AMOR GITANO #GRUMPY & SUNSHINE

Narra Anto

Me sentía dichosa, moví todos los hilos a mi favor para casarme con Daniel.

Estaba ansiosa porque termine la celebración y al fin tenerlo conmigo en la alcoba, se había escusado tanto de querer esperar hasta que estemos casados, como le menti que me reservaba para mí futuro esposo.

Me estremecí de la emoción al estar a solas con él en la habitación.

-Estuvo todo muy bien. Le comento con voz melosa.

-Mientras estuvo a la altura de tu gusto. Me respondió serio.

-Es nuestra noche. Le digo despojándome del vestido.

-Mientras te cambias... Te daré privacidad. Me dijo saliendo del cuarto.

Suspiré frustrada, me dejaba sola en el cuarto.

"Debo ser positiva, ya estamos casados", me dije a mi misma.

Me dirigí al cuarto de baño me bañé para estar fresca, me llene de crema perfumada en flores y me puse ese body en color blanco que encargue directo de París.

Me puse en pose en la cama a esperar que llegue Daniel.

Repase las fotos para subirlas en mis cuentas, pedí un refrigerio que traigan a la habitación, de los nervios casi no probé nada.

Paso media hora y el cansancio se hacía presente, por lo que me incorpore poniéndome un salto de cama y salí a buscar a mi esposo.

Llegué hasta el bar viéndolo recostado con la mitad del torso tomando un trago.

-Daniel... Te estoy esperando. Le digo.

-Siéntate... Acompáñame... Brindaremos por nuestra boda. Me dice levantando su vaso.

-Daniel... Es nuestra noche de bodas. Le digo.

-Lo sé... Duerme si quieres... Yo quiero tomar algo... No consumí nada. Me aclara.

-Vamos al cuarto... Pediremos que te lleven ahí. Le sugiero.

-Anto... La fiesta fue según tu placer ... Todo lo han hecho según tu placer... No quieras manejarme... Déjame tomar tranquilo. Me dice en un tono áspero.

-Es nuestra noche de bodas... Debemos pasarla juntos. Le insisto deseosa por llevarlo conmigo.

-No me lo hagas repetir. Me dice pidiendo otro trago.

-Me vesti para ti... Estoy lista para estar contigo. Le digo.

-Ja... Ja... Ok... Anto... No finjas conmigo... Conozco tu carrera. Me dice.

-¿Qué dices?. Le digo ofendida.

-Esto fue un arreglo ... Pero no me obliga a estar en el mismo cuarto que estás tu... Podemos estar en cuartos diferentes. Me dice.

-Pero si vamos a vivir juntos... Nos regalaron la villa. Le digo agitada.

-Es la que querías... Por mi parte tengo mis viajes de negocios... Así que me da lo mismo. Me responde.

-Pero que hay de la luna de miel... Están los pasajes listos. Le recuerdo.

-Puedes llevar a una amiga si quieres. Me sugiere.

-NO... ES NUESTRA LUNA DE MIEL. Le digo alterada.

-No puedo irme de viaje... Tengo mis obligaciones ... Qué si quieres seguir manteniendo el nivel de vida que tienes... No puedo darme el lujo de viajar. Me dice.

-SI SE TRATABA DE ISA SALIAS VOLANDO. Le digo alterada.

-Sacas de nuevo a Isa en la conversación... Estoy casado contigo... Eso debe de decirte algo. Me dice.

-No la olvidas... Está siempre en tu mente. Le digo agitada.

-Como puedo olvidarla si me la recuerdas cada rato. Me dice.

-Estas presto a sus llamados cuando te pide ayuda... A mí se me cae un pañuelo y ni lo levantas por mi. Lo reprochó.

-Empiezo a creer que la que hace berrinches eres tú y no Isa como aseguras... Ella facturo más madura al aceptar todo esto sin armar revuelos. Me dice.

-Es una caprichosa, que no lo veas es cosa tuya. Le digo enojada.

-Haces un despilfarro de todo... Nunca brindas una idea de cómo generar ganancia... Eres como el ancla que hunde a tu padre mientras lucha con estar a flote... Por qué crees que accedió cuando ingresaste a nuestra reunión diciendo que te hacia ilusión casarte. Me dice.

-MENTIRA ... SOLO QUIERES LASTIMARME... ERES CRUEL. Le digo agitada.

Me giro dirigiéndome a ver a mi padre.

Ingreso sin llamar y justo tenía su masajista personal sentada en bikini sobre él.

-ANTO... NO SABES LLAMAR. Me reta.

-RETIRATE... DEBO HABLAR CON MI PADRE. La hecho.

Ella le mira a él y asiente indicadole que se vaya.

