Las gorditas no tenemos derecho a enamorarse.
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Capítulo 21
Después de que se fue Fernando, no dejo de pensar en todo ese amor que sentí por él; hablo en pasado porque ya no siento lo mismo, han pasado muchos meses desde que inicie este duelo de haberlo perdido y soltar todo este sentimiento; es absurdo hablar de esa manera cuando se que nunca fue mío, pero yo si fui completamente de él.
Salgo a la misma hora y voy como siempre al centro comercial, donde el chofer me espera, mientras voy de salida, Mary llama mi atención y dice — Mariana, te acompaño… la miro con una sonrisa y le digo — no es necesario, estoy bien… ella ignora mis palabras me toma del brazo y camina junto a mi.
Al llegar al centro comercial, ella me dice — vamos a la farmacia… la miro extrañada y le digo — estás bien Mary?… ella sonríe y dice — vamos y no preguntes… hago un gesto despectivo y continuo caminando junto a ella.
Cuando entramos a la farmacia ella dice — buenas tardes, me vende una prueba de embarazo, por favor… la miro sorprendida y le digo — Mary, estás embarazada, no lo puedo creer, porque no me habías contado que estabas saliendo con alguien… ella me mira y mientras sonríe dice — no seas boba, es para ti… cuando la escucho casi me da un infarto y le digo — estás loca, claro que no estoy embarazada, estás mal… intento salir de ahí pero ella me detiene, paga la prueba y me lleva del brazo hacia el baño.
Estando allí, ella dice — Mariana tienes todos los síntomas de un embarazo, al menos que me digas que tienes tú regla y que no has tenido sexo en estas últimas semanas, si es así no insistiré más… la miro con miedo y se me llenan los ojos de lágrimas, porque no podía negarle nada de lo que me había dicho; y tengo mucho miedo, si esa prueba sale positiva, un hijo del demonio en este momento sería la peor noticia para mi.
La miro asustada y le digo — Mary tengo mucho miedo… ella me abraza y dice — no tienes que contarme nada, así como nunca te he hecho hablar sobre tu vida todos estos días, no lo haré hoy, confía en mi Mariana yo estaré contigo… mis manos están temblando, mi corazón palpita con fuerza y mis lágrimas al escuchar a Mary se desbordan por mis mejillas. Tomo la prueba y entro al baño; pasados 3 minutos, los más largos de toda mi vida, le digo a Mary que sea ella quien la vea primero.
Mientras Mary levanta la prueba, cierro lo ojos con fuerza y después de uno segundos digo — dime que es negativa por favor… ella pone una expresión seria y dice — lo siento Mariana, no poder decirte eso, porque mira… me muestra la prueba que decía “embarazada 1-2” siento como mi cuerpo se desploma y no aguanto las ganas de llorar, estoy tan conmocionada por esa noticia, que no puedo dejar de llorar, Mary se sienta en el piso junto a mi y en silencio me acompaña.
Después de unos largos minutos, me levanto y digo — por favor Mary guarda este secreto, por favor… ella afirma con la cabeza y reponde — sabes que cuentas conmigo… la abrazo tan fuerte que ella dice — Mariana, no se por todo lo que has tenido que pasar, pero ya no estás sola, cuentas conmigo… me retiro, me limpio las lágrimas y repondo — muchas gracias Mary, nadie se había preocupado por mi como tú, jamás me hubiese hecho esta prueba ni me hubiese enterado de este embarazo sin ti… ella me toma de las manos y dice — cuando te sientas lista puedes hablar conmigo… afirmó y digo — gracias… tomo la prueba la guardo en mi bolso y salgo del baño.