Orien reencarnó en un mundo desconocido, luego de haber habitado por mucho tiempo en Goren y ahora siendo un mago de alto rango decide aventurarse por el inmenso continente Venus.
¿Qué nuevas aventuras descubrirá Orien Nadali?
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Ingrid, el rey demonio
—¿Qué está pasando? —Orien preguntó esperando una explicación por parte de Atan, sin embargo él permaneció en completo silencio. Zura explotó en ira, atacó a Atan de la nada pero él esquivo la magia de ella con facilidad.
—No puedo creer que hayas traicionado a tu familia. —El rey demonio siguió hablando, mientras Orien intentaba calmar a la elfo.
—No somos familia, tú mataste a mis padres… —Orien y Zura miraron al muchacho con confusión y el rey demonio estalló en carcajadas.
—Pensé que olvidarás eso, fue hace tantos años, además mi hermana rompió la regla más importante de Ashur. Era mi deber matarla…
El rey demonio iba a seguir hablando pero en ese momento Orien atacó lanzando un hechizo, varios patrones dorados aparecieron bajo los pies del rey demonio, él cerró el puño haciendo una explosión, la cual mandó al grupo y a otros demonios a volar.
—Pudiste avisar, ¿sabes? —Zura comenzó a curarse la herida, aunque su magia era débil debido al reciente descubrimiento de estas. Era algo común que los elfos fueran magos de curación, era algo ligado al dios Gaikeb, quien era el protector de los hijos de los dioses.
—Ay, perdón, me enoje con esa estúpida. —Orien se puso de pie pero rápidamente el rey demonio aterrizó frente a él, dándole sin previo aviso una patada lateral mandándolo a volar.
—¿Quién crees que eres? —Ella alzó la mano reviviendo a sus soldados de esqueletos, ellos comenzaron a atacar al grupo. —Si no te rindes, te mataré. —El rey demonio se dirigió a Atan. En ese instante Happy se transformó en su forma de dragón y desde las alturas quemó a los esqueletos por completo.
—¡Happy! —Orien gritó intentando levantarse, pero el rey demonio era demasiado fuerte, simplemente con una patada ya Orien se encontraba completamente herido.
—Un dragón, —el rey demonio sonrió feliz, apuntó con sus dedos al aire dispuesta a disparar pero Atan se interpuso bloqueando con enorme muro de cristal. —Ay, eres tan débil, no pareces mi sobrino. —Ella le disparó a Atan en el pecho, él cayó al suelo retorciéndose. Zura por otro lado estaba acorralada por los esqueletos sin poder hacer nada.
El rey demonio rompió el muro de cristal que Atan había hecho, sin embargo Happy se había vuelto pequeño, estaba asustado y se refugió cerca de Orien mientras sollozaba. Orien estaba sangrando bastante, su cara se veía algo cansada.
—Papá… —El dragón se acurrucó más a Orien.
—Mierda, no debí traerte a un sitio tan peligroso. —Orien cerró los ojos un momento, en ese momento la sombra del rey demonio hizo que los volviera a abrir con sorpresa. —Maldita hija de puta…
—Me encantan tus ojos, —Se agachó tocando el rostro de Orien con delicadeza, Happy le gruño molesto. Orien miró los ojos oscuros de ella, sin ningún brillo en ellos. Luego ella se acercó a los labios de Orien y lo besó de repente, cuando ella se alejó Orien escupió al lado. —Eres muy valiente, eres el primero que me rechaza.
—Ah, ya me gusta alguien. —Ella formó una sonrisa cínica, luego intentó tomar a Happy pero el dragón se acurrucó más al cuerpo de Orien.
—¡Papá! —Happy comenzó a llorar a gritos, pero en ese momento Orien sonrió mientras varios patrones morados aparecían a su alrededor, cubrió a Happy con su cuerpo antes de impactar con una descarga eléctrica al rey demonio.
Desierto malaya,
—Emperador, debemos regresar, la emperatriz estará molesta.
—Kara, ¿Cuándo llegaremos a Glassus?, ¿no hay otra manera de llegar mas rápido? —Darién ignoró por completo lo que dijo el otro soldado.
—Si vamos a este ritmo, nos tomará pocos días.
—Tengo un mal presentimiento, —Darién miró el cielo estrellado con gran preocupación, las lunas brillaban intensamente, mientras el frío de Glassus se deslizaba por el desierto.
Orien se despertó sintiendo su cabeza pesada, miró a su alrededor buscando a los demás. Happy estaba acostado a su lado, al igual que Atan y Zura.
—Despertaste, que bueno. —el rey demonio se encontraba sentada frente a la rejas pelando lo que parecía ser una manzana.
—Jah, —él intento sentarse pero el dolor era bastante fuerte. —Mierda, estoy salado. —Orien dijo mientras jadeaba.
—No te quite a tu dragón, por su tamaño pensaba que era un adulto, pero resultó ser una cría y ya tuve demasiado con criar a ese chico. —Apuntó con la daga a Atan, él estaba acostado al lado de Zura, ambos estaban vendados.
—Gracias, —él dijo acariciando la piel escamosa del dragón.
—Justo en este momento mi castillo está recibiendo ataques, debería matarlos… —ella se levantó chasqueando la lengua. —Supongo que esta vez perdí, aunque antes de perder los mataré a todos.
De esa manera ella se fue, Orien suspiró pensando en lo que acababa de decir el rey demonio.