Maried es una joven hermosa que a pesar de su corta edad, le ha tocado vivir situaciones muy difíciles en su vida.
Hija de un padre alcohólico y de una madre depresiva debido a las agresiones de su esposo.
Maried es la mayor de 5 hermanos, por lo cual le ha tocado ser hermana y madre de ellos. Incluso, se ha convertido en una leona para defender a sus amados hermanos.
Desde muy niña trabaja para llevar la comida para su casa.
A sus 20 años se casó, con un hombre que aparentemente era perfecto, pero la realidad fue otra. En sólo dos (2) meses se convirtió de príncipe a bestia, sabes porqué?
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Un fuerte golpe para la soberbia...
Aquel día la alumna María, quien era el mejor ejemplo de altivez, prepotencia, soberbia y orgullo recibió un fuerte golpe... El peor de todos para ella, ya que tenía que bajarse de su pedestal inventado por ella misma, para volver a su realidad.
Ella se quedó sumisa, callada, derribada, evidentemente devastada y muy avergonzada al ver a todos sus compañeros observándola. Se sintió como se habría sentido Maried cuando estaba allí en medio de todos.
Y escuchó nuevamente a la profesora diciéndole: "qué esperas, no quiero perder mi tiempo, pasa ya al frente".
Ella, se levantó y con los ojos bañados en lágrimas caminó hacia adelante, puso sus manos en el escritorio para sostenerse y allí, en el centro de las miradas, estaba esperando la descarga de odio e insultos de Maried. Se dió cuenta que realmente todo es vanidad y que de nada le servía su dinero, su posición social, el alto cargo de su papá en la universidad... de nada. María nunca había reflexionado tanto en toda su vida. Y pensó: "siempre he hecho todo lo que he querido, ni siquiera soy una alumna sobresaliente, siempre he vivido en la sombra de mi padre y ahora de qué me sirve todo eso? Me burlé de ésta muchacha porque es pobre y aún en su pobreza tiene más que yo. Es inteligente, sobresale en cada participación en clases, donde llega siempre logra que todos volteen a mirarla, su inocencia, inteligencia y hasta belleza la hacen brillar y yo, que lo tengo todo, nadie me quiere, nadie voltea a mirarme, a menos que sea para expresar, allá va esa mujer tan odiosa y repelente.".
La profesora dijo: "llegó el turno de María, allí la tienen, díganle todo lo que quieran, éste es el momento ".
Todos, incluyendo a la profesora, estaban esperando que Maried se levantara a desahogar su impotencia con su enemiga, pero sorpresivamente Maried continuó sentada, y su rostro no reflejaba ni alegría ni satisfacción.
En vista de que Maried no pronunció ni una sola palabra, los amigos de María, los mismos de su grupito, fueron los que se desahogaron en contra de ella. Le gritaban: "eres una triste sifrina, te la crees de mucho pero no vales nada, te la pasas pisoteando a la gente porque tienes mucho dinero y hasta a nosotros nos compras con regalos para que estemos contigo. Tu compañía es aburrida y nadie nos quiere ni nos toma en cuenta porque estamos contigo y creen que somos igual de estúpidos que tú".
María estaba atónita y no podía creer que sus propios amigos le estuvieran diciendo todo aquello. Para completar tocaron a la puerta y a que no se imaginan quién era? Así es, al abrir la puerta estaba allí parado nada más y nada menos que el flamante decano de la facultad de medicina y papá de María.
Al entrar se sorprendió mucho con la escena que estaba presenciando... Su hija parada en la parte delantera de su aula y rodeada por seis (6) personas, a quienes automáticamente reconoció como los amigos de su hija, quienes en ese momento le estaban diciendo y gritando cosas muy feas.
Él, inmediatamente preguntó: "qué está sucediendo aquí. Yo estoy visitando todas las aulas y me encuentro aquí en un juicio para mí hija?".
La profesora inmediatamente le respondió y contó toda la situación que habían vivido ese día, a causa de su hija en contra de Maried, quien era la mejor alumna de esa aula.
El decano avergonzado le pidió disculpas a Maried, a la profesora y al resto de los compañeros de clase y le pidió a la educadora que continuara con esa actividad, que él se quedaría en aula en silencio observando su estrategia de enseñanza personal y la profesora estuvo de acuerdo.
Los compañeros de su grupo siguieron humillándola hasta que ya no les quedaron palabras en contra de ella, se vaciaron totalmente y en ese momento todo quedó en silencio. La profesora preguntó si alguien más tenía necesidad de decirle algo a María, pero nadie dijo nada. En vista de eso, la docente dijo: "Maried y tú qué tienes que decirle a María?". Ella le respondió: "absolutamente nada profesora". Esta le dijo: "desde que comenzaste en la universidad ésta muchacha lo único que ha hecho es humillarte y meterse contigo y no le dirás nada? Puedes aprovechar éste momento para desahogarte en su contra". Y Maried le respondió, con la seguridad y aplomo de una mujer adulta: "profe yo no tengo nada en contra de ella, al contrario, me gustaría ayudarla para que sea cada día una mejor persona. Ella es el resultado de una vida fácil, sin castigos, ni problemas y con una crianza muy permisiva, por eso es así, pero ella no es una mala persona. Mientras ella hablaba, todos estaban en silencio, sorprendidos de la respuesta, seguridad y bondad de Maried. Y continuó: mi vida no ha sido nada fácil y para llegar aquí yo me he tenido que esforzar y enfrentar con el mundo entero. Tengo que estudiar, trabajar, mantener el sustento de mi familia, la educación de mis hermanos y lidiar con las borracheras y maltratos de mi padre, pero yo me tracé la meta de ser una Médica para ayudar a tanta gente que lo necesita y así lo haré ".
Cuando Maried terminó de hablar todos estaban llorando, incluso el papá de María, el cual se acercó y le pidió un abrazo. Le dijo que nunca había conocido a una persona tan digna como ella. La profesora limpió sus lágrimas y le preguntó a María: "cómo te sientes? Qué aprendiste hoy?
Y María le respondió: "profesora hoy tuve la más grande lección de mi vida. Hoy sentí el dolor de los correazos que nunca me dieron. Experimenté la traición de mis amigos; descubrí que mis amigos son realmente mis enemigos. Entendí que tengo mucho que aprender y que siendo humilde puedo lograr más cosas que siendo soberbia ". Todo ésto lo dijo llorando y con una profundidad que nadie conocía en ella. Su papá la miraba fijamente con asombro y la escuchaba atentamente.
Luego María se acercó a la mesa donde estaba Maried y le dijo: "yo sé que te he tratado muy mal y hoy aquí, en éste salón de clases y delante de todas éstas personas te pido perdón por tantas cosas feas que te he dicho. Si no me perdonas te entiendo, sé que es mi culpa, pero de verdad te pido perdón desde lo más profundo de mi corazón".
Todos en el aula estaban petrificados ante tanta humildad y no podían creer lo que sus ojos estaban viendo y sus oídos escuchando.
Y ahora qué crees que pasó con Maried y María después de ese gran lección?