Fiorella

Capítulo 21

¡Llego Carlos!

Ya eran las 11 de la mañana cuando la mini van llego a un pueblo llamado el Viejo oeste, aunque Sánchez no sabía dónde estaba, podía imaginar que estaba en Dallas, cuando se despertó se dio cuenta de que su cara estaba apoyada contra el pantalón de un asqueroso hombre y su olor se le había quedado impregnado en la nariz causándole nauseas, acomodo su postura para sentarse derecha y todos los hombres estallaron en risas, el hombre sentado en el asiento del copiloto la miraba con desprecio y le dijo “si tanto te gusta, hay muchos en el sitio a donde vamos, debes devolverme cada centavo que pague por ti y mi personal no paga” las palabras de ese hombre la hicieron enrojecer al instante, ella negó con la cabeza y dijo “no, no me gusta” el hombre junto a ella se rio con desdén y le dijo “eso no parecía durante toda la noche”

En ese momento las carcajadas se volvieron a escuchar como un estruendo en toda la camioneta, pronto, el auto se detuvo, se abrieron todas las puertas del vehículo y uno de los hombres la tomo del brazo para que bajara, el le dijo “bienvenida a tu nuevo hogar, aquí te puedes llamar maestra Lola o Lolita” ella miro el sitio donde se encontraba, la calle estaba desierta y el sol era tan resplandeciente que le ardía la piel con solo estar unos segundos expuesta a él, frente a ella había una estructura muy similar a un castillo, pero de tamaño pequeño, con grandes puertas de madera abiertas de par en par, ya estaba preparándose psicológicamente para lo que le esperaba…

Otro hombre la tomo del otro brazo y la llevaron a dentro, el sitio estaba muy callado y limpio, habían dos ancianas esperando en la entrada, cuando entraron los hombres, las ancianas los saludaron cariñosamente, como si vieran a sus hijos entrar, una de las ancianas se acerco a la maestra y miro su cara, la anciana dijo “es bonita, parece pura” el hombre que sostenía a la ex maestra Sánchez le indico a la anciana “llévala y verifica su pureza, si es pura podemos hacer algo divertido” la anciana llevo a la mujer del brazo en dirección a unas escaleras, Sánchez intento soltarse del brazo de la anciana y esta le mostró rápidamente una jeringa, mientras le hablaba con voz suave “shhhh calma, esto es heroína líquida, con un solo pinchazo te puedo hacer tan adicta que follaras hasta con caballos por una dosis diaria” Sánchez trago grueso, se calmo inmediatamente y le dijo “no me malinterprete mi señora, no quería lastimarla, solo me preocupa que se le canse el brazo por sostenerme, la anciana sonrío, le dio unas palmaditas en la cabeza y le dijo: “aquí hay muchos métodos para que hagas las cosas de buena gana, la adicción no es el peor, trata de ser obediente, mantente alejada de los muchachos, tampoco intentes escapar y estarás bien.

Tu no eres nada inocente, porque si fueras una mujer inocente no estuvieras aquí, trata de utilizar tu inteligencia para mantenerte y mantener a tu familia con vida” Sánchez asintió en comprensión, recordando todo lo ocurrido que la llevo a estar allí, ahora odia mucho mas a ese chofer y a esa mocosa.

La anciana la llevo a un cuarto muy limpio, con una enorme cama bien decorada, le dio muchos insumos para bañarse y cuidarse la piel, ella sintió que estaba en otro mundo, nunca había tenido cremas para el cuidado de la piel, se dio un largo baño y la señora le entrego un vestido sencillo sin ropa interior, ella trago grueso pero no dijo nada, se coloco el vestido, la anciana le dijo: “acuéstate y abre las piernas” ella aunque estaba temblorosa lo hizo, al ver que la anciana iba a introducir un dedo en sus partes intimas se apresuro y le dijo “nunca he estado con un hombre” la anciana sonrío, le abrió más las piernas y se acerco muy profundamente a verificar, era correcto, ¡ya podían subastar su castidad!.

Antes de salir le entrego unas pantys de encaje y le dijo: “no hagas nada estúpido, no le abras a puerta a nadie que no sea yo, si alguno de los hombres entra grita con fuerza, eso que tienes entre las piernas es muy valioso y si lo toma un cerdo el jefe te cortara el cuello y matara a tu familia... aprovecha de descansar antes de encontrarte comprador” dijo esto y salió, Sánchez o mejor dicho desde ahora, Lola, sintiéndose impotente se puso a llorar en silencio, arrepintiéndose de haber estudiado educación.

En la mansión Zuloaga ya a mediodía, Martina recibió el informe de su mayordomo de que el vehículo de Fiorella esta desde la noche anterior en un centro comercial, ella llena de ira decidió encontrar a Fiorella y matar a ese desgraciado chofer delante de ella para vengarse por el desprecio de su amado hombre, así la niña será totalmente obediente con ella, de todas maneras, ni su papá la quiere, si la quisiera, viniera a verla…

Pensando en esto, mando a contratar al mismo grupo de matones que se encargaron de Abril aquella vez “tráeme a la mocosa y al chofer sin un rasguño” en ese momento una caravana de ocho hummer y una limosina Lincoln extendida en medio entraron a todo galope por la puerta principal, dejando a todos, incluyendo a la anfitriona de la casa sin palabras.

Martina estuvo aturdida unos segundos, luego entendió que por fin había llegado su marido, y le dio gracias a Dios de que la mocosa no estuviera aquí para robarle el protagonismo.

Ella rápidamente fue a la entrada a recibirlo, aun llevaba su corsé sexy en el cuerpo debajo de su bata de seda, solo había bajado a comer antes de darse una ducha cuando tuvo que ocuparse de muchas cosas… Ella suspiro y vio al hombre extraordinariamente guapo descender del vehículo con tanta elegancia como un miembro de la realeza, viendo su piel clara y su cabello castaño claro, además su deslumbrante altura ya que mide 1, 95 cm que se ajustan al hermoso traje Armani que viste hoy, al ver tanta elegancia caminar hacia ella no pudo evitar jadear, ¡este es su marido, rico y guapo! El hombre llego frente a ella, sin detenerse en lo más mínimo, ni siquiera hizo un gesto de saludo, siguió directo hasta el gran salón de recepción donde se sintió ahogado al ver su mansión, toda la decoración había cambiado, hasta el color del piso y de las paredes, realmente no quedaba nada en esa mansión que le recordara a su amada Juliana, el hombre tembló de ira, tuvo que controlarse para no volver a paralizarse, respiro profundo, miro en dirección a la maldita mujer y le pregunto ¿Qué demonios le has hecho a mi casa?