Natalia es feliz, su familia completa, un maravilloso esposo, algo sobre protector, pero se avecinan grandes desastres que la llevarán al límite junto a sus hijos, los cuales pasarán de ser unos adolescentes vivaces a adultos serios y con muchas responsabilidades, igual que ganas de defender el imperio que se ha formado, tras la alianza de dos grandes familias italianas, lucharán por defender a su Madre de sus enemigos y descubrír, el amor, la traición y el desamor
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Dolor de madre e hija
—Ciao Naty— Saludo de inmediato
— Comunicarme por favor con Bianca, su teléfono salta a buzón — Esto me deja paralizado por unos segundos
— ¡No esta! — ¿Máximo está a tu lado? — Pregunto levantando un poco mi voz.
— Si —¿Por QUE? — ¿Dime que pasa? — ¡No tengo un buen presentimiento!— Al fin de cuentas ella es madre
— Pon el altavoz por favor.— Se que estoy dando muchos rodeos al asunto.
—¿Que puñetas pasa? — Se escucha a Máximo hablando y en segundos están al teléfono juntos.
— ¿Que pasa Alessandro? — Contesta un exaltado Máximo.
— ¡Se la llevaron! — Son las únicas palabras que salen de mi boca.
— ¿Se más claro no te estoy entendiendo? — Su voz ahora es más gruesa que de costumbre.
— ¡A mi hija se la llevaron los Moreau! — Ahora soy yo quien alza la voz.
—Esos cabrones— ¿Que más sabes?— Natalia empieza a llorar.
— No mucho, esta misma semana trataron nuevamente de negociar su entrada en nuestros territorios y me negué.— No es nada nuevo para el, nosotros estamos decididos a no tener tratos con ellos.
— Muy bien averigua si tiene familia algo lo que sea que podamos modificare por Bianca.— Ya estoy en eso
— ¡Hay algo más¡— Lo acabo de enviar a tu teléfono
Lo único que alcanzo a escuchar es a una Natalia muy cabreada, grita muchas cosas y eso que no ha visto las fotos que me enviaron al momento siguiente la siento a ella al teléfono nuevamente.
— Vamos saliendo para el aeropuerto, mañana por tarde estamos allá cuadra todo el personal y te lo advierto Alessandro —¡Quiero a mi hija devuelta sana y salva, porque de lo contrario les va a pesar! — Está furiosa y es normal.
— Trata de tener la cabeza fría Naty dime algo — ¿Ya viste la información que te envié? — Se queda en silencio por unos segundos.
— Voy a verla y le llamo a mis hijos, los cuales espero estén en casa haciéndose cargo de recuperar a su hermana.— No le temo a nada en este mundo pero lo que está sucediendo en este momento me está mostrando que no soy tan fuerte como creí serlo.
Cuelga el teléfono y tanto Maximiliano como Massim miran en mi dirección y niegan con la cabeza, en ese momento me informa Dominic que llego hace menos de diez minutos que tenemos una pista de un familiar de los Moreau.
NATALIA
No puedo creerlo, las lagrimas no se hacen esperar todavía no proceso lo que me acaba de informar Alessandro, cuando veo la cara de Máximo en su teléfono y conozco muy bien esa mirada con tanta ira y hasta sádica que me eriza toda la piel, me hace un gesto con su cabeza y me extiende el teléfono, me siento y empiezo a leer.
Un certificado matrimonial entre Maximiliano Rossi y Tania Sokolova me quedo fría en el acto ni siquiera sabía que se conocieran, Maximiliano siempre ha sido un mujeriego nunca me comento nada de esto ¿Que está pasando?
— ¿Donna, forse tuo figlio é stupido?— ¿ Mujer acaso tu hijo es un estúpido?— Está más molesto que antes.
— No lo se amore mio, ellos siempre han sido nuestros socios aun que llegaron a insinuar una unión tu siempre los rechazaste, no se esto a que se debe el va a tener que dar muchas explicaciones.— Tomo mi teléfono para llamarlo y veo una notificación es de Alessandro, lo había olvidado.
La abro y mis ojos no dan crédito a lo que veo ahora es un certificado de matrimonio de Bianca De Luca con Adriano Moreau.
