EL HIJO DEL CEO

Fui al aeropuerto a buscar Ariana. La vi desde lejos. Caminé hasta donde estaba con sus padres y José. Me paré frente a ellos.

— Necesito explicar y pedir disculpas— les dije a los papás de Ariana.

— No necesitas explicar nada. No te quiero cerca de mi hija ya lo he dicho antes— habló el padre de Ariana.

— Solo escúchame. Yo no tengo nada que ver con lo que ha hecho mi mamá. Desde que conocí a Ariana me he enamorado de ella.

— Joan hablemos en privado— dijo Ariana.

— Ariana no vayas a ningún lado— decía su madre.

— Madre, Padre, solo déjeme una vez. Siempre he hecho todo lo que ustedes han querido, he sido una hija obediente pero esta vez déjenme hablar con él por esta vez.

— Está bien, dame a José — Dejó a José con su mamá. Ella tomó mi mano y me llevó afuera del aeropuerto.

— ¿Dónde está tu auto? Hablemos ahí.

Caminamos hasta mi auto y subimos.

— Ari, ya sabes que esto no es mi culpa. Mi mamá quiere manipularme pero no le va a resultar. Si ella cree que con ese acuerdo legal me va a chantajear para que me case pues no va a ser así.

— Sabes Joan, cuando me casé con Sebastian me casé igual, obligada bajo un chantaje. No tenía valor en decir que no porque todo el esfuerzo de mis padres estaban en juego. Cásate y trata de enamorarte.

— No me digas eso. Yo sé que por el momento la balanza pesa más a mi lado porque yo te amo de verdad. Quédate por favor.

— Sabes bien que no puedo.

— Eres mi novia y no quiero que rompamos— le tomé las manos y me acerqué para besarla— realmente te amo.

Ella suspiró y bajó su mirada.

— Yo sé que tú sientes algo por mi. Yo lo siento aquí— señalé mi corazon— cuando hicimos el amor tu cuerpo fue sincero.

— Me gustas Joan pero mira la situación.

— Eso me basta. Iré por ti a Estados Unidos— sonreí— Solo voy a arreglar algunas cosas aquí y pronto estaré contigo. No me importa empezar de cero.

— ¿Por qué eres tan cabeza dura?

— Porque te amo— besé sus labios tanto como pude— Vamos quiero hablar con tu papá.

Nos dirigimos donde sus padres. Al llegar donde ellos le tomé la mano a Ariana. Ella me volvió a ver con sus ojos bien abiertos y jaló su mano pero no la solté.

— Yo amo a su hija. Perdonen el comportamiento de mi madre. Por favor— Me arrodillé ante ellos.

— Levántate Joan— decía el padre de Ariana— No hagas esto. No te humilles en público.

— Hasta que usted me de su permiso me voy a levantar.

La gente a nuestro alrededor nos miraban y murmuraban.

— Está bien pero levántate. Hablaremos.

Me puse de pie.

— Gracias.

— ¿Ustedes dos son novios?

— Si— le contesté con mucha seguridad.

— Ariana, ¿Qué sientes por él?

— Me gusta, Joan me gusta.

— Joan que harás con todo este enredo que hizo tu madre. Hay una boda bajo contrato legal.

— Voy a resolver eso y en cuando lo resuelva viajaré a Los Ángeles por Ariana. Le doy mi palabra.

— Espero cumplas tu palabra. Ya Ariana ha sufrido demasiado y ya no quiero verla sufrir más y se que en parte yo le he provocado muchas de sus tristezas.

El vuelo de Ariana salió. Me quedé un poco más tranquilo al saber que su padre aceptó mi relación con ella.

Tengo que hablar con mis abogados para encontrar una forma de que mi madre no pierda sus bienes. Cuando eso quede resuelto voy a viajar a Estados Unidos por Ariana.