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Stalker

Stalker

Status: En proceso
Genre:Escena del crimen / Casos sin resolver
Popularitas:4k
Nilai: 5
nombre de autor: Sr. Corbatas

¿Qué sentirías al mirar los ojos de un asesino? Vacíos, fríos, sin alma. ¿Qué harías al tenerle frente a tí? ¿Huirías? ¿Esperarías la muerte? ¿Le enfrentarías?

Entonces...

¿Qué sentirías al tener al asesino tras de tí?

Esta es la historia de Levi.

NovelToon tiene autorización de Sr. Corbatas para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

3.

...Mira bien a tu al rededor. Así sabrás a la perfección que no tienes el control de nada....

Vislumbro en el firmamento de la carretera un pequeño paraje, quizás sea un Motel, o eso espero. Creo que la chica en el asiento trasero ya no está consciente, pero escucho su respiración, pesada y dificultosa.

Alguna vez quise ignorar lo que me pasaba.

...Pero nadie escapa a su propia historia....

Esta mujer se había metido a mi casa. Estaba apuntando con un arma a mi cabeza. Nunca en mi vida había corrido el riesgo que ahora tenía justo detrás de mí.

— Dile al can que soy tu amiga, a menos que estés buscando alguien fiable para hacerle una eutanasia — Empezó a reír en voz baja.

— Reno. Shht. A la cama. — Mis palabras no tranquilizaron del todo a Reno, quien obedeció vacilante, sin quitarle la mirada de encima a la chica a mis espaldas.

El nudo en mi garganta me hacía difícil la tarea de respirar, lo cual agradezco en este momento, porque en cada inspiración de aire mi olfato se llenaba de un olor nauseabundo a sudor y sangre.

— Eso está mejor... — Escuché cómo dió pasos en retroceso y apagó la luz de la habitación — Apaga la laptop.

Obedecí sin chistar. No me malinterpreten pero no soy a prueba de balas. Tampoco un superhéroe, ni un militar entrenado. Estaba a merced de alguien que tenía la forma rápida de acabar con mi vida.

— Que obediente. Casi haces que no quiera matarte... — Empezó a reír nuevamente. Se burlaba de mí, mi corazón iba a estallar en cualquier momento, yo simplemente estaba ahí inmóvil.

¿Cómo había entrado esta chica a mi casa? ¿Cómo sabía dónde vivía? Mi estómago me estaba apuñalando, todo esto era un verdadero desastre. Estaba tan acorralado que sentí que no podía mover ni un músculo. Su presencia era imponente, a la vez que aterradora.

— ¿Qué es lo que quieres? — Apenas pude tragar saliva mientras mi voz temblaba.

Escuché como resoplaba, seguramente formando una sonrisa en sus labios.

Se acercó a mi oído, y sentí su arma del otro lado de mi cabeza, haciéndome sudar frío.

— Relájate lindo... Tú y yo... — Hablaba a mi oído — Tendremos una pequeña charla. — Susurró, haciendo mi piel erizarse.

Su voz era seca, casi como si no hubiera tomado agua en días.

— No te conozco, no tengo nada que hablar contigo — Un patético intento de hacerme el valiente se vió diezmado por un cuchillo en mi garganta.

— Te dije que íbamos a charlar, ¿No es así? — Mantuvo el cuchillo en mi cuello realizando presión, si me movía un poco más, mi piel sería seguramente atravesada por el filo. — Si yo te digo que vamos a charlar... Charlamos. ¿Sí?

Asentí con la cabeza.

— ¡Que bueno! —Bajó el cuchillo y la pistola, acercando su cara a la mía — Casi me ibas a hacer arrepentirme de tener que dañar esa linda carita.

Besó mi mejilla.

Sentí sus fríos labios y mis ojos se abrieron como platos. No entendía nada, pero traté de no caer en pánico.

— Ya te puedes dar la vuelta — Dijo apartándose de mi espalda.

Sentí el hedor a muerte en el aire. Es algo indescriptible, penetrante, repulsivo.

Giré lentamente en mi silla para observar a la mujer encapuchada en una esquina de la habitación, donde había colocado uno de mis muebles para sentarse.

La oscuridad no me permitía ver su rostro. Esto no era más que un alivio para mí. Las ventanas cerradas y luces apagadas hacían del silencio una brecha espeluznante.

— ¿Cuál es tu nombre? — Preguntó.

— Jonás — Mentí, era el nombre de mi hermano, falleció hace años en un accidente.

— Hola Jonás... No soy una ladrona. Tus cositas están a salvo.

— Entonces q... — Me interrumpió.

— Entonces el que no está a salvo... Eres tú. — Se inclinó hacia adelante en el mueble y me hizo tragar saliva.

Al fin pude observar bien su rostro.

Ojos oscuros, hundidos, tal como antes, grandes, pero vacíos. Cabello ondulado, castaño y reseco. Piel pálida, como si no corriera sangre en sus venas. Labios delgados, rotos.

Era el aspecto descuidado y salvaje lo que le daba esa presencia aterradora. Era sobrecogedora.

