Renace con una nueva oportunidad para ser feliz, amando a los caballos como en cada vida...
El mundo mágico también incluye las novelas
1) Cambiaré tu historia
2) Una nueva vida para Lilith
3) La identidad secreta del duque
4) Revancha de época
5) Una asistente de otra vida
6) Ariadne una reencarnada diferente
7) Ahora soy una maga sanadora
8) La duquesa odia los clichés
9) Freya, renacida para luchar
10) Volver a vivir
11) Reviví para salvarte
12) Mi Héroe Malvado
13) Hazel elige ser feliz
14) Negocios con el destino
15) Las memorias de Arely
16) La Legión de las sombras y el Reesplandor del Chi
17) Quiero el divorcio
18) Una princesa sin fronteras
19) La noche inolvidable de la marquesa
20) Ni villana, ni santa
21) Salvando a mi Ernesto
22) Cartas para una princesa
23) Ya te olvidé
24) Dulce Prisión
25)Secretos de una poción
26) La venganza de Leia
27) Recuerdos de mi futuro
28) Una esposa para el príncipe maldito
29) Una madrastra reencarnada
** Todas novelas independ
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Bandidos
Al dia siguiente todo estaba tranquilo en el ducado Huxley.
Los sirvientes iban y venían, los establos estaban llenos de movimiento, y Astrid.. como siempre.. irradiaba luz dondequiera que pisaba.
Pero para el Principe, esa tarde se convirtió en una prueba insoportable.
Él se quedaba quieto en el salón, de pie junto a una ventana, observando sin quererlo…
sin poder evitarlo.
Cada risa de Astrid.. cada sonrisa.. cada gesto alegre que dirigía a alguien que no era él
le apretaba el pecho como una mano invisible.
Al principio pensó que era simple incomodidad.
Una molestia pasajera.
Pero no.. No lo era.. Era obsesion.. Una obsesion que crecía a cada minuto.
Astrid reía con una doncella mientras le enseñaba unos lazos nuevos para el cabello.
El Principe frunció la mandíbula.
Astrid abrazó a un niño pequeño, el hijo de un sirviente del ducado que la saludó con entusiasmo.
El Principe sintió que la sangre le hervía..
Astrid le sonrió a un guardia que le abrió la puerta con respeto.
El Principe sintió un impulso oscuro, irracional, brutal, de congelar la puerta, al guardia y al pasillo entero..
Y cuando Astrid se acercó a su padre para contarle algo, riéndose mientras gesticulaba con las manos…
…el Principe dejó de escuchar todo lo demás.
Solo la veía a ella.. Ella.. Ella… Siempre ella.. Esa luz.. Esa energía.
Esa calidez que no le pertenecía.
Y sentir que la compartía con todos… lo estaba destruyendo.
Se obligó a mantener la espalda recta, las manos entrelazadas.
Pero la magia antigua se agitaba por debajo de su piel como un animal encerrado.
Su mente repetía una verdad que él no quería reconocer, pero que ya no podía ignorar..
[Ella sonrie para todos.. Pero quiero que esa sonrisa sea solo mia.]
Un sirviente pasó cerca, saludando con respeto.
Sirviente: Alteza, ¿desea algo?
El Principe lo miró con frialdad tan pura que el pobre hombre retrocedió sin querer.
Principe: Nada.. El sirviente se fue apresurado.
Astrid, desde el patio, no vio nada de eso.
Ella seguía sonriendo, iluminando el ducado entero sin darse cuenta del incendio que causaba en un solo corazón.
El Principe apretó los dientes.
[No deberia molestarme… Es su familia.. Son sus sirvientes.. Es su gente]
Pero cada vez que ella reia para otro… cada vez que sonreia para otro…
su magia temblaba.. Su calma desaparecia.. Su deseo se volvía más oscuro.
[No importa cuanto la comparta ahora…Tarde o temprano… su mirada será para mi.. Solo para mi]
Y mientras Astrid reía con una inocencia que lo hacía arder por dentro, el Principe supo con absoluta claridad que su obsesión ya no retrocedería.
