La historia sigue a dos mujeres, Alexandra y Samantha, quienes se conocen en un bar de la ciudad. Alexandra es una artista que lucha por encontrar su lugar en el mundo, mientras que Samantha es una empresaria exitosa que parece tenerlo todo bajo control. A pesar de sus diferencias, se sienten atraídas entre sí y comienzan una relación apasionada.Sin embargo, su amor se ve amenazado cuando Alexandra descubre que Samantha está escondiendo un secreto: es transgénero y ha estado viviendo en stealth (sin revelar su identidad trans) durante años. Alexandra lucha por entender y aceptar la identidad de Samantha, mientras que Samantha teme perder a la mujer que ama.A medida que navegan por sus sentimientos y la complejidad de su relación, Alexandra y Samantha deben enfrentar los desafíos de la sociedad y sus propios prejuicios. ¿Podrán encontrar un camino hacia la aceptación y el amor verdadero?
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Primeras Citas
**Escena 1: Visita a la galería de arte**
La mañana siguiente, Alexandra se despertó con el sonido de su teléfono. Era un mensaje de Samantha.
“Buenos días, Alexandra. ¿Lista para nuestra segunda cita? Nos vemos en la galería a las 2 PM. -S”
Alexandra sonrió mientras leía el mensaje. Pasó el resto de la mañana trabajando en su estudio, preparando algunas de sus obras para mostrárselas a Samantha más tarde. A las dos en punto, llegó a la galería, sintiéndose nerviosa pero emocionada.
La galería era un espacio amplio y luminoso, con paredes blancas que destacaban las obras de arte expuestas. Había una mezcla de estilos y técnicas, desde esculturas modernas hasta pinturas clásicas. Alexandra no pudo evitar sentir una oleada de inspiración mientras caminaba por el lugar.
Samantha ya estaba allí, esperándola junto a una impresionante escultura de vidrio que parecía capturar la luz de una manera mágica. Al verla, su rostro se iluminó con una sonrisa.
“Hola, Alexandra,” dijo Samantha, acercándose. “Me alegra verte.”
“Hola, Samantha,” respondió Alexandra, sintiendo su corazón latir con fuerza. “Este lugar es increíble.”
“Lo es,” coincidió Samantha. “Pensé que te gustaría. Hay algo en el arte que siempre me hace sentir viva, como si cada pieza tuviera una historia que contar.”
“Totalmente de acuerdo,” dijo Alexandra, sintiendo una conexión profunda con las palabras de Samantha. “El arte tiene una forma de comunicar cosas que a veces las palabras no pueden.”
Comenzaron a recorrer la galería, deteniéndose en cada obra para admirarla y comentar lo que veían. Había una mezcla de estilos y técnicas, desde esculturas modernas hasta pinturas clásicas. A medida que avanzaban, sus conversaciones se volvían más personales.
**Escena 2: Conversaciones profundas**
“Siempre me ha fascinado cómo el arte puede evocar emociones tan poderosas,” dijo Samantha mientras observaban una pintura abstracta. “Es como si cada obra tuviera su propia alma.”
“Eso es lo que me atrajo al arte,” respondió Alexandra. “Es una forma de expresar lo que siento, lo que pienso, incluso cuando no puedo encontrar las palabras adecuadas.”
“Me encantaría ver tu trabajo algún día,” dijo Samantha, mirándola con interés.
“Te lo mostraré pronto,” prometió Alexandra, sintiendo una oleada de nervios y emoción.
Continuaron explorando la galería, deteniéndose de vez en cuando para intercambiar impresiones sobre una pieza en particular. Alexandra se sorprendió de lo fácil que era hablar con Samantha, cómo parecía entender sus pensamientos y sentimientos de una manera que pocas personas lo hacían.
Mientras caminaban, Samantha le habló de su carrera como empresaria, de cómo había trabajado duro para llegar a donde estaba y de los desafíos que había enfrentado.
“Siempre he sentido que tenía que demostrar algo,” confesó Samantha mientras se sentaban en un banco para descansar. “Que tenía que ser perfecta para ser aceptada.”
“Eso debe ser agotador,” dijo Alexandra con empatía. “Nadie debería tener que sentirse así.”
Samantha asintió, mirando al horizonte. “Lo es. Pero estoy aprendiendo a ser más amable conmigo misma. A aceptar que está bien no ser perfecta.”
