No era el momento, para pensar en tomarla, pero las ganas le ganaban, sentía que no podía forzarla a estar con él, la respetaba mucho.

Los labios de Antón buscaron los de ella, conectándose como la última vez, el calor de sus cuerpos aumento, su aliento se mezclaba con el de Victoria. Él solo quería darle un beso para reconfortarla, pero poco a poco la situación se volvió más y más candente.

El beso ya no era dulce ni tierno, era apasionado, dejando al descubierto las verdaderas intenciones de Antón.

- No quiero obligarte a nada.

- Quiero continuar.

La delicadeza paso a un segundo plano y la hice nuevamente mia, una y otra vez, los sonidos que hacía trataba de contenerlos, pero no lo logro.

A la mañana siguiente, y como era des esperar los empleados se fijaron en su nuevo integrante, todos la miraban con recelo, pensaban que ella era igual a Ela, una mujer sin educación, que los trataba mal, que los humillaría, porque eso hacen las personas que se casan con gente rica y solo buscan posición.

- Buen día, donde puedo preparar el desayuno.

Asombrados por la pregunta de la mujer, lo único que hicieron fue señalar donde se encontraba la cocina, lo que más los sorprendió fue que les cocinará a todos. Era algo de no creer, todos incluido Antón y Amanda se sentaron a desayunar en la mesa.

Victoria no veía el porqué los empleados no podían compartir de vez en cuando todos un desayuno. Aunque Antón no estaba de acuerdo en eso, cada cual tenía su lugar, hoy no iba a decir nada, pero más adelante lo haría.

Y como Antón había dicho dos días después, Paxton y dos hombres bastante guapos se encontraban sentados en el despacho de él, se veía que los dos hombres eran mayores que Antón, en cuanto a Paxton a penas vio a Victoria se lanzó a abrazarla.

- En serio no me voy a acostumbrar a esto, en menos de seis meses has desaparecido muy seguido, y ahora estás con ellos. - Señalando a los hermanos Novikov, no le hacía mucha gracia tenerlos cerca, y mucho menos que ellos fueran los que ayudarían a recuperar a Silvia y a Alexey.

- También te he extrañado. - nuestro momento íntimo estaba incomodando a Antón, que al parecer esas muestras de afecto con otro hombre no le gustaban.

Así que se levantó de su majestuosa silla y se acercó a Victoria colocando sus manos en la cintura, marcando territorio, no solo para Paxton, sino también para sus dos hermanos quienes a penas la vieron quedaron muy encantados con su belleza.

- Dejemos de abrazarnos hay cosas más importantes ahora.

- Así que tú eres la famosa mujer que dejo idiotizado a mi hermanito.

- Zev por favor cállate.

- Y porque tendríamos que callarnos, cuando volviste a Rusia estabas como loco.

- En serio Sergey, tu también deberías de apoyarme.

- Hermanito te apoyamos, pero es que teníamos que desquitarnos, te enamoraste de una mujer en una noche y puedo decir que es una mujer muy hermosa.

- Con un cuerpo, que hasta a mí me enloquece.

- Ustedes dos se van a callar, si no quieren que sus esposas se enteren.

Ambos hermanos cierran la boca, pero no por eso dejan de ver con un poco de deseo a Victoria.

- Entonces hermanito que vamos a hacer, lo que nos contaste no es nada alentador, y al parecer ella está en medio de todo.

- Sí.

- Tenemos que enfrentarnos a Mijaíl él tiene a mi hijo y a la tía de Victoria.

La reunión se extiende hasta ya entrada la madrugada, Paxton tenía información muy buena, nadie tenía conocimiento de ella.