-DICES QUE DESPILFARRO EL DINERO... Y LO GASTAS EN ESA TRABAJADORA SOCIAL. Le digo alterada, evitando decir una grosería por la chica que salió.

-TRABAJO DURO... EN QUE LO GASTE NO ES TU PROBLEMA. Me responde enojado. - DEBERIAS ESTAR CON TU ESPOSO... YA NO ERES MI RESPONSABILIDAD. Me dice.

-ERA VERDAD ENTONCES... QUE SOLO FUE UNA SALIDA QUE TOMASTE PARA LIBERARTE DE MI... POR SER DESPILFARRADORA. Le digo alterada.

-ESTOY CANSADO... FUE LARGO EL DIA... VE CON TU ESPOSO. Me dice indicándome que salga.

-DANIEL NO QUIERE ESTAR CONMIGO... PREFIERE ESTAR BEBIENDO EN EL BAR QUE ESTAR CONMIGO. Le comento alterada.

-TU LO ELEGISTE... ES TU ESPOSO... DEBES SABER LIDIAR CON ÉL... DEJA DE LADO TUS ACTITUDES DE NIÑA CHILLONA... Y ACTUA COMO UNA MUJER CASADA... TIENES LO QUE NECESITAS PARA CONVENCERLO. Me dice mi padre.

Me dirigí molesta a mi habitación, lance todo lo que había a mi paso de la frustración.

"¿QUÉ TENGO LO QUE NECESITO?"

"¿QUÉ QUIERE DECIR CON ESO?"

En eso escucho que abren la puerta y es él, en un estado de ebriedad muy pronunciado.

-Ya te mojaste la garganta. Le digo.

- ¿Por qué no me quieres?... ¿Por qué no me aceptas?. Me dice.

-Aqui estoy... Puedo hacerte feliz. Le dije.

-Ven... Debes recostarte. Le digo ayudándole a sacarse sus prendas.

-Quedate conmigo. Me pide.

-No me iré a ningún lado. Le respondí.

Le quite los zapatos, las medias, el pantalón, su chaquetilla, y su camisa, lo deje en boxer.

Acomode su almohada y lo cubrí con la sábanas. Me acosté a su lado.

-Viajaremos en un crucero... Dónde solo seremos nosotros dos. Me dice.

-Lo que te haga feliz. Le respondí.

No me hacia ilusión, estaba con un alto grado de alcohol en su sistema.

Me miro a los ojos posando un beso en mis labios, creí que se me daría, pero al segundo lo sentí pesado, se había quedado dormido.

Dormite un segundo, me incorpore y salí a tomar aire.

Estaba casada, pero no me sentía feliz, recordé las preguntas de Daniel, parecía como si no fuera a mi que preguntaba eso.

-¿Qué haces aquí sola?. Escucho que alguien me pregunta y me giro viendo al que organizo mi fiesta.

-Tu eres. Le consulto al no saber su nombre.

-Ausch... No sabes como me llamo... Y te hice una fiesta a la altura de la realeza. Me comenta.

-No se tu nombre... Dime cómo te llamas. Le digo.

-Enzo. Me responde.

-Enzo... ¿Qué haces levantado?. Le consulto

-No soy de dormir casi... Solo lo hago al estar en casa. Me responde.

-Te espera alguien en tu casa. Le consulto.

-No... Nadie espera por mi. Me contesta.

-Es triste. Le digo.

-Para mi no... Nadie me reclama nada, puedo ir y venir sin dar explicaciones. Me responde.

-Te envidio. Le digo.

-¿Por qué?... A caso no querías casarte. Me consulta.

-Si... Lo quería... Pero nunca imaginé que mi esposo no quisiera intimar conmigo. Le respondo en un suspiro.

-Sera del otro bando... Un mujerón como vos cualquiera estaría encantado de tener. Me dice.

-¿En serio lo crees?. Le pregunto.

-Por supuesto... Salvó que tengas un secreto. Me dice mirándome fijo.

-¿Cómo cual?. Indagó.

-Que tengas muy desarrollado... Cierto punto... Qué...

-¿Muy desarrollado?. Indagó y abro mi bata. - Muestrame a que te refieres porque no entiendo. Le digo.

-Uf... Pues... Tienes todo lo que una mujer debe tener... Hasta para regalar. Me dice observando mis atributos que superan a la medida estándar.

El body es un encaje con flores que cubren solo los puntos claves, lo demás se ve a través de la fina prenda.

-En si... No me dijiste que es lo que puedo tener más desarrollado. Le comento.

-No puedo ver por el body. Me señala.

-Ja... Ja. Me rio cubriendo mi figura de nuevo.

-No tuve la oportunidad de darte un regalo. Me dice Enzo.

-Estabas ocupado. Le recordé.

-Si me lo permites, puedo darte ahora. Me dice.

