una misteriosa casa donde constantemente desaparecen las personas que entran en su interior.
Sara es una joven introvertida. a la que constantemente molestan sus compañeros de clases. un día, cuando camina sola de regreso a casa. se encuentra con un grupo de chicos que la llevan hasta la misteriosa casa del bosque donde como una broma. la hacen entrar para ver si es capaz de volver a salir.
ella y otro dos chicos se aventuran dentro de la casa. para descubrir que paso en realidad con todas esas personas que desaparecieron allí.
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Capitulo 21: confusos sentimientos
Nathan cruzo la puerta, listo para enfrentar a quien se le atravesara en medio. Vio todo el lugar, buscando algo en que descargar su ira, pero a diferencia de la habitación anterior. Está se veía muy tranquila.
Camino por el lugar, sin bajar la guardia. Se trataba de un jardín de cerezos.
Nathan recorrió un largo trecho en varias direcciones, asegurándose de que realmente estaba solo. Y cuando pudo verificar que su vida no corría peligro. Se sentó tranquilamente, bajo uno de esos árboles, soltando todas las cosas que había conseguido reunir durante su huida de la habitación anterior.
Cerro los ojos, inclinando la cabeza tratando de ponerse cómodo para dormir un poco, de repente, una dulce melodía comenzó a sonar, alertándolo de que posiblemente no se encontraba solo como había supuesto.
Abrió los ojos, encontrándose de frente con una hermosa joven, que lo miraba con curiosidad.
Nathan saltó lejos de ella, asustado y también un tanto impactado por el brillo de su mirada.
Era una joven de piel morena, cabello largo y rizado. Con ojos grandes, azules, profundos como el mar azul. Nathan se había quedado paralizado. Su estómago se revolvió de una manera agradable.
- hola - susurro. Encontrándose con que, se había olvidado de la mayor parte de su vocabulario. Se sentía nervioso y emocionado. Quería impresionarla, pero temía que si abría la boca por más de un segundo, terminaría diciendo cosas sin sentido.
- ¿quién eres? - pregunto la chica, con una voz tan melodiosa, que logro aturdirlo aún más - ¿cómo entraste aquí? - la chica estaba asustada, pero trato de no demostrarlo.
- Nathan, un placer - tendió su mano hacia ella, ansioso por hacer contacto físico, pero la joven solo lo miró sin atreverse a tomar su mano.
- ¿y como encontraste este lugar? - volvió a preguntar ella.
- pues... supongo que, por coincidencia - explicó el chico, recordando brevemente la habitación anterior. Dónde casi muere a manos de un juguete poseído.
- ¿coincidencia? - la chica dudo un poco de él.
- si, coincidencia - Nathan trato de acercarse un poco más a ella, pero la chica no dejaba de retroceder. Así que continuo hablando para tratar de ganarse su confianza. - en la habitación anterior tuve la opción de entrar por varias puertas. Pero, como cosa del destino, termine en este lugar y no en cualquier otro. - una sonrisa se dibuja en su rostro.
Nathan está feliz, por terminar allí - ahora que ya te conté cómo llegué a este lugar, por qué no me dice tu nombre. Yo te he dado el mío - insistió.
- si supongo que si - la chica aún se veía insegura y Nathan solo deseaba conocerla, aunque fuera un poco. Era la primera vez en su vida que se fijaba en una chica y le resultaba extraño - soy Lilith, mucho gusto.
Por fin la chica le tendió la mano y Nathan ansioso como estaba, se apresuró a tomarla y estuvo a punto de caer - el gusto es mío.
Nathan se comportaba de manera tan torpe, que lilith no podía evitar preguntarse, si aquel joven tan alto, le tenía miedo. - bien, ahora que ya nos conocemos formalmente, cuéntame, ¿cómo llegaste tú aquí? ¿Y ya sabes dónde está la siguiente puerta?
- la verdad, es que yo llegue en el vientre de mi madre - contó la chica mirando hacia otro lugar.
-¿cómo dices? - Nathan la miró con cara de confusión
- mi madre, fue ella quien entró a esta casa hace mucho tiempo - la niña pareció perderse en sus recuerdos - estaba embarazada de mí cuando llegó a aquí sabes.
