Mi Inocente Italiana

Ya era muy tarde cuando Vitaly llegó a la mansión, estaba agotado, pero con deseos de ver a Emma, así que subió a su habitación, a cambiarse de ropa y si con algo de suerte encontraría a Emma despierta, él sabía que algo estaba pasándole con la chica, ya no era normal tanta preocupación, tanto interés, tantas ganas de verla.

_ que me estás haciendo Emma. Se dijo a sí mismo.

Se fue a la habitación de la muchacha cuando escuchó sollozos, Emma estaba llorando, le dolía mucho no saber de su origen, porque la dejaron allí, porque tanta maldad de los sobrinos de su jefa, tanto mal en el orfanato.

Vitaly al escucharla llorar no tardó en tocar la puerta, le partía el corazón escucharla así.

_ quien?

_ soy yo Vitaly, puedo pasar. Emma al escucharlo, no tardó en levantarse de su cama, era el único que le mostraba afecto, le brindaba protección y la hacía sentir diferente, especial y protegida.

Abrió la puerta y apenas vio al rubio en la puerta se lanzó a sus brazos, sus lágrimas continuaron saliendo, necesitaba aquello, ese abrazo, necesitaba que alguien la escuchara.

_ Qué te sucede? Quien te hizo llorar, porque si ha sido alguien que ha provocado tus lágrimas, te juro que me las va a pagar.

_ no, no, no es nadie, es solo cosas que me pasan, todo lo que he vivido, me duele mucho, no entiendo por qué la gente se empeña en hacerme daño, si a nadie en esta vida le he hecho un mal a alguien.

Vitaly al escuchar sus palabras, noto el dolor en ellas, se dio cuenta de que la chica tenía un gran sufrimiento en su ser.

_ no sé que decirte, pero sabes que cuentas conmigo para lo que sea, te voy a ayudar, y en cuanto a lo de mis primos déjamelo a mí yo me encargaré de esos tres

_, pero son su familia, no puede hacerles daño

_ no te preocupes por eso, más bien vamos al despacho, quiero que me cuentes un poco de ti, y así poderte ayudar.

Emma secó sus lágrimas y junto a Vitaly salieron de la habitación.

_ ya cenaste? Quieres que te prepare algo?

_ la verdad no tengo hambre, pero vamos por un vaso de agua para ti

Luego de ir a la cocina por el caso de agua, se fueron al despacho.

_ Siéntate. Mientras Emma se sentaba Vitaly se servía un vaso de whisky

_ y que deseas saber de mí, no tengo mucho que contarte, ya sabes soy huérfana,

_ si, lo sé, pero algo debes recordar o por lo menos algo, te deben haber dicho en el orfanato como llegaste allí.

_ si muy poco, solo que llegué a los cinco años allí, que estaba muy enferma cuando me dejaron en la puerta del orfanato. ¿Puedes creer que mis padres me dejaron allí aún sabiendo que yo estaba enferma, que clase de padres tuve?

_ te comprendo, pero si ese no fue el caso de ellos?

_ ¿a qué te refieres?

_ no sé, puede que algo les pasó? ¿Recuerdas un poco de ese tiempo?

_ no sé si sin recuerdos, pero siempre me despierto gritando o llorando

_ por eso aquella noche estabas así?

_ si, eso es lo que me pasa, a veces es tan real que me duele mucho al despertar

_ me cuentas?.

_ sueño o recuerdo, no sé, pero es que nos estaban persiguiendo a la que creo era mi madre, quien me lleva en sus brazos, me pone un abrigo, hay un señor a su lado, vamos en una camioneta a toda velocidad, el señor saca el celular y hace una llamada, escuchaba disparos. Emma hace silencio y sus lágrimas comienzan a salir

_ está bien si no quieres seguir hablando, podemos hablar mañana. Emma seca sus lágrimas

_ no, yo quiero contarte todo. Algo que recuerdo muy bien y que no olvido es que ella me decía mi pequeña Italiana, en sus manos tenía sangre, yo he sacado la conclusión de que había recibido un disparo.

Vitaly, se quedó por un momento helado, pensó por un momento en la hija de su amigo, pero no podría ser, o si?

_ En el orfanato te dijeron algo sobre si eras italiana o algo que te identificara como tal?

_ recuerdas que te había dicho que en el orfanato me decían que yo no era rusa, me odiaban porque yo habían llegado a su país, por eso no me querían?

_ si lo recuerdo, entonces eres italiana?

_ entre mis cosas, que por suerte si me dejaron quedar en el orfanato, fue mi pasaporte y una pequeña pulsera que lleva mi apellido, en el pasaporte dice que soy Italiana.

Vitaly abrió sus ojos de asombro.

¿ Será ella?

Será la hija de Mateo?

Si eso fuera así, tenía que saber cómo mover sus fichas, porque si los Marotti se enteraban de ella podrían ir por Emma a Rusia.

Siempre sabía cómo actuar, pero desde que conoció a Emma no sabía cómo controlarse, tenía enfrente de él a la posible hija de su mejor amigo, y si eso era así, él no dudaría en decirle, tendría que viajar a Canadá, porque no era muy seguro contarle eso tan importante por teléfono.

_, pero aún las tienes contigo? Dijo Vitaly un tanto ansioso y con deseos que así fuera.

_ si, claro las he guardado, como mi más grande tesoro, sabes el deseo que tengo de tener a mis padres enfrente para gritarle tantas cosas, su abandono, he sufrido mucho por culpa de ellos, por dejarme allí. Vitaly estaba atónito, solo tenía que ver aquel pasaporte, o por lo menos preguntarle su apellido, él sentía tantas sensaciones, que no se imaginaba como se iba a sentir su amigo al saber que su hija estaba en su casa, si ese era el caso de que Emma fuera la hija de Mateo.