Abel es hijo de padres adinerados, el mayor de seis hermanos, por lo que necesita a su lado una mujer que le sea un apoyo y fortaleza al momento en que deba asumir su cargo como CEO de las empresas familiares, sin embargo, no logra encontrar la chica ideal que lo complemente. Abel no es mujeriego, pero buscando la mujer ideal ha tenido varias novias, seis hasta el momento y nada más no la encuentra ¿la séptima será la buena, la octava o la novena?
Te invito a descubrir si encontró la persona indicada.
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CAPÍTULO 20: BUENA HIJA
Silvana regresó a la iglesia donde estaba su familia, sus padres seguían adentro, mientras que su abuela, estaba a la puerta observando a sus nietos a lo lejos, cuando vio a su nieta correr detrás del pequeño se preocupó y empezó a verlos desde la distancia, su edad, no le permitía correr como ellos, desde donde estaba podía observar la mayor parte del parque, ya que este no era muy grande.
Pudo ver a su nieto más pequeño perderse de la vista de su hermana al pasar entre una multitud de gente reunida viendo el espectáculo que se ofrecía en ese momento, lo vio chocar con un joven muy apuesto, el cual le pareció conocido, le recordaba a alguien, sin embargo, no le dio mucha importancia, podía ver a lo lejos a su nieta buscando desesperada a su hermano, hasta que los vio encontrarse nuevamente y al chico acercarse a ellos con cautela, los vio intercambiar algunas palabras antes de que el pequeño Gerard la empezará a alejar de ese lugar. Al llegar a su lado, la empezó a interrogar.
Hija, ¿Quién ese buen mozo?
Hay, abuela, qué cosas preguntas, es solo un joven que se acercó a Gerard pensando que le había pasado algo.
Entiendo, ¿es muy guapo, verdad, hija?
Hay abuela, ni cuenta me di, estaba más preocupada por mi hermano que por ver al chico.
Si tú lo dices, dijo la abuela haciéndola reír.
En eso, salió la familia de Silvana de la iglesia y después de despedirse de la abuela, subieron a su vehículo para ir rumbo a la ciudad, ya que estuvieron unos días visitando a la abuela, sin embargo, ya tocaba regresar a la ciudad, ya que el trabajo requería la presencia de su padre Bastián, así que regresaron antes de lo planeado.
Silvana estaba de novia de Agustín, quien era un chico muy guapo, era su compañero de la universidad, él trataba de pasar el mayor tiempo que pudiera al lado de su novia, solo que para verse debía ser fuera de casa, ya que cada vez que se veían en su casa Gerard se encargaba de molestar a los novios de ella o alejarlos, peleando la compañía de su hermana, era muy celoso, decía que Silvana era suya y no prestaba a los novios. Rosa María, su madre, le enseñaba y hacía tratar de entrar en razón a Gerard que algún día Silvana necesitaba estar al lado de un buen chico, con quien se casaría, pero Gerard lloraba y le pedía a Silvana que no se fuera, que no lo abandonara, que estuviera con él siempre.
Agustín era el cuarto novio que ella tenía, ya que los 3 anteriores, la terminaron cortando por no poder competir con su hermanito, ya que este, la acaparaba en la mayor parte de su tiempo libre, puesto que cuando estaba con ellos, le marcaban para avisar que Gerard estaba presentando una crisis y no podían calmarlo y ella corría a verlo, ya que con ella se calmaba más fácilmente que incluso con su madre.
Los chicos no podían compartir su novia con un hermanito celoso, que parecía adivinar cuando estaban con ella, para hacerla correr a casa y una vez ahí, ya no la soltaba hasta quedarse dormido, por lo que debían esperar horas, teniendo que irse cuando se desesperaban de esperar o se aburrían de tanto esperarla.
Hubo uno de sus novios, que molesto por toda esa situación, le dijo que debía escoger o su hermano o él, y por supuesto que escogió a su hermano, la familia siempre estaba primero y si el chico no era capaz de entender esa parte, que su hermano sería siempre su hermano y estaría para él cada vez que lo necesitará, entonces, no podía seguir a su lado, por lo que termino ese mismo día con él.
Rosa María se sentía mal por ver a los chicos terminar con su hija por causa de Gerard, incluso llegó a sugerirle que, empezará a soltar un poco a su hermano, que, aunque, este se pusiera pesado o chillón, no llegará, que lo hiciera menos dependiente de ella, evitaba marcarle cuando Gerard se ponía mal, pero llegaba el punto en que no podía seguir escuchando sufrir a su pequeño y le marcaba.
Para Silvana, su hermanito era un ángel que Dios les dio para cuidar y si la persona a su lado no entendía eso y no la apoyaba, no podía ser digno de estar con ella. Rosa María estaba orgullosa de su hija, sentía que su hija era una mujer muy buena, que, a pesar de tener la oportunidad de tener muy buenos pretendientes, prefería dejarlos por su familia, en específico por su hermano menor, solo esperaba que no se arrepintiera a futuro y pensará que por su hermano dejó ir su felicidad y como dicen por ahí se quedará a vestir santos.
Por el contrario, Bastián era el más feliz de que su hijo le espantará los pretendientes a Silvana, para él, ningún chico cumplía con los estándares para ser considerados un buen partido para su princesa, ella merecía un hombre que la tratará y cuidará como a una reina, que viviera para hacerla feliz, que la comprendiera, que la amara y, sobre todo, que no la dejará pasar carencias, porque ella era uno de sus tres orgullos y el tesoro más valioso que podría tener, aparte de su esposa.
Jeremy seguía en Francia y estaba próximo a regresar, aunque estuvo a punto de no hacerlo, pero su novia aceptó casarse con él y permanecer a su lado fuera donde fuera, en donde tuviera que estar, por lo que, muy pronto celebrarían la boda, porque una vez casados se establecerían en una casa cercana a la de sus padres, para estar cerca de ellos, pero en su propia casa con su esposa e hijos que llegaran en el futuro.
Lo bueno para Jeremy, es que la chica era capaz de dejar su casa, su país e ir junto a su esposo a donde él fuera, al fin que ambos, venían de familias que tenían la solvencia económica para visitarse frecuentemente y seguir en contacto.
La familia de Silvana tendría dos meses más para preparar la boda, una boda se realizaría en Francia, para que estuvieran sus amigos y familiares, los padres y hermanos de Jeremy; pero tendrían una segunda boda en el país donde vivían ellos, para que sus familiares que no podrían estar en Francia el día de la boda, así como amigos y socios, podrían estar en ese momento especial, como todas las personas que consideraban que debían compartir con ellos ese lazo, la unión entre ellos dos.
Ambas fiestas estuvieron muy hermosas, tuvieron mucha gente acompañándolos, ya que, entre amigos, socios y demás conocidos, tenían una lista enorme, la fiesta realizada en la casa de los padres del novio, fue en el jardín, donde colocaron mesas y sillas para trescientas cincuenta personas, las cuales fueron ocupadas en su totalidad, la mesa de regalos rebosaba con estos, tanto, que tuvieron que colocar dos más para colocar los que no cabían y estuvieran todos a la vista, la comida fue deliciosa, a cargo de un banquetero amigo de Bastián.
Al terminar la fiesta, los novios fueron a un hotel a pasar la noche para descansar y empezar su unión, porque su viaje sería al medio día para irse a las Bahamas a pasar dos semanas de luna de miel. De la cual aprovecharon también a descansar; un día tuvieron la fiesta en Francia, a los dos días partieron con toda la familia de ambos esposos, a los cuatro días fue la otra fiesta, esa semana definitivamente había sido muy cansada, pero feliz.