En un mundo donde el desprecio y la hostilidad reinan, Evans y Nicole se encuentran atrapados en un juego de odio y desafío constante. Evans, un hombre frío y mujeriego, nunca ha creído en el amor, hasta que Nicole, una sexy y decidida doctora, entra en su vida desbaratando todas sus certezas. A pesar de sus diferencias y de su mutuo desagrado, ambos se ven irresistiblemente atraídos el uno hacia el otro.
Nicole, centrada en su carrera y determinada a no dejarse pisotear por ningún hombre, se ve obligada a enfrentar sus propios prejuicios cuando la presencia de Evans la desafía de formas inesperadas. Por otro lado, Evans se ve forzado a confrontar sus propias barreras emocionales y su reputación de hombre frío cuando se da cuenta de que Nicole es mucho más que una simple colega.
A medida que la tensión entre ellos aumenta y las chispas vuelan, ambos se ven obligados a cuestionar sus creencias y a enfrentar sus propios miedos. A pesar de sus reticencias iniciales, comienzan a descubrir que tal vez, detrás de su enemistad, se oculta una pasión y un deseo que ninguno de los dos puede negar.
Entre enfrentamientos ardientes y momentos de ternura inesperados, Evans y Nicole se embarcan en un viaje emocional tumultuoso, donde el amor y el odio se entrelazan de formas complejas y sorprendentes. ¿Podrán superar sus diferencias y encontrar la redención en los brazos del otro, o su amor está condenado a arder en el fuego de su propio desdén? "Entre el Odio y el Amor" es una historia apasionante que desafía las expectativas y nos sumerge en un torbellino de emociones y deseos contradictorios.
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Capítulo 21 El secreto
Evans — No esperaba que ella tomara la iniciativa, pero no me molesta en lo absoluto. De hecho, me fascina; esta mujer me hará adicto a ella, será mi perdición. No pierdo el tiempo, la cargo, y nos dirigimos a la ducha, donde nos besamos y hacemos el amor apasionadamente una y otra vez. Esta mujer es insaciable. Salgo con ella del baño y vamos a mi habitación, donde volvemos a hacer el amor hasta quedarnos dormidos.
Nicole — Mis piernas duelen, y por más que lo analizo, no encuentro lógica a lo que pasó anoche, pero no me arrepiento de nada. Estuve muy consciente y fui yo quien lo provocó tomando la iniciativa. Son las 7 de la mañana; me levanto sin hacer ruido y voy directo al baño. Cuando siento unas grandes manos en mi espalda, él no pierde tiempo y se une a mí en la tina. Después de bañarnos, don hielo y yo compartimos la ducha. Por si te preguntas si pasó algo, obvio, pasó algo; no iba a desaprovechar la oportunidad de estar nuevamente en sus brazos. Salgo rápidamente, él hace lo mismo, me sigue a mi habitación, y como aún es temprano, los demás siguen durmiendo. Volvemos a la cama y nos quedamos dormidos; hubiéramos seguido de no ser porque alguien toca la puerta.
Toc, toc.
Bella — Niky, ¿estás despierta?
Nicole — Sí, ¿qué pasa?
Bella — No nada, solo quería avisarte que estaremos en la playa un rato por si quieres ir y de paso dile a don hielo.
Nicole — Ay, por poco. Será mejor que te vayas a tu habitación.
— ¿Entonces hasta tus amigas se refieren a mí como don hielo?
— Te equivocas, también como señor amargado, cara de culo, come pimientos, desayuna limones con sal, cara de piedra, y no recuerdo los demás.
— Vaya que creativa.
— Lo sé, y créeme, no son solo mis amigas quienes te dicen así.
— Créeme que lo sé; todo el hospital me nombra así. De hecho, hasta mi familia y amigos, gracias.
— De nada, pero ahora vete porque por tu culpa tengo que tapar estos nuevos chupetones.
— No me voy antes sin un beso. A diferencia de ti, yo no tengo que ocultar estas hermosas marcas.
— Bueno, ya. Eso es elección tuya. ¿Y quién te dijo que te iba a dar un beso? Pero creo que deberías tapar los más recientes, ya que creo que se darían cuenta.
— Yo te puedo robar los besos, y a mí no me preocupa. Y tranquila, no creo que se den cuenta de que la gata salvaje seas tú, dado que todo el mundo sabe que me odias.
En la playa...
Steven — ¿Se quedaron durmiendo otra vez o por qué no bajan?
Cristhian — Niky lo más seguro es que sí se volvió a dormir, pero Evans creo que no está en la casa, ya que antes de venir pasé por su habitación y no estaba.
Bella — Seguro salió a dar una vuelta, no sé.
Carla — Todos quedarán en shock si les cuento que los que se odian están durmiendo en la misma habitación. Bueno, no creo que me crean; ellos se odian. Si no lo hubiera visto también, pensaría que es una broma, pero con lo que vi...
(Flashback)
Carla — Me desperté temprano y bajé por un vaso con agua. Cuando subí, pasé por la habitación de Dulce, que estaba entreabierta. Pensé que estaba despierta y entré. Me quedé estática al verla durmiendo en brazos de quien, según ella, detesta. Salí súper rápido y puse seguro a la puerta antes de salir para evitar que alguien más los vea así.
(Final del flashback)
Carla — Esos dos se gustan, aunque aún no lo saben. Por el momento, esto tiene que ser un secreto. Y bueno, seré su cupido si se ponen lentos.