La Ex- Emperatriz Será Mi Esposa

Habían pasado los tres días de viaje. Donde el emperador Raiden y su madre eran recibidos con honores por la guardia imperial, desde la frontera hasta las puertas del palacio. Este trato tan atento era algo de extrañar pero ellos suponen a que se deben porque son parientes y por eso son recibidos como tal.

— su majestades, bienvenidos. El emperador y su familia lo espera.

Tanto como Raiden y su madre, fueron escoltado por los guardias.

— son como muchos para un recibimiento...— susurró ella.

Sin embargo, logra ver invitados llegando también, con regalos para la esposa del príncipe, ella y Raiden logran escuchar algo.

— se dice que esta celebración es maravillosa. La esposa del príncipe ya está embarazada y de bebes sanos.

— sí, será la sensación de estos meses, el príncipe la cuida mucho, así que amor no le faltará... Él es el esposo perfecto.

Raiden mira un poco molesto.

“ Akai no es el esposo perfecto. Solo porque salió con suerte con su esposa de que ya está embarazada no es porque sea el mejor... Yo, yo lo hubiese sido si kana se hubiera embarazado como se debia... Pero como ella pudo haber estado infértil fue un impedimento para nosotros."

— Raiden... Estes atento, tengo un presentimiento extraño.— comentó su madre a susurros.

Los guardias piden que le sigan a una parte alejada al lugar predeterminado de la reunión.

— por favor, el emperador lo está esperando. Quiere hacer una reunión privada con ustedes dos antes de iniciar el evento.

— quiero a mis guardaespaldas,— exige ella— ¡¿Donde esta?!

— no se preocupe, su majestad, todo está en orden, no necesita seguridad.

Explicó el guardia. Sin embargo, esa voz le parecía muy conocida a ella. No veía el rostro de ese individuo pero...

— ¿Aoi?...— el guardia se detiene ante la puerta de la oficina del emperador.

— entre, la esperan.

— ¡No entraré ahí, no daré un paso más hasta saber qué es lo que está pasando!

Raiden sale a protestar igual que su madre.

— ¡Es una orden del emperador del imperio del Sol, quiero-...!

— ¿Raiden?— preguntó la dulce voz de una mujer dentro de la habitación.

Raiden quedó tan pálido que apenas podía mover un dedo. Con su voz intento susurrar.

— ¿Kana...?— de inmediato, camino hasta la puerta al punto de abrirlo, la emperatriz madre intentó detenerlo, pero fue tarde.

Ya que vio algo que jamás pensó que vería.

— oh, bienvenidos, sabíamos que llegarían de esta manera.— comentó kana, sentada detrás del escrito del emperador.

A su lado, estaba Akai y su padre.

— ¿Que sucede aquí?— preguntó la emperatriz madre.

El guardia cierra la puerta con ellos adentro, se quita el casco y muestra su rostro.

— es un placer volverla a ver, su majestad.

— tú... Maldito traidor.

— emperatriz madre, cuidé sus palabras contra mi hermano. Los únicos traidores aquí son ustedes.

La mujer observó con gran molestia hacia kana, mientras que ella le dedicaba una dulce sonrisa.

— así que aquí te escondías, tenía que haberlo supuesto.

— lamentablemente, tú cabeza tan hueca no da para más que solo para tu ambición, emperatriz madre.

Raiden intentó acercarse, pero Akai lo detiene con su espada.

— kana...

— no te acerques a mi esposa.

— ¿Que?— miró perplejo— ¿Como que tú esposa?... Kana... Era mía.

— lo era, lo dijiste perfectamente.— lo expresó kana— firme el divorcio contigo, recuérdalo. Ya no tenemos nada que nos ate.

— ¿Como?... ¿Como pudiste olvidar todos los momentos que vivimos juntos?... Recuerda más lo malo que lo bueno. Yo te hice feliz durante toda tu vida...

Kana saca un suspiro grande. No quiere continuar con este drama.

— esa felicidad solo era una ilusión que me hiciste creer hasta que vi la verdad. Fue más fácil olvidarte que odiarte. Gracias a tí, pude darme cuenta del hombre que realmente necesitaba en mi vida...— kana se levanta lentamente— y ahora que vamos a ser padre, haremos lo mejor posible para cuidar a nuestros hijos.