Me observó y sonrió, con los ojos bien abiertos, no dejó de sonreír mientras hablaba, era algo inquietante. Sus dientes eran blancos como la nieve y estaban perfectamente alineados.

— Sabes Jonás... — Empezó a reírse de forma audible — Cuando era niña, mi padre me dijo... Que los problemas reales son aquellos que tenemos que enfrentar en completa soledad. Así que, ya que lo sabes... Eres el único testigo de mis acciones que aún se encuentra con vida. ¿Cómo pretendes enfrentar este problema sin tener que estar corriendo como una perrita a buscar a la policía?

Apreté mis manos contra los apoyabrazos en mi silla. Su mirada observaba cada rincón en mí, mientras su sonrisa hacía a mi estómago dar vuelcos.

— Yo no...

— Ah... ¿Qué crees...? ¿Que no te observé llorar tratando de explicar lo que viste? No, no, no, muy mal... Pero creo que te equivocaste de callejón. Te equivocaste de persona. Te equivocaste de lugar. Te equivocaste. Y ahora debes pagar por las consecuencias de tu error.

El sudor recorrió mi frente hasta mi nariz, mientras la miraba. Parecía tener mi misma edad, ¿Cómo es que estaba en esta situación?

Me resigné a pensar que ese sería mi final. Pero que injusto final.

— ¿Tú... Vas a matarme?

— No... Tú vas a matarme a mí.

Mi mente se confundió. ¿Me acababa de decir que yo la iba a matar?

— ¿Qué?

— Ay no pongas esa carita... Ven aquí, deja te regalo un par de bolas.

Se puso de pie y caminó hacia mí, mi instinto fué retroceder hasta que mi espalda chocó contra el escritorio y la tuve a centímetros de mi rostro.

— Resuelve tus problemas, Jonás. Si no me matas, corres peligro de morir. No tienes a la policía contigo, sólo eres tú, tomando la decisión de acabar con tus problemas.

Todo ese tiempo mantuvo contacto visual constante conmigo, mi pulso estaba enloqueciendo, traté de evitar su mirada, pero era imposible. Se encontraba prácticamente sobre mí.

Sus manos estaban heladas, con ellas tomó mi mano, y me dió la pistola. Mis ojos se abrieron de par en par.

— ¿Qué estás haciendo? ¿Qué es esto? — Pregunté jadeando.

— Ya te lo dije. Te estoy dando la salida a tu problema, amigo — Me hizo sostener el arma y apuntarla entre sus cejas — Tienes tu problema justo mirándote a los ojos ahora, Jonás. — Quitó el seguro del arma — ¿Qué vas a hacer?

Mis manos temblaban, no lograba comprender lo que estaba ocurriendo. ¿Esta mujer me pedía sin reparos que acabara con su vida? ¿Quería volverme un asesino?

— Sólo tienes que presionar el disparador... Vamos, vamos, vamos, vamos, vamos Jonás... — Se reía ahogadamente y sostenía con fuerza mi muñeca.

Observé sus ojos. Parecía complacerse en mi sufrimiento, parecía saber que yo no quería matar a nadie. Ella entendía perfectamente mi confusión. Nunca dejaba de sonreír. Mis ganas de vomitar sólo eran superadas por mis ganas de escapar de todo esto.

— Ánimo carita bonita... — Me dijo para entonces cerrar los ojos — No querrás que tu amigo el buen Reno sufra el mismo destino que el hombre del callejón, ¿Verdad?

Me estaba manipulando, me tenía donde quería. Reno me miró y chillaba por lo bajo, por obedecerme sin cuestionamientos, por ser leal sin reparos.

La miré, y entonces sostuve el arma con fuerza en mi mano. Puse mi dedo justo en el disparador.

La mujer frente a mí tenía los ojos cerrados y una sonrisa de oreja a oreja.

¿Qué cruzaba por su mente?

¿En qué estaba pensando?

¿Por qué jugaba conmigo de esta forma?

Todas mis emociones se arremolinaron sin control alguno.

"Si no me matas, corres peligro de morir..."

Esas fueron sus palabras.

Empuñé el arma con firmeza. De mis ojos brotaron lágrimas sin que yo pudiera hacer nada para detenerlas. Mi mente se quedó en blanco por un instante.

...Sólo un instante y......

...BANG....

1
Ani🖤🌹
Listo ya la amo a Erica/Proud/
Ani🖤🌹
/Scare/OMG
Ani🖤🌹
siento que ella me va a caer bien
Ani🖤🌹
ya valió el Levi
Milagros Seijas
¿Cuando seguirás subiendo más capitulos?
Ana Peña
me gusta
Ashley R
Muero por seguir leyendo esta historia.
Sr. Corbatas: ¡Muchas gracias por leer!
total 1 replies
Ashley R
Mi piel se erizo, nunca había leído algo así. 😦
Ashley R
es muy interesante 😯
Ani🖤🌹: que intenso/Ok/
total 1 replies
ZoreKmm
y que pasó con la maniática?
Krisnay
Ojalá tener un perrito como Reno/Whimper/
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