Soy La Emperatriz Villana

– Así que ella hizo eso – aprieta el dobladillo de su vestido – gracias Ann retiraré

– Si señora – hace una reverencia y se retira –

– Maldita perra ahora porque rayos te has vuelto así – tira todo lo que hay a su alrededor – juro que acabaré contigo y me volveré emperatriz lo juro

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En el palacio Aysha se encontraba en su oficina revisando los informes sobre los pueblos y las necesidades que estos tenían.

– Andrés quiero que envíes a un grupo de caballeros a los pueblos que se encontraba en la parte este de la capital, se han estado reportando casos de bandidos que queman y roban a los aldeanos de esa zona – le entrega el informe – Además de llevar contigo a un pequeño grupo de sanadores para los heridos y también víveres y materiales para aquellos que han perdido sus hogares

– Como ordene Alteza – hace una reverencia – algo más

– Si – lo mira fijamente – Informa que estaré presente en la reunión de la corte mañana

– Claro Alteza – la mira unos segundos – puedo preguntar a qué se debe su cambio repentino de actitud

– Solo me cansé de qué las personas abusaran de mí es todo – sigue revisando los papeles – y también tengo mis propios planes y objetivos que quiero cumplir – sella un documento y se lo entrega – si no vas a preguntar más nada lleva esto a las oficinas administrativas

Andrés se retira para cumplir con las órdenes de Aysha dejándola sola en la oficina. Ya en la tarde Aysha sale de la oficina algo cansada, nunca imagino que dirigir un reino sería tan cansado.

Volvió a su habitación y tomó un baño, las doncellas le sacaron uno de los camisones de dormir, cuando una señora mayor como de unos cuarenta años entra diciéndole a Aysha que el emperador quería cenar con ella.

– Dígale que no puedo ir – dice sin más terminando de vestirse – aún estoy débil debido al accidente que tuve hace unas semanas y hoy el trabajo me ha dejado agotada

– Pero mi señora el emperador la está esperando, por favor no lo haga enojar

– Y que si espera – frunce el ceño – nunca me presto atención a que viene que ahora quiera cenar conmigo – mira fríamente a la mujer – Dígale que no iré y punto, retírate de mi habitación

– Como ordene – hace una reverencia y sale prácticamente huyendo del lugar –

– Tráiganme mi cena a la habitación y después no me molesten

Las sirvientas se retiran de la habitación para ir a cumplir las órdenes de la emperatriz. Aysha se deja caer en la cama algo cansada, lo que más la agotó fue usar su magia, el cuerpo de la verdadera Aysha es muy débil además de que debido a los maltratos está muy flaco y desnutrido.

Tenía que ponerse a entrenar su cuerpo y su magia si no quería acabar siempre tan agotada, además de que ser débil era un obstáculo en sus planes.

Unos minutos después entra alguien en la habitación, Aysha estaba acostada en la cama de espaldas y al no ver quien era piensa que son las sirvientas.

– Pueden dejar la cena ahí, comeré enseguida – dice algo cansada – y por favor los papeles que me deje en la oficina manden a traerlos aquí para terminar de revisarlos

– Veo que la emperatriz es muy exigente con sus labores – se escucha por toda la habitación una voz ronca –

Aysha se da la vuelta y abre grande sus ojos cuando ve a un chico alto de piel blanca, cabellos rubios y ojos azules como dos zafiros iguales a los de ella. Aysha involuntariamente esboza una sonrisa y salta a los brazos de aquel chico para abrazarlo.

– Viniste – se aleja de él – creí que no vendrías hasta la próxima semana

– Vine enseguida cuando me enteré por tu carta de como te trataban – le acaricia la cabeza – me alegra que por fin hayas abierto los ojos

– Si ya es hora de demostrarles a todos que conmigo no se juega –

– Bueno que tal si hablamos mientras cenamos –

– Déjame ordenar a las sirvientas que traigan la cena para dos

Aquel chico rubio era el hermano mayor de la verdadera Aysha, Ethan Leblanc. En la novela Ethan siempre estuvo en contra del matrimonio de su hermana con el emperador debido a que sabía que su hermana no sería capaz de manejar el harén por su personalidad amable y sumisa. Pero se sorprendió a sí mismo cuando su hermana le envió una carta explicándole que necesitaba su ayuda para poder poner en marcha sus planes

Aysha ceno tranquila en su habitación mientras le contaba a su hermano todo lo que había sufrido en estos dos años a manos de las concubinas. Ethan solo aprieta los puños con impotencia al saber todo lo que ha sufrido su pequeña hermana en el palacio. Pero cambia su expresión cuando Aysha le cuenta los planes que tiene para cada una de las concubinas.

– Me gusta está nueva versión de ti – se dirige a la puerta de la habitación – demuestra a todos que los Leblanc no son personas que se dejan intimidar y no pagan las consecuencias

– Gracias por apoyarme con todo esto Ethan – sonríe – por el momento solo necesito que hagas lo que te pedí

– Está bien – se gira hacia ella y le da un beso en la frente – Sabes que tienes mi apoyo en todo

Después de que Ethan se fuera Aysha borra su sonrisa y se queda algo pensativa, hay algo en Ethan que no la convence del todo. Aún seguía sumida en sus pensamientos cuando Uzziel apareció en la habitación y la vio tan centrada.

– Maestra en que tanto piensas – pregunta con una expresión tierna –

– En nada – se da la vuelta y le sonríe – que averiguaste Uzziel

– Fue la concubina Miranda, ella encontró el cuerpo

– Que posición ocupa en el harén

– Miranda Russo segunda señorita de la casa del conde Russo, hija de una concubina, es por eso que su padre la entregó al emperador. Ella es la cuarta concubina en el harén, el emperador no le presta mucha atención, y las pocas veces que se han visto es porque Miranda le persigue o finge encontrarse con él casualmente –

– Bien hecho Uzziel – le acaricia la cabeza –

– Maestra quien era el chico que salió de aquí – pregunta serio – y porque lo abrazaste – hace un puchero –

– Estás celoso – le aprieta las mejillas – Sabes que en el único que confío es en ti – le besa la frente – y solo te quiero a ti

– Pues no parece – se cruza de brazos – a mí no me sonríes así

– Él es mi hermano mayor – le sigue agarrando las mejillas y sonríe – quiero que lo sigas por un tiempo y me digas todo lo que hace

– Está bien – le aparta las manos de sus mejillas – y no estoy celoso

– Claro – lo carga y se dirige al baño – ahora vamos a darte un baño y después a dormir

Uzziel no protesto más y dejo que Aysha le diera un baño. Mientras en el comer del palacio del emperador este se veía molesto, ya que Aysha lo había rechazado, después de la doncella lo informara se quedó unos minutos esperándola, pensando que era una broma.

Al ver que no llegaba se fue directo a su habitación, donde se sirvió un trago mientras se quitaba el saco.

– Ame – llamo algo enojado a la mujer –

– Dígame señor – lo mira serio –

– Quiero que mañana temprano traigan ante mi a la emperatriz, quiero que sepa que a mi no se me deja plantado

– Sabe que no puedo hacer eso – Lo mira seriamente – te dejaron en claro que ella era intocable, puedes hacer lo que quieras con las concubinas pero ella no

– Tks – aprieta los dientes –

– Que no se te olvide que ella solo le pertenece a una persona, y no querrás que su Excelencia te mate

Ame se retira de la habitación mientras oye como empiezan a romperse y a tirar cosas. Solo suspira y sigue su camino, tendrá que tener bien vigilado a ese hombre si no quiere que comenta una estupidez.

– Solo espero que su Excelencia vuelva pronto