-¿Dónde lo tienes?. Le pregunto.

-Si me acompañas... No tardarás nada. Me dice.

-Que lastima. Le digo.

-Eso depende de como desenvuelves la cinta. Me dice.

-Suelo ser ansiosa y romper la envoltura. Le digo.

-Asi que eres bruta... Deberías tener más cuidado... Te puedes servir el papel para después. Me dice.

-Ja...Ja... Puedo conseguir uno nuevo. Le respondo.

-¿Qué haces con lo que se te regala?... ¿Sabes apreciarlo o lo tiras?. Le pregunto.

-Lo aprecio... Siempre puede tener una utilidad... Si a mí no me sirve... A mí hermana capaz le agrade... Isa suele apreciar lo que a mí no me interesa. Le digo.

-Es una lastima que solo tengas belleza. Me dice.

-¿Qué quieres decir? Le pregunto.

-No me gusta hacer regalos a los que no aprecian el gesto de quien lo ha hecho. Me dijo.

-¿Por qué lo dices?. Le pregunto.

-Cuando alguien te da un regalo... Quiere decir que pensó en ti... Se tomó el tiempo de elegirlo con la intención de que sea especial... Por más que sea un llavero... Te enseña como es esa persona. Me explica

-Es lindo como lo dices... Jamás lo pensé de ese modo... Al contrario... Solo lo veía como queriendo acomodarse conmigo por mi posición... Un lame botas... Qué al hacerme un regalo se gana un aprecio de mi padre. Le comento.

-Puede que algunos piensen así... No es mi caso... Si te hago un regalo... Será solo para ti. Me dice.

-Me entro curiosidad. Le digo.

-No se tu... Pero me dió sed. Me dice.

-Me invitas a beber. Le consulto.

-Si es que puedes seguirme el paso. Me dice.

-Las bebidas son fuertes para una mujer delicada como yo. Le digo. Él sonríe.

-Menos mal estás conmigo... Otro se aprovecharía. Me dice.

Lo acompañe a un sector que no conocía del hotel, él se dirigio a un rincón y veo que saca de una pequeña nevera dos botellas de cerveza pequeñas y me pasa una. Él destapa la suya y la toma del pico.

-Bebe. Me dice.

-Como. Indagó y me muestra por lo que le copio.

-Despacio. Me dice.

-Es refrescante... Un poco picante para mí gusto. Le digo.

-Me alegro que te guste. Me dice.

-Y ¿Cuál es mi regalo?. Indagó.

-Eres impaciente. Me dice.

-No es una de mis mejores virtudes. Le digo.

-Estas acostumbrada a que todo te den ni bien lo pides... Conmigo tendrás que tener paciencia. Me dice.

-Soy todo lo contrario a la paciencia. Le digo.

Tomo de una la cerveza y la apoyo en la silla.

-Gracias. Le dije incorporándome para irme.

-De nada. Me dice quedándose en su lugar.

Me encamine al ascensor hasta llegar a mi piso, al salir del mismo siento que me estiran y es Enzo que me arrebata en un beso intenso alzandome en sus brazos.

- Eres conejita 69. Me susurro en mi oido mi apodo.

Lo mire a los ojos.

Él me marco el tatuaje de mi loma derecha del lado de afuera.

-Siempre admire esa coneja traviesa. Me dice.

Era mi identidad secreta, jamás mostré mi rostro, pero él me reconoció por eso.

-No debo ser la única que lo tiene. Me defiendo para no mostrar que me descubrió.

-Nunca imaginé que podría ser una como tú... Pero luego reflexione... Debe estar aburrida de su vida glamorosa y busca nuevas emociones... Algunas buscan perderse en los vicios... Pero tú... Bailas sin nada ante una camara como si le hicieras al que esté mirando. Me susurra sobre los labios.

Sus manos son hábiles recorriendo cada centímetro de mi zona baja haciendo que la marea suba. Lo despojo de un solo jalón de sus prendas bajas recibiendolo completo. Nos damos con ímpetu contra la pared.

-Prometeme que solo bailaras para mí. Me pide, agitado.

-Las veces que quieras. Le respondo.

Lo tengo aprisionado con mis piernas sin dejarlo retirarse.

-Puede ser un problema. Me dice.

-No para mí... Mis tierras no son fértiles. Le comento.

-¿Por qué?. Me pregunta.

-Larga historia. Le digo volviendo a besarlo.

Sentí llegar al espacio sideral, mejor modo de terminar mi día imposible.

Le sonreí cuando me bajo.

-Me encantó el regalo. Le dije despidiéndome con un beso.

-Para mi lo fue conejita 69. Me dice.

Llegué a mi habitación, me di un baño y me puse mi pijama de shorts y remera.