Valien Daher, la heroína del imperio, rechaza firmemente el compromiso con el príncipe heredero. ¿Por qué? Porque ella es una reencarnada, ella sabe que su prometido la traicionará y eso la llevará a la muerte sin importar lo que ella hizo por su imperio.
Decidida a cambiar ese destino, Valien pide un compromiso, pero no con el príncipe heredero. Ella elige al archiduque Carl Pott, un hombre mayor y misterioso. ¿Podrá cambiar su destino siendo la esposa del archiduque?
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Decisiones
Un nuevo día iniciaba y Valien, lo había decidido, su vida había terminado bien, no se arrepentía de nada y por ende quería hacer las cosas bien aquí también, por eso a pesar de su forma de vida en la tierra, aquí cambiaría algunas cosas.
Quizás la traición a su Valien, se debió a la forma en como la misma protagonista dejó pasar las cosas, en cambio está nueva mujer no era nada parecida a ella, si bien podía ser buena persona, tenía reglas en su forma de hacer las cosas y realizar su trabajo, por esa razón siempre se distinguió al ser de las mejores entre su grupo de tan solo cinco compañeros agentes.
Salió de su tienda, bebió un poco de agua y se dirigió hasta donde se encontraba su regimiento, formado por 200 soldados, a su parecer demasiados.
—Buen día soldados. Puedo entender que me detesten por actuar como lo he hecho, pero en realidad no me importa su opinión. Estoy dispuesta a enseñarles lo que yo se, quién se atreva a seguir mi ritmo, es bienvenido y quién no pueda, no tendré problema en que se una a otro regimiento— frente aquellos hombres, se imponía, pues al tener tan solo 21 años de edad, era claro que pocos respetarían su autoridad.
—Me quedo a su lado capitana, estoy seguro que aprenderé más estando a su lado que siguiendo a cualquier otra persona— un joven castaño de ojos verdes, se puso de pie y mostró respeto hacia Valien.
Enseguida varios de sus compañeros lo siguieron, no obstante solo la cuarta parte del escuadrón decidió seguir a Valien, pues 150 hombres se fueron con capitanes de diferentes grupos, lo que molestó a éstos porque así tendrían más trabajo y gente a su cargo.
A la joven rubia no le importó mucho la opinión del resto del ejército, así que a partir de ese día, durante sus descansos, se dedicaba a entrenar a sus 50 seguidores. Incluso entrenaban estando en camino, una gran forma de ponerlos en alerta si llegaban ser atacados de sorpresa. Los entrenó por varios meses, hasta que por fin pudo ver los frutos del esfuerzo de los soldados. Ocho meses habían pasado y solo se presentaban pequeñas batallas, ninguna tan destacable como para poner a sus hombres a pelear, por eso mismo en cada una de ellas, ellos solo se dedicaron a entrenar y Valien se encargaba del enemigo, haciendo la parte de sus hombres.
—Ustedes preocúpense por mejorar, seré su escudo durante el tiempo que les lleve el entrenamiento, pero cuando terminen, quiero darme cuenta que no necesitarán de nadie para que vengan corriendo a salvarlos— fue lo que les dijo como último, aquella vez donde solo se quedaron con ella 50 soldados.
—Capitana, creemos que estamos listos, solo falta que usted lo corrobore o decline nuestra opinión— el mismo joven que habló aquella vez, se presentaba frente a Valien y le informaba sobre su avance.
Por supuesto la joven no dudó en ir con el castaño para verificar la información. En un lugar solitario, se encontraban todos sus hombres y comenzó a atacarlos, pero para su sorpresa, cada uno de ellos pudo darle batalla y se sintió acorralada al intentar escapar, reconociendo así que habían superado sus expectativas. Quizás los alumnos podrían superar al maestro, algo que Valien no podía permitir.
Se sabía que al principio, cuando Valien cumplió apenas ocho años de edad, fue adoctrinada, era una celebración donde elegía que quería ser de grande y desde ese momento en su decisión se basaría su entrenamiento, por reglas, las mujeres tenían tres opciones de las cuales podía elegir, la primera era ser guerrera, la segunda una joven noble, la tercera una maga. Ser una joven noble era para que se convirtiera en una buena esposa, recatada y educada, por lo que no se imaginó siendo así. Ser una maga, le daría más poder que a sus dos hermanos mayores ya que el ser magas, solo era un don que se le daba a las mujeres y por esa razón decidió ser una guerrera, ya que toda su familia se dedicaba a ello.
Por supuesto, la nueva Valien no estaba dispuesta a eso y con ingenio buscaría la manera de aprender magia y claro, realmente fiel creyente que cualquier actividad que existiera podía aprenderse, por eso no se preocupó mucho en poder ser tan recatada y educada para cuando logre casarse, todo a su tiempo se decía.
En el fondo, buscaría el camino de la magia para no poder ser intimidada de ninguna forma por sus alumnos, sus subordinados.
Valien sabía que el hecho de que sus hombres estuvieran listos le ayudaría con sus planes futuros, al saber la trama de la historia, suponía que no faltaba mucho tiempo para que la guerra real comenzara y ahora ya tenía a aquellas personas con las que pelearía codo a codo, incluso se podría decir que a pesar de haber sido su entrenadora y maestra, aún seguía sin importarle realmente el destino de aquellos soldados. Su única misión por el momento es salir con vida de cada batalla y regresar a la capital para estar con su familia y protegerla.
Las batallas pequeñas continuaban y ahora eran los soldados de Valien denominados como Fuerza de Elite K (FEK), los que se encargaban del enemigo, dejando sorprendidos a todos, pues tan solo siendo 50 hombres podían llegar a vencer un total de 500 enemigos ellos solos. Fue por esta razón que los generales y líderes del ejército de Krator, tomaron una decisión muy importante.
Te felicito por tan placentera obra 😉