Aria y Devon son tan diferentes en su vida diaria, pero lo que no saben es que sus deseos son similares, sus fantasías una gota de agua.
Y ahora que Aria tiene a Devon en sus manos, él tiene dos opciones:
1. Denunciarla y alejarse de ella.
2.Dejarse llevar y ver qué sucede.
Y si somos sinceros la segunda opción lo tienta demasiado, sobretodo después de que ella despierta su lado más oscuro y perverso.
Por lo que ahora después de que algo más allá del deseo hizo click entre ellos, ¿Estará dispuesta Aria a aceptar todo de Devon, incluyendo a según él, "su monstruo"? ¿Quién iba a decir que un frío empresario, pudiera ser tan ardiente?
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Capítulo 21: ¡Aria, ¿Qué has hecho?!
~Aria~
— ¿Qué me has dado ahora, me siento mareada? —mi cabeza da vueltas, miro hacia el asiento delantero donde va sentada Mar, quien maneja y a la vez mira por el espejo retrovisor y el de los lados a cada rato.
— Algo que te mantenga tranquila y callada, pero por lo que veo, nada te hace callar, ¿no? —toma su celular sin siquiera fijarse en que va conduciendo— ¿Qué sucedió con Roberto, porqué mierd* no contesta mis llamadas?—alguien le responde desde el otro lado de la línea y ella escucha atentamente— esta bien, si... Es lo más probable, es un zorro el muy malnacido. Sí, si... Ok, sigue con el plan, y si puedes ir mejor... Estaré donde acordamos, sí, que sí, ¿no confías en mí? En cuánto esté lejos de su radar te lo transfiero, por supuesto que no miento, solo sigue con lo que acordamos y conduce a Landy allí. Solo dile que es orden mía, ella confía en mí... Te llamo al rato.
Cuelga la llamada y suspira con frustración, a la vez que golpea el volante con una de sus manos. No puedo ver que cara pone pero espero que no sea nada bueno lo que le dijeron, es una maldita sicópata.
— Él es muy bueno eh, pero yo soy mejor, mejor en todos los sentidos mi amor, incluso para ti. —suelta una carcajada de repente— Él jura que es a mí a quien sigue, pero lo que no sabe es que mi gemela está en el país, le dije a ella que él nos quiere separar y que te quiere muerta. Que es un sádico, y posesivo golpeador de mujeres. Y ella que no soporta a los abusadores de mujeres, me ayudo de inmediato. Es tan estúpida mi hermanita.
— ¿Hermana, gemela? —mi voz sale apenas cuando le pregunto.
—Sí, una hermana de la cual fui separada desde los 6 años. Ella era la consentida, la perfecta, y se fue con una familia amorosa pero de situación medianamente buena económicamente. Yo por otro lado me fui con una familia donde el amor no valía nada; donde el dinero y las apariencias lo eran todo, una familia rica y despreciable. Ambas crecimos, y nos reencontramos hace algunos años. Nunca fuimos muy apegadas, es decir, yo no soy como ella, confiada y tonta. Le doy unas migajas de amor falso y ella me cree. Todas las chicas con las que me he encontrado a lo largo de los años, son así. Todas. Excepto tu mi amor, a ti te conocí por tus novelas, apasionadas pero faltas de algo, tu inocencia y ganas de experimentar se podían leer a través de tus palabras. Y las ame. Soy parte de una editorial y escritora, fue ahí donde me enteré que la escritora que era mi fantasía sin rostro iba a ir. Imagínate mi sorpresa al verte, fue...fue extraño y muy agradable saber que la chica con la cual quería una noche eras tú. Que ambas eran la misma persona. Jajajja no iba a dejar que ese niño rico te arrebatara de mi lado, eso jamás.
— Devon, mi Devon, jamás pienses que llegaré a sentir algo por ti. —le digo muy enojada.
—No importa mi amor, créeme eso es lo de menos. Yo te haré quererme, te haré incluso amarme con locura. Te tendré a mis pies, cueste lo que me cueste o moriré en el intento. Y tu amado Devon, jamás te encontrará. —dice segura y un escalofrío me recorre el cuerpo, no, no puedo dejar que esta mujer se salga con la suya. Por eso, busco fuerzas de donde no tengo y me estabilizo, para luego medio mareada lanzarme hacia adelante, intentando detener el auto. Ella se sorprende por mi osadía, el auto dan un giro, ella intenta estabilizarlo, ya que gracias a mí se le descontrolo. Me da un manotazo para que caiga hacia atrás, a los asientos traseros y en eso cuando mira para adelante cosa que apenas hago me encuentro de cara frente a una curva y otro vehículo. Dios mío, viene directo hacia nosotras. Ella intenta evitarlo, pero no puede.
— ¡Aria ¿qué has hecho?! —es lo último que sale de su boca antes de...
— Mierda... —susurro apenas cuando veo que ella no esta consiguiendo estabilizar el auto.
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