Calina Belkin es una joven estudiante de ciencias veterinarias, quien sueña con graduarse e irse a vivir a Suiza, pero sus sueños se ven truncados cuando se ve obligada a contraer matrimonio con el mafioso mas peligroso de Rusia, Conocido como el demonio Ruso, Yerik, es un hombre frío, sanguinario, dejo de creer en el amor cuando su segunda esposa lo abandono con su pequeña hija recién nacida, desde entonces aborrece a las mujeres, pero se ve obligado a casarse para darle una madre a su princesa Alina.
Podrá Calina derretir el corazón de este hombre tan despiadado?
Podrá Yerik volver a confiar en una mujer y darse una nueva oportunidad en el amor? Acompáñame a descubrirlo...
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CAPÍTULO 20
( CALINA )
Cuando Yerik volvió yo estaba igual o peor que una niña de cinco años, más que ansiosa por irnos, estaba sentada en la sala, junto a nuestras maletas, el entró y sonrió, dejando ver esos perfectos dientes tan blancos que tiene
- Veo que alguien está más que ansiosa por nuestro primer viaje juntos - dijo pícaramente
- Pues si, estoy muy ansiosa, ya dime adónde me llevarás? - pedí haciendo puchero
- Es una sorpresa mi hermosa Chihuahua - dijo para luego llevar sus manos a la boca al mismo tiempo que fruncí el ceño con evidente molestia
- Como me llamaste Yerik Sokolov? - pregunte levantándome del sillón con mis manos en la cintura
- Es con cariño, pequeña, no te enfades, si? Por favor? - pidió tomándome en sus brazos y llenándome de besos
- Mm te perdonó solo por esta vez, igual si yo soy una Chihuahua, que asumo debe de ser por lo pequeña y hermosa, tú eres un perro sin cola - dije y solté una fuerte carcajada a lo que ahora era el quién fruncía el ceño
- Perro sin cola? Pero porque ese apodo tan raro y feo?
- Es que Yerik, cuando un perro está contento mueve la cola, en cambió si no tiene cola no se sabe si está contento o enojado y contigo es igual siempre llevas cara de perro - dije y Yerik comenzó a correrme al rededor de los sillones enojado mientras yo reía a más no poder
- Ya verás pequeña Chihuahua - dijo Mientras me lanzaba con cuidado al sillón y me hacía cosquillas
- No por favor no me hagas cosquillas - gritaba mientras me retorcía en el sillón
Parecíamos dos niños pequeños jugando, fue un momento muy divertido, jamás pensé que Yerik, pudiera ser así, siempre lo veía tan serio, tan amargado que llegue a pensar que no tenía sangre en sus venas, pero cada día que pasa me sorprende más y más, detrás de ese hombre tan imponente hay un dulce osito que solo necesita amor.
Nos re compusimos y salimos a despedirnos de Alina la cual ya estaba en casa de sus abuelos, el trayecto duro una media hora, Yerik manejaba tranquilamente, mientras que con una mano conducía, con la otra sujetaba posesivamente mi pierna, la cuál no soltó hasta llegar a destino
Levanté la vista y me encontré con lo que parecía un gran castillo, del cuál Ali salió corriendo hasta llegar a nosotros
- Mami, Papi vinieron a buscarme?
- No princesa mami y papi estarán unos días ausentes y tú te quedarás con los abuelos, pero te prometo que a nuestro regresó iremos los tres a dónde tú desees - dijo Yerik en cuclillas acariciando su cabello
- Y me traerán un regalo?
- Claro que sí, que desea mi princesa? - volvió a preguntar Yerik
- Mm - llevo su mano a la cabeza pensando - Una hermanita, quiero una hermanita Papi me la traerán!! - pregunto dando saltitos
La madre de Yerik soltó una fuerte risa, mientras que Yerik y yo nos mirábamos sin poder abrir la boca, creó que está princesa va muy rápido con sus pedidos de familia.