— ¿Hasta dónde va a llegar esto entonces Bianca no está retenida esta con ellos por su voluntad? — Pregunto en voz alta
— Estoy seguro de que no, alguna buena explicación debe haber para todo esto, lo que esta claro es que aun no son aptos para manejar nada.— En ese momento empiezan a llegar notificaciones a su teléfono, una tras otra, camino hacia el con mucha curiosidad y lo miro expectante pero en no muestra ninguna expresión en su rostro, rápidamente tomo su teléfono y empiezo a observar una por una las fotos que acaba de recibir Máximo, mi vida se cae a pedazos y mi corazón se quiebra, es mi niña caigo al suelo derrotada y hecha pedazos, lloro de dolor y de impotencia, la ira me empieza a consumir. Minutos más tarde voy saliendo con mi equipaje de mano hacia el aeropuerto.
Realizo varias llamadas igual que Máximo, llamamos a todos nuestros aliados y ni siquiera tenemos que ofrecer compensación, simplemente están con nosotros.
—Máximo amore por favor trae a mi niña devuelta a casa conmigo — Se lo digo entre lagrimas y sollozos por primera vez en mi vida mi llanto es tan fuerte que creo que puede oírse en todo el aeropuerto, el me abraza y se susurra.
— Te la voy a devolver eso no lo dudes y los que le han hecho daño lo pagaran con sus vidas— Me aparto de el y niego con la cabeza.
— No quiero sus vidas, no me importan solo quiero que sufran como yo lo hago, trae a mí a su madre o a sus hijas. — Asiente con la cabeza a los pocos minutos despegamos, no puedo pegar un ojo en las quince horas de vuelo, mi mente va a mil por hora, no sé por lo que está pasando ahora mi niña.
BIANCA
Despierto en una suave cama bastante cómoda , pero no es la mía, me muevo un poco y me duele todo, desde la cabeza hasta mi parte baja, no sé que paso me siento perdida es como si hubiera bebido toda la noche.
—Por fin despertaste mi amor.— Volteo y veo a Adrien Moreau está sentado cómodamente en un sofá que está en esta habitación que debe ser la suya.
—¿Qué hago en tu habitación?— Pregunto confusa.
—Dirás nuestra habitación querida.— Sus palabras salen con ironía
—No me hagas reír — ¿Y por qué va a ser nuestra? — Pregunta tonta de mi parte.
— ¡Oh! —¿No lo recuerdas querida? — Anoche nos casamos, me rompes el corazón. — Mas ironía y burla de su parte.
— No es verdad— ¿Que clase de mentiroso eres?— Él me arroja un certificado de matrimonio y puedo ver mi firma a un lado de la suya — ¿Mierda que hice?— Rápidamente rompo el papel en pedazos y lo tiro en su cara, él me toma fuertemente por mi brazo y me doy cuenta de varias cosas, la primera es que tengo una sabana cubriendo mi cuerpo y estoy totalmente desnuda, la segunda en que me duele mucho el cuerpo y que tengo varios moretones que no son de placer sobre mis brazos; con fuerza me toma por el cuello con sus manos y empieza a ejercer presión, me duele muchísimo, empiezo a perder el aire.
—Escúchame muy bien puedes romper una y mil copias de esas, pero nada va a cambiar el hecho de que ahora eres mi esposa, ve a limpiarte y te espero en quince minutos es la mesa a desayunar, trata de comportarte porque está mi madre presente.
Suelta su agarre y empiezo a toser muy fuerte, apenas puedo recuperar el aliento le esbozó una sonrisa.
—La madre de un monstruo debe de sentirse tan orgullosa.— Comento con tono de burla.
— Mi paciencia tiene un límite, ve y haces ya mismo lo que te ordene.— No levanta mucho su voz.
— ¿Crees acaso que la mía no? — ¿Acaso no sabes quién soy?— Dejo salir mi confianza a flote.
—Eres mi esposa y punto final.— No puedo ganar esta batalla en este momento y es verdad necesito limpiarme, ponerme algo de ropa e investigar como llegue aquí y como puedo Salir; ya en el baño me veo en el espejo y quedo horrorizada con mi reflejo, tengo golpes en mi rostro, el labio partido varias veces, algunos moretones y marcas de sus manos en mi cuello y no alcanzo a contar cuantos golpes y moretones tengo en mi cuerpo ¿Qué fue lo que me hizo este hombre si así lo puedo llamar?
Lágrimas caen por mi rostro y no sé cuanto tiempo a pasado desde que estoy llorando en este baño, lo que se es que han empezado a tocar la puerta fuertemente y lo escucho llamándome muy enfadado.
—Ouvre cette foutue porte maintenant ou je la jette par terre — Grita fuertemente.