no me dejas explicarte lo que ocurrió, solamente crees en el palabrerío de la chusma- le dijo ella enervada.
¿qué mentira podrías tener para explicar por qué volviste tan tarde en la noche en brazos de mi hermano, dormida y toda sucia?- le reprocho con firmeza.
sacaste las conclusiones sin siquiera escucharme, no te detendré, al final la verdad no importa- los ojos le ardían, debía irse de ahí mismo antes de que la vieran llorar -escucha bien mis palabras, anulo nuestro matrimonio Eric Black, eres libre de la zorra y casafortunas que tenías de prometida- y sin decir una sola palabra más se alejó corriendo escaleras arriba y encerrandose en su habitación.
los presentes se quedaron impactados con las palabras recién escuchadas, una niña de 16 años había enfrentado a un hombre de 22 y le había cancelado delante de todo el mundo el matrimonio.
¿acaso realmente se daban por vencidos al amor?
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21
Debo admitir, que el hecho de que los guardias imperiales vinieran a buscarme me llego a sorprender un poco, aunque siendo honestos, Lord Brishop era muy allegado al rey y podía llegar a imaginarme por donde venía la mano. En el camino hasta una mansión apartada del pueblo, aquellos soldados que me llevaban, ni siquiera me dirigían la mirada. Por suerte permitieron que Luis viniese conmigo, aunque sé que eso iba muy en contra de cualquier protocolo.
Al llegar, nos metieron en un cuarto y nos pidieron que esperemos, que en breve vendrían a buscarnos. Daban demasiadas vueltas si planean asesinarme, aunque sé que eso jamás lo harían ellos mismos, pues muchos nos vieron salir juntos del hotel a pesar de ser de madrugada.
Lord Black, sígame por favor- me dijo un hombre vestido de traje común de color negro -y usted, oficiará como testigo- le dijo a Luis mirándolo despectivamente.
Lo seguimos sin decir nada, pero ambos íbamos atentos a todo lo que ocurría a nuestro alrededor y sé, porque lo conozco, que en caso de salir algo mal, Luis también estaba sopesando cualquier probabilidad de escape de ese lugar.
Llegamos ante una puerta de madera rústica con dos lobos tallados aullando a la luna llena, el Señor que nos fue a buscar, empujó las puertas y dentro había varios hombres fumando y en el centro como si fuese un hall real, estaba el rey sentado en un trono improvisado. Todas las miradas se pasaron en mí y el bullicio y los chismes de momento cesaron, dejando el lugar completamente en silencio. Solamente mis pisadas y las de Luis, acercándonos al rey retumbaban por el lugar. Recién cuando di unos pasos, mi mirada choco con la espalda de una mujer que estaba frente al rey, podía ver como temblaba y no era de frío, no necesitaba que nadie me dijera quien era, reconocería esa cabellera rebelde donde sea. Mientras me iba acercando podía sentir su llanto a pesar de que se percibía muy levemente.
Bienvenido Lord Black- me dijo el rey y al llegar frente a él lo reverencie y besé la mano con sus anillos que me extendió de inmediato. Quería posar mis ojos en ella, abrazarla y decirle que aunque no tenía idea de lo que hacíamos ahí, todo saldría bien - como usted bien sabe lord, no me gusta que haya muchos problemas entre mis nobles y ya llegaron a mí las noticias de su duelo con Lord Brishop, cosa que es inaceptable en esta corte- iba a objetar, pero él levantó su mano haciéndome callar -por ende tome como atribución el frenar cualquier problema que pueda existir a futuro y seguramente se preguntara ¿qué hace Lady Isabella en este lugar? Pues la respuesta es simple, el día de hoy contraerán matrimonio, así como sus padres lo arreglaron hace años atrás y las acciones de esta jovencita- pude ver como clavó su mirada en ella y mi amada tembló mucho más -hicieron que no se llevara a cabo dicha unión, así que obispo por favor, proceda con lo encomendado- de entre los hombres presentes pude ver de reojo a Lord Brishop y su triunfante sonrisa, Luis se tensó a mis espaldas y el obispo se paró al lado del rey y comenzó a dar el discurso correspondiente de una boda.