Raiden no despegaba su vista perpleja en el vientre con forma casi redonda de kana. Ella lo sobaba con cariño y dice muy feliz.

— son gemelos. Por eso se nota más por el poco tiempo.

— n-no... Esto no...— dice Raiden asustado. A tal punto de que casi se desmaya ya que la presión se le bajó de inmediato.— pero si tú era la infértil...

— Raiden, la infértil jamás fuí yo... Siempre lo ha sido tú.— saca una carta ya abierta— una carta escrita por Mei Lee fue lo que más me asombro hace un mes, pero me dio a entender muchas cosas.

— ¿Mei Lee te escribió?— dijo él, sin animo en su voz. La emperatriz madre mira con frialdad la situación.

— Dice que está consciente que jamás podría conseguir mi perdón, sin embargo, tenía algo importante que revelarme, ya que por lo menos su conciencia quedaría algo tranquila. Léelo, Raiden, tiene el derecho a saberlo ya que veo que tu madre no fue capaz de decirte la verdad.

Raiden tomó la carta con un poco de temblor, sus manos no dejaban de moverse con irregularidad. Lee cada párrafo con suma atención

— ¡Raiden, no leas esa carta, es una trampa... No...!

— por la equivocación de Mei... ¿Me quedé infértil?... ¿Y todo eso fue tu plan para que kana no estuviera embarazada?...

— hijo... No es así...

— ¡Dime la verdad, madre!... ¡¿Por qué intentaste que kana no estuviera embarazada y Mei Lee sí?!

— ¡Por qué el hijo de una concubina es menos importante que el hijo de la emperatriz legítima!... ¡No quería que kana tuviera un hijo tuyo porque tendría más poder en el trono!...— había soltado casi todo por impulso—... Si kana hubiera tenido un hijo tuyo, habría tenido más prioridad y poder que yo, mi poder se hubiera rebajado mucho. Mi plan era que ella seguirá siendo la emperatriz solo para deberes político, mientras que Mei Lee fuera la que tuviera al heredero, siendo ella una concubina tendría menos importancia que kana...

— pero todo tu plan se fue a la borda con la equivocación de Mei Lee y el té de la infertilidad...— específico kana— dejaste a tu hijo infértil, dejaste evidencia sobre tu crimen y sobretodo, llegaste a voluntad propia a tu juicio. Su majestad, ya es hora.

El emperador por fin estaba esperando este momento para decirlo, ya quería encarcelar a esta mujer y a su hijo.

— emperatriz madre y emperador Raiden. Ustedes estan bajo arresto por intentar apoderarse de tierras ajenas, por intentar envenenar a kana y sobretodo por asesinato al difunto emperador del imperio del Sol. Si no cree en los hechos, tenemos pruebas suficientes sobre esos cargos. La unión de las regiones, su declaración sobre la infertilidad y la prueba contundente del veneno en la habitación de Raiden.

— ¡Yo-...— intentó defenderse la emperatriz madre.

— si tiene algo que decir mejor cállese, que está demás que usted hablé negando algo de lo que declaré. Déjame explicarle que todo esto se lo debo a kana, pensó una idea para atraparlo sin la necesidad de una guerra. Ah, y no se preocupe de que su reino esté solo sin alguien en el poder. Ya tengo a dos personas que sería perfecta para ocuparse de ello. Por ahora, celebraré este día con mi familia, mañana será su juicio final. Luego, seran regresados al imperio del Sol, donde se le notificará a sus ministros lo sucedido que si o sí tendrán que aceptar nuestras condiciones.

El emperador chasquea los dedos y hacer que los guardias de afuera entren, esposando a ambos criminales. La emperatriz madre forcejeaba a no más poder.

— ¡Ordeno que me suelten!... ¡Madita sea, Kana!... ¡Me la pagar-...— fue callada con un trapo en la boca y llevada al lo más profundo de este palacio hasta su juicio.

Mientras que Raiden se había bloqueado por completo al enterarse de todo lo que le había pasado y más la enterarse de la nueva vida de kana, siendo muy feliz lejos de él.

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