En ese momento llego el señor Nicolay y la pequeña se olvidó del tema, nos despedimos y subimos nuevamente al auto y mi esposo condujo alrededor de una hora, mientras tanto me dediqué a cantar todas las canciones que sonaban en la radio y él me observaba en silencio y con una gran sonrisa en sus labios
Me sorprendió cuando nos adentramos en el área del puerto, mire a Yerik confundida
- Tranquila no te asustes, no planeó matarte antes de consumar el matrimonio
- YERIK...
- Ya amor, ven mira aquí pasaremos nuestra luna de miel - dijo señalando un inmenso yate
- Wow es precioso, es tuyo?
- Claro mi reina, es nuestro, pasaremos unos días fabulosos - dijo tomando mi mano y entrando al lujoso yate, su interior era increíble
Solo íbamos Yerik, yo, el capitán y dos mozos, Mientras el yate se alejaba lentamente de la ciudad, me pare en la proa a observar el hermoso ocaso, el cielo comenzaba a teñirse de colores naranjas y violetas y las luces de la ciudad de fondo le daban el toqué
- Te gusta mi reina? - pregunto Yerik mientras me abrazaba por la espalda y besaba mi cuello, lo cuál me hizo estremecer
- Es fantástico amor, muchas gracias
- Cómo me llamastes? - pregunto me volteaba hacía él
- Mm amor....
- Suena tan bien en tus labios
- Pues entonces lo diré más seguido - Dije seductoramente
Después de un inmenso silencio en el cuál Yerik se había dedicado a contemplar mi rostro como si nunca me hubiera visto en la vida volvió a hablar
- Calina, por favor nunca me abandones, no podría resistir perderte a tí, por favor mi amor nunca me dejes - dijo abrazando mi cintura con fuerza y colocando su cabeza en el hueco de mi cuello, me provocó mucha ternura su actitud
- No lo haré, si tú no me das motivos estere siempre a tu lado mi amor, siempre - respondí acariciando su cabello
Un segundo después el mozo se acercó a avisar que la cena ya estaba lista, fuimos a lo que sería el segundo piso y había una mesa en el centro decorada con velas y rosas, Yerik corrió mi silla para que me sentará y luego lo hizo el, mientras comíamos viendo el bello atardecer, conversábamos de cosas triviales, no podía evitar sonreír al ver cómo se le inflaba el pecho de orgullo cada vez que hablaba de Alina, es un gran padre a pesar de todo
Estábamos terminando de comer el postre cuando Observé que una lancha cargada de hombres se acercaba a nosotros, me asusté mucho, lo primero que se me vino a la mente fue que venían a atacarnos, Yerik al contrario solo mostraba una pequeña sonrisa en sus labios, no entendía que sucedía
De pronto la lancha se acopló a nosotros y de la misma se pararon varios hombres y lo que yo suponía de lejos que eran armas, resultaron ser instrumentos musicales, Yerik me tendió su mano
- Me permite este bailé señora Sokolov
- Por supuesto señor Sokolov
Coloque mis manos en su cuello mientras él me tomaba de la cintura, bailamos varios lentos, era como si solo estuviéramos el y yo, todo era como estar en un sueño, me sentía tan feliz, pero como ya dije Yerik no me deja de sorprender, cuando los músicos dejaron de tocar, fuegos artificiales iluminaron el cielo, me quedé embobada mirando el cielo que no paraba de iluminarse, volví a la realidad cuando Yerik me habló, al voltear no podía creer lo que estaba viendo
- Calina se que empezamos con el pie izquierdo, pero con el tiempo te fuiste calando hasta lo más profundo de mi alma, te quiero con locura, está demás decir lo agradecido que estoy por cómo quieres a Alina, se que puedo parecer un loco de mierda porque jure que jamás me enamoraría de ti, pero fue inevitable, eres lo más hermoso que la vida me dió después de mi hija, por eso quiero hacer las cosas bien contigo, Calina mi amor, te quieres casar conmigo? - pregunto Yerik arrodillado con un anillo de compromiso el cuál tenía un inmenso diamante
- Claro que quiero casarme contigo - dije dándole la mano para ayudarlo a levantar
Nos besamos apasionadamente mientras los músicos tocaban mi canción favorita, realmente Yerik me sorprendió a lo grande está vez, no me esperaba algo así.