Podía sentir como Isabella seguía derramando lágrimas en silencio y me partía el corazón. Ese sentimiento de que se sentía obligada por algo de lo que jamás fue partícipe, ya que, había sido obra de nuestros padres, y ahora cortaban sus alas para encerrarla junto a mí. Si mi pecho dolía con cada lágrima que ella derramaba.
Les daré uno de mis anillos como prueba fehaciente de esta unión- dijo el rey quitándose uno que poseía una hermosa piedra azul parecida a los ojos de la ahora nueva Lady Black. Lo tomé y repetí las palabras que el obispo me dijo antes de declararnos marido y mujer. Levante suavemente su mentón y deposite un casto beso en sus labios rosados que desde hacía años me sentía tentado a besar. - ahora espero tener noticias pronto de herederos al título, Lord y Lady Black y en lo posible, cambie esa cara señora que aquí nadie se ha muerto, esto es lo que debieron hacer hace años y soy bastante indulgente con las faltas que ambos han tenido hacia mi reino- dijo sentenciando las últimas palabras, para luego levantarse e irse seguido de todo su séquito de fieles lame botas.
Una vez que quedamos en el salón, solamente ella, Luis y yo. Isabella cayó de rodillas y comenzó a llorar a gritos. Luis me miraba como queriendo que reaccione a esa escena, pero que podía hacer realmente si se notaba que su peor pesadilla era estar a mi lado. aun así y con el corazón destrozado me agache a su altura y coloque mis manos en sus hombros, obligándola a levantar la mirada hacia mí, sus ojos llenos de lágrimas eran pequeños puñales en mi alma.
cálmese por favor, sé que esto no era lo que tenía en mente, pero bien conoce el destino de quien se revela ante el rey- le dije en tono suave y con una mano le limpie una de las mejillas.
No es por mí por quien lloro, lo han humillado ¿es que no lo ve?- sus palabras me sorprendieron al punto de abrir desmesuradamente los ojos -lo han obligado a casarse conmigo, aún con la reputación que me precede, me han sacado de mi casa sin permitirme llevarme nada de lo poco que aún atesoraba. Nos han robado nuestra libertad- me decía llorando aún más.
¿Acaso usted piensa que esto es un castigo para mí?- mi pregunta la confundió y se le notaba en la cara.
¿No lo es?- me dijo bajándome la mirada, esa lo odiaba en ella, porque mis mejores recuerdos eran los de ella siendo desafiante e imponiéndose a las reglas.
No, jamás sería un castigo. sé que nunca podrá perdonar mi estupidez con Lady gisel, pero créame cuando le digo que esto es una bendición, una muy hermosa y esperada bendición- le dije mientras hacía que me mirara a los ojos para que no sintiera ningún rastro de mentira en mis palabras.
Usted no me ama, Lord Black y creo que yo tampoco lo amo a usted- no voy a negar que me dolieron sus palabras, pero me lo merecía y mucho.
Entonces déjeme enamorarla de nuevo y demostrarle que a pesar de ser un cubo de hielo, una persona sumamente fría o un demonio como muchos me han dicho, mis sentimientos por usted si son verdaderos. permítame demostrarle que yo si la amo aunque lo dude y que este, a pesar de las circunstancias, es el día más feliz de mi vida- le dije lo más sincero posible, porque siendo realistas, jamás había aprendido ni a expresar mis palabras ni tampoco a tratar con una mujer.
La ayudé a levantarse del piso y fuera del lugar ya había un carruaje esperándonos. Ese mismo día, en ese mismo momento, debíamos irnos del pueblo a la mansión Black en el poblado de Liders. sabía que no podría ir a buscar sus cosas en este preciso momento, pero sin que ella lo supiera, le pedí a Luis que consiguiera todo lo que ella había dejado en el consultorio y no alcanzará en la mansión Black en un par de días.
Sería maravilloso que Isabella no terminara kn él no la merece