>> trato por todos los medios de salir de esta casa, pero, al final cuando nací, ella decidió que no quería arriesgarse a que algo me pasará. Simplemente, se quedó por mi bien.
- ¿quieres decir? Que nunca has salido de esta casa - Nathan no podía imaginar, como era posible que la madre de la chica, aún no se la hubiese llevado de aquel lugar tan horrible.
Pensó para sí mismo, que sería el quién la sacaría de allí. Pero de repente la chica comenzó a llorar en silencio.
- ¿qué ocurre? - la miró con pánico, pensando que había hecho algo para molestarla.
- no es nada, yo solo... Recordé algo triste es todo - Lilith había vivido en ese lugar toda su vida, pero únicamente había podido compartir siete años con su madre.
Ya que al verla más grande y fuerte, su madre había decidido, que ya era hora de abandonar definitivamente la casa, pero en cuanto ambas intentaron cruzar la puerta juntas, Lilith, no pudo hacerlo. porque una barrera mágica le impidió salir de la habitación.
Su madre desapareció ese día y desde entonces Lilith había permanecido en esa habitación, esperando el momento en el que su madre regresara a buscarla.
Pero, eso nunca pasó.
Nathan la miraba preocupado, Lilith llevaba mucho tiempo sin decir una palabra. El chico estiró la mano para tocar su hombro, pero el sonido de una puerta siendo azotada lo hizo girar la mirada
Emma apareció por la misma puerta por la que el había llegado antes, tenía una expresión seria en el rostro y múltiples arañazos por todo el cuerpo.
- Nathan - sus miradas se encontraron y emma sonrió, mientras corría hacia él.
Los amigos intercambiaron abrazos y uno que otro beso en la mejilla. Feliz de encontrar vivo al otro.
Lilith los observo en silencio, avergonzada por semejante escena.
- Nathan, que bueno que te encuentras bien, estaba muy preocupada - dijo emma sin dejar de abrazar a su amigo. Nathan se sintió un poco avergonzado, pues se había olvidó de su amiga, tras conocer a Lilith.
- si, yo igual - dijo para sentirse un poquito mejor - por cierto, encontre a otra persona atrapada en este lugar - dijo emocionado, queriendo presentarle a Lilith
- ¿de verdad? - Emma miró a todos lados, pero allí no había nadie más que ellos.
- sí, es hermosa y muy amable - Nathan busco a Lilith con la mirada y se sorprendió de no verla allí - pero. ¿A dónde se fue?
comenzaron a buscarla por todas partes, pero sin éxito.
- ¿y que tal si ya se fue? - pregunto Emma cuando ya llevaban un tiempo considerable buscándola - quizás ella, encontró la puerta y se marchó - dijo sin prestar demasiada atencion a la expresion de miedo y tristeza que se comenzaba a formar en el rostro de Nathan
- No. Ella no haría eso - Nathan se sintió abandonado, en cuanto se imagino a la chica saliendo de ese lugar sin el. - seguro debe estar por aquí, solo debemos seguir buscándola - Nathan era obstinado y no pensaba rendirse. Emma, que lo conocía, sabía que no había nada que ella pudiera hacer, para hacerlo cambiar de opinión, cuando se proponía una meta.
- ¿por quéé no me cuentas un poco sobre ella? - pidió para calmar un poco los ánimos de su amigo.
- de acuerdo - acepto el chico y comenzó a contarle cosas, como lo hermosa que era la chica, que había nacido en ese lugar y como él, pensaba llevarla fuera de la casa, para mostrarle cómo era el mundo real.
Entre palabras consiguieron que la búsqueda fuera un poco más calmada.
Mientras tanto, Lilith los observaba con tristeza desde una zona segura entre los árboles. Que ingenua se sintió, al verlo reír con otra chica, ella ya se había imaginado que ese chico, podía ser su compañero de vida en ese lugar tan solitario.
Pero la llegada de esa otra chica, la devolvió a la realidad. El chico se marcharía, abandonado allí, igual que su madre. Esto le partió el corazón.
también ella tenía sentimientos confusos con respecto a el, pero le daba miedo enfrentarlos y que al final el chico decidiera marcharse igual. Por eso decidió que lo mejor era alejarse hasta que el se fuera.
Lloro como nunca antes, pensando que siempre estaría sola. Sin saber que aquel chico, estaba listo para darlo todo y más por ella.