Abel es hijo de padres adinerados, el mayor de seis hermanos, por lo que necesita a su lado una mujer que le sea un apoyo y fortaleza al momento en que deba asumir su cargo como CEO de las empresas familiares, sin embargo, no logra encontrar la chica ideal que lo complemente. Abel no es mujeriego, pero buscando la mujer ideal ha tenido varias novias, seis hasta el momento y nada más no la encuentra ¿la séptima será la buena, la octava o la novena?
Te invito a descubrir si encontró la persona indicada.
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CAPÍTULO 2: DECEPCIÓN
Al año de noviazgo Abel estaba con Marisol dando un paseo, habían ido a comer helado y aprovechando que el lugar estaba frente a un bello parque quiso caminar con ella por los senderos de este, mientras caminaban el dejaba sobre su mejilla de vez en cuando un beso, con una mano sostenía su helado y con la otra la tomaba de la cintura, y la acercaba a él, al inicio ella era una persona muy acomedida, tranquila, comprensiva, pero últimamente la sentía que estaba mostrando una cara que no le gustaba y ese, fue uno de esos días.
¿Están bien?, dijo al ver que un niño choco con Marisol.
Estup**o mocoso que te pasa, dijo molesta viendo al niño que había chocado con ellos, haciendo que se le cayera su helado.
Tranquila, amor, no pasa nada, solo fue un accidente, lo importante que ninguno de los dos se lastimo.
Pero mira, por su culpa mi helado se cayó, es un niño mal criado, no te han dicho que no corras y que debes tener cuidado, eres un niño i…
¿Qué le pasa?, ¿por qué le grita a mi hermano?, dijo una chica llegando a donde estaban ellos, el niño estaba asustado al ver como la chica se había puesto de enojada y ver que le había hecho que se cayera su helado.
Pues fíjate que el est****o de tu hermano me empujo y me hizo tirar mi helado\, ahora vas a tener que hacerte responsable y pagarnos el helado.
Por su helado ni se preocupe, se lo pago, pero eso no le da derecho a ponerse histérica y gritarle a un niño, mire como lo asustó, dijo agachándose a abrazar a su hermanito.
Marisol, por favor ya cálmate, solo es un helado, no pasa nada, señorita disculpe, no fue nuestra intención asustar a su hermano, por el helado no se preocupe, no es necesario pagar… decía molesto antes de ser interrumpido nuevamente por su novia.
¿Cómo qué no?, no pueden irse sin… dijo antes que Abel le volviera a interrumpir.
Dije que ya, señorita nuevamente mil disculpas por hacerles pasar un mal rato, espero su hermanito nos disculpe también, dijo tomando a Marisol del brazo para alejarla del lugar.
Mmmm, solo murmuro la chica viéndolos alejarse.
¿Qué te pasa?, tú no eras así, últimamente no te reconozco, cada día estas teniendo una actitud que no es agradable, ese niño solo cometió el error de chocar contigo, no tenías que ponerte así.
Ese niño debía tener más cuidado y ver por dónde va, no debe andar como caballo desbocado, es un peligro para la gente que pasa.
¿Te estas oyendo?, es un parque infantil, los niños van al parque a correr, jugar, gritar, saltar, a desestresarse, además nosotros también íbamos distraídos, en todo caso nosotros también tuvimos la culpa por no fijarnos por donde caminábamos y no ver al niño para movernos a un lado.
Nosotros no teníamos por qué movernos, era ese chamaco.
Sabes que, ya no quiero discutir, mejor vámonos, es mejor que te pase dejando a tu casa, no quiero seguir discutiendo.
Caminaron a paso rápido hacia donde había estacionado el coche y todo el camino fueron en silencio, Abel estaba molesto, no le gusto el comportamiento de su novia hacia el pequeño que ninguna culpa tenía, se sintió muy apenando al ver la cara de espantado que tenía ese pequeño, estaba preocupado, pero no tenía idea quienes era esas dos personas para asegurarse que todo estaba bien.
Al llegar le abrió la puerta a Marisol y dejando un seco beso en la comisura de sus labios se despidió dejándola ahí parada en la entrada de su casa, a diferencia de otras veces que se despedía con un largo beso y asegurándose de que entrara antes de subir a su coche. Abel estaba muy molesto y no quería volver a empezar una discusión con ella, sabía que, si empezaba a hablar, ella volvería a sacar el tema, ya la conocía y no quería seguir hablando sobre lo mismo. Marisol estaba más enojada que al inicio, no le había gustado que ese niño le hubiera interrumpido en su salida, esperaba no volver a encontrárselo, porque verlo le recordaría que le arruinó su salida.
Lo que quedo de esa semana, Marisol le estuvo enviando mensajes y solo recibía algunas contestaciones en su materia de monosílabos, después de una semana que ya estaba menos enojado Abel, nuevamente volvieron a salir. Ese día fueron a comprar, tenían una fiesta por el cumpleaños de un amigo que tenían en común y él le acompaño a escoger su vestido, ya que ella quería que escogieran juntos lo que usarían para usar algo que fuera combinado entre ellos, ella escogería un vestido y la corbata de él quería que fuera del mismo tono. Pero mientras estaban esperando que la señorita a cargo de atenderla buscará su talla, Marisol empezó a exigir de manera inadecuada, molestando nuevamente a Abel.
Que inutilidad, apúrate niña, te pagan para atender, no para perder el tiempo, decía mientras la chica buscaba la talla de vestido que Marisol requería.
Amor, está buscando tu talla, en un momento te la entrega.
Es que esta gente que piensa que uno tiene su tiempo, necesita apurarse más, si uno viene a tiendas de esta categoría es para que lo traten como uno merece, se ve que esta niña no tiene tacto con la gente como nosotros.
Disculpe señorita, aquí esta su vestido, le pido disculpas por mi tardanza, tiene poco que llegue a trabajar aquí y apenas me estoy adaptando a como están acomodadas las cosas, pero trataré de ser más ágil.
A mí no me sirve que trates de serlo, hazlo, achhhh, que inútil gente, dijo jalando el vestido de las manos de la chica para ir a probárselo.
Discúlpela, señorita, es solo que hoy no anda de muy buen humor, dijo apenado Abel mientras la chica permanecía con la cabeza agachada.
No debe disculparse, la culpa es mía por no ser más eficiente…
Sucede algo joven Muñuelos, ¿acaso esta joven no le está atendiendo bien?, la joven palideció al escuchar a su jefe hablar.
No pasa nada, todo está bien.
¿Seguro?, me pereció notar que estaba tratándoles mal esta chica.
No es así, ella ha estado haciendo bien su trabajo, mi novia anda un poco estresada y es un poco… Mmmm… escandalosa, pero no se preocupe, ella está haciendo un buen trabajo.
Muy bien, espero que tenga una excelente atención y cualquier cosa, no dude en hacerme saber su queja para dar seguimiento joven, saludos a su padre.
De su parte, gracias señor Guzmán.
Gracias, susurro la chica apenada.
¿Por qué?
Por no delatarme con mi jefe.
Solo dije la verdad, dijo sonriendo a lo cual la chica se sonrojo.
Cuando Marisol salió quiso nuevamente mostrarse molesta, pero Abel se acercó de inmediato a ella y le dijo al oído que, si seguía portándose como niña y molestando a la gente no contará más con él, después de esa advertencia se portó menos grosera con la gente.
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