Alexandra le tomó la mano, sintiendo la conexión entre ellas fortalecerse. “Todos merecemos ser aceptados por quienes somos, no por quienes creemos que deberíamos ser.”
Samantha la miró y sonrió, apretando suavemente su mano. “Gracias, Alexandra. Realmente necesitaba escuchar eso.”
**Escena 3: Paseo por el parque**
Después de recorrer la galería, decidieron dar un paseo por el parque cercano. Era un día perfecto, con el sol brillando y una ligera brisa. El parque estaba lleno de vida, con familias, parejas y amigos disfrutando del día.
“Es hermoso aquí,” dijo Alexandra, inhalando profundamente el aire fresco. “Gracias por sugerir esto.”
“Me alegra que te guste,” respondió Samantha. “A veces, simplemente caminar y hablar es la mejor manera de conocer a alguien.”
Caminaron lado a lado, hablando de sus vidas, sus sueños y sus miedos. Alexandra descubrió que Samantha tenía una historia fascinante, llena de desafíos y triunfos. Samantha le habló de su carrera como empresaria, de cómo había trabajado duro para llegar a donde estaba, y de los obstáculos que había tenido que superar.
“Siempre he sentido que tenía que demostrar algo,” confesó Samantha mientras se sentaban en un banco. “Que tenía que ser perfecta para ser aceptada.”
“Eso debe ser agotador,” dijo Alexandra con empatía. “Nadie debería tener que sentirse así.”
Samantha asintió, mirando al horizonte. “Lo es. Pero estoy aprendiendo a ser más amable conmigo misma. A aceptar que está bien no ser perfecta.”
Alexandra le tomó la mano, sintiendo la conexión entre ellas fortalecerse. “Todos merecemos ser aceptados por quienes somos, no por quienes creemos que deberíamos ser.”
Samantha la miró y sonrió, apretando suavemente su mano. “Gracias, Alexandra. Realmente necesitaba escuchar eso.”
**Escena 4: Despedida en el parque**
La tarde pasó rápidamente, y antes de que se dieran cuenta, el sol comenzaba a ponerse. Caminaban de regreso al punto de encuentro, disfrutando de los últimos momentos del día.
“Hoy ha sido maravilloso,” dijo Alexandra, sintiendo una mezcla de alegría y tristeza al pensar en la despedida. “Gracias por invitarme.”
“Gracias a ti por venir,” respondió Samantha. “He disfrutado cada minuto.”
Se detuvieron cerca de la salida del parque, mirándose a los ojos. Había una tensión suave y dulce en el aire, una promesa de algo más.
“¿Nos vemos de nuevo?” preguntó Alexandra, sintiendo su corazón latir con anticipación.
“Definitivamente,” respondió Samantha, acercándose un poco más. “Me encantaría.”
Se despidieron con un abrazo cálido, uno que duró un poco más de lo normal, como si ninguna quisiera dejar ir a la otra. Cuando finalmente se separaron, Alexandra se dirigió a casa con una sonrisa en el rostro y una sensación de esperanza en el corazón.
**Escena 5: Reflexiones nocturnas**
De vuelta en su apartamento, Alexandra no podía dejar de pensar en Samantha. Había algo en ella que la intrigaba profundamente, una combinación de fuerza y vulnerabilidad que la hacía única. Se preguntaba qué más había detrás de esa fachada segura, qué historias y secretos todavía no había compartido.
Mientras se preparaba para dormir, Alexandra decidió hacer un pequeño dibujo de Samantha. Sacó su libreta de bocetos y comenzó a trazar líneas suaves, capturando la esencia de la mujer que había conocido. A medida que el dibujo tomaba forma, se sintió más conectada con ella, como si el acto de dibujarla la acercara un poco más.
Finalmente, cerró la libreta y se metió en la cama, mirando el techo mientras sus pensamientos vagaban. Se preguntaba qué les depararía el futuro, pero por ahora, se sentía agradecida por el presente. Había conocido a alguien especial, y eso ya era un buen comienzo.
Con una sonrisa en los labios y el corazón lleno de esperanza, Alexandra cerró los ojos y se dejó llevar por el sueño, soñando con Samantha y con las posibilidades que el mañana podría traer.