Al contrario.. Apenas estaba comenzando.
Esa noche, el ducado dormía.. Pero él no.
El Principe se habia retirado temprano, o eso todos creyeron.
En realidad, habia salido del ducado en silencio, montando su caballo con una rigidez tensa, peligrosa… una calma que no era calma, sino contención.
Los bandidos que habían sido reportados cerca de la frontera del ducado.. aquellos que habían atacado caravanas y puestos aislados.. no tenían idea de lo que se acercaba.
Habian oído rumores.. Habian oído cuentos.
Pero nada los preparó para él.
El Principe descendió del bosque como una sombra azul.
El viento alrededor suyo era helado, pegajoso, vivo.
Su capa se movia con violencia, empujada por una magia que ya no obedecia la razón.
Todo empeoraba cuando cada recuerdo regresaba..
Astrid sonriendo a la doncella..
Astrid riendo con su hermano..
Astrid acariciando la cabeza de un niño.
Astrid diciendo “si fuera un buen hermano hoy”
Esa palabra le raspaba el pecho como un grito..
“Hermano”
Como si él fuera algo inocuo.. Algo confiable.. Algo seguro.
Él, que apenas podia contener la necesidad feroz de que lo mirara solo a él.
Él, que sentía la magia morderle la piel solo de imaginarla cerca de otro hombre.
Y cada vez que ese recuerdo lo atravesaba, la magia en su mano se volvía mas intensa, mas destructiva.
Cuando encontró el primer campamento de bandidos, el cielo se volvió azul oscuro.
Un bandido levantó la vista.
- ¿Quién..?
Un estallido de hielo puro lo silenció para siempre.
Los demás se levantaron gritando, pero era inútil.
El Principe caminaba entre ellos como un espectro, el fuego y el hielo mezclándose bajo sus botas, creando un sendero de escarcha y brasas.
Cada vez que uno intentaba huir, un muro de magia lo bloqueaba.
Cada vez que uno gritaba, el Principe lo callaba con un gesto de la mano.
Pero lo mas aterrador no era su poder.
Lo mas aterrador era su rostro.. Sereno.
Impasible..
Frio..
No gritaba..
No maldecia..
No parecía siquiera experimentar furia.
Solo actuaba..
Y cada vez que su magia golpeaba el suelo, él recordaba otra imagen:
Astrid tocando sus manos en la fogata.
Astrid llamando hermosa su magia.
Astrid diciendo que estaría segura con él.
Y luego, otra.
Mas oscura.. Mas punzante..
Astrid llamándolo “hermano”.
La magia se desbordó por completo.
Una ola de luz azul envolvió el campamento entero, apagando todo sonido, toda vida, todo rastro de amenaza.
Cuando el silencio se asentó, solo quedó el crujido del hielo derritiéndose y el olor a tierra chamuscada.
El Principe se quedó de pie en medio del desastre, respirando con dificultad, la mirada clavada en la noche..
Su corazón latía con fuerza.
No por la pelea.
No por el peligro.
Por ella.
[No puedo soportarlo.. No puedo escucharla llamarme hermano.. No puedo verla sonreír para otros.. No puedo compartirla..]
La brisa fría movió su capa mientras él montaba de nuevo.
Miró una última vez el campamento destruido.
[Si alguien la toca… si alguien la mira como no debe… o si alguien piensa que puede quitármela…]
La magia azul chispeó en el aire, como una promesa.
[…hare esto mismo.. Sin dudarlo.]
Y cuando volvió al ducado, su rostro era tan tranquilo como si nada hubiera pasado.
nadie sabía que a unos kilómetros de distancia, bajo la luz de la luna, habia quedado marcada la advertencia silenciosa del hombre más peligroso del reino..
Astrid Huxley no tendrá enemigos.. Porque él los borrará antes de que ella lo sepa.
Creo que mi cerebro acaba de hacer cortocircuito !!!!