Phoebe es obligada por su padre a casarse con un frío y anciano hombre por dinero.
En tanto que el terminó comprando una esposa, y aunque esta le reclamara que fue obligada, el alega que nunca le puso un arma encima para aceptar.
Siendo ese el caso, donde su relación con una enorme diferencia de poder y edad prevalece por lo alto, donde deberá acostumbrarse a su nueva vida, ¿Podrá ella encontrar la felicidad?
¿Podrá su corazón al final sentir amor?
O la vida, caprichosa por naturaleza, al igual que el destino, ¿Le deparará algo más que moverá su mundo de pies a cabeza?
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Recién casados.
Después de que el vuelo se elevó Ángelo le ordenó a la azafata que llevara a Phoebe a la habitación, así podría cambiarse.
Phoebe observaba la cama sabía que el vuelo sería largo, en ese momento sintió la puerta abrirse y Ángelo ingresó. Ella lo miró asustada, le tenía miedo.
— ¿Quieres que té ayude a cambiarte?, pregunto él. Ella negó con la cabeza. Ángelo se quitó el saco mientras la observaba fijamente, era muy bonita, pero no tenía esa belleza armoniosa no era que tuviera un gran físico, era bajita algunos dirían que tenía una belleza exótica. Así que cuando Peter Braun se la ofreció como compañía, él no lo dudo solo que hizo algunos cambios a ese arreglo. Aunque Peter Braun no pareció muy alegre con el acuerdo final, si estaba muy feliz de recibir muchísimo dinero, más aún seguro esperaba que su adorada hijastra enviudara pronto y el poder manejar esa fortuna.
Ángelo observó a su esposa y cruzo los brazos de manera impaciente.
— ¿Porque demonios no te has desnudado?, hazlo o lo haré yo dijo él.
Él se acercó a ella, Phoebe se puso de pie y con manos temblorosas comenzó a quitarse el vestido quedando semidesnuda enfrente de él.
— ¿Eres virgen?, pregunto él molestó. No te atrevas a mentir exclamó.
Ella lo miró y comenzó a llorar. — Ahórrate el drama, de haber sabido que eras así no hubiera pagado tanto por ti comento Ángelo molesto odiaba las lágrimas femeninas en su experiencia eran puro teatro.— Vístete y puedes quedarte aquí no tengo ganas de verte llorar todo el viaje dijo Ángelo preparandose para abandonar la habitación.
— ¿Yo no quería estar aquí?, ustedes me obligaron exclamó ella.
— ¿Acaso puse un revolver en tu cabeza para que me aceptaras?, pregunto él.
—No solo le ofreció mucho dinero a Peter y asi consiguió una esposa.
Enojado ante esa afirmación Ángelo regreso junto a ella.
— Niña no sé si eres tonta, tu adorado papa te estaba vendiendo al mejor postor y no precisamente para esposa dijo él la tomó de la cara apretando con fuerza. ¡Deberías sér más agradecida!, dijo él soltándola Ángelo abandono la habitación. Phoebe comenzó a llorar hasta quesarse dormida.
No volvió a saber de Ángelo hasta antes del aterrizaje.
Cuando ella salió de la habitación él la observó.
Ella se sentó algo apartada para no molestarlo, después de todo él le había dicho que no quería volver a verla.
El Jet comenzó a descender, al bajar del avión unos impresionantes coches y unos hombres vestidos de traje aguardaban en la pista.
— Señor Della Giovanna, bienvenido dijo unos de ellos.
— Gracias Marcello. Sube al coche Phoebe ordenó él, ella subió por donde le indicó el chófer, Ángelo subio por la otra puerta y se sentó junto a ella.
Mientras el auto se incorporaba al tránsito, estaba anocheciendo.
Phoebe observaba por la ventanilla del lujoso coche la ciudad mientras los rascacielos se convertían en elegantes mansiones a orillas del lago de Como. El paisaje se volvía cada vez más impresionante a medida que se adentraban en un sector de casas opulentas. Al bajar del auto, Phoebe quedó atónita al contemplar su nuevo hogar: una lujosa mansión de estilo renacentista italiana que se alzaba majestuosamente entre jardines exuberantes y un impresionante frente al lago.
Ángelo, su recién estrenado esposo, observó a Phoebe con un desprecio apenas disimulado. Ella representaba todo lo que él odiaba. Phoebe, por otro lado, miró a Ángelo con temor, consciente de la hostilidad en su mirada y sintiéndose como un pez fuera del agua en aquel mundo de opulencia y apariencias, ella le había dejado claro cual eran sus sentimientos, y ahora pagaría las consecuencias de su atrevimiento.
Phoebe caminó detrás de Ángelo mientras ingresaban a la casa. El lugar era increíble desde el momento en que cruzaron el umbral. Los pisos de mármol pulido reflejaban la luz de las lámparas de araña que colgaban majestuosamente del techo alto y ornamentado. Cada paso que daban resonaba en el amplio vestíbulo, llenándolo de un eco que parecía contar historias de generaciones pasadas.
Ángelo avanzó con pasos seguros por el pasillo principal, deteniéndose solo para hablar con la empleada.
— Bienvenido señor Della Giovanna, señora dijo la empleada.
— Alda que una de las empleadas instale las cosas de mi esposa en la habitación y dale una recorrida por la casa.
— Cómo ordené, la cena estará lista en una hora comento Alda.
Angelo asintió y desapareció del lugar dejando a Phoebe con la empleada. Alda observó a la joven, entre los empleados se había rumoreado que el señor Della Giovanna, había comprado una joven americana como esposa pero nunca había imaginado que era tan joven.
— Señora Della Giovanna, le mostraré el lugar dijo Alda, ellas comenzaron a caminar por los diferentes espacios
Alda señaló algunas de las obras de arte que adornaban las paredes. Pinturas al óleo de maestros renombrados, esculturas de mármol esculpidas con precisión y muebles antiguos que parecían sacados de un museo se combinaban para crear un ambiente de esplendor y lujo.
Phoebe, a pesar de su inicial intimidación, comenzó a sentir una mezcla de asombro y curiosidad. Cada rincón de la casa parecía tener una historia que contar. Alda la llevó a través de los salones, donde los enormes ventanales ofrecían vistas panorámicas del lago de Como y los jardines meticulosamente cuidados.
Al llegar a la biblioteca, Phoebe sonrió. La habitación estaba llena de estantes de libros y una chimenea de mármol en el centro. Phoebe, comenzo a explorar los títulos, revelando una rica colección de literatura clásica, historia y filosofía. Phoebe se sintió atraída por un viejo tomo de poesía.
Una hora después se encontraron para compartir una cena íntima en el comedor formal, Phoebe y Ángelo se sentaron uno enfrente de otro, separados por varios metros, la cena fue en silencio, el ambiente estaba cargado de tensión.
Cuando la cena estaba terminando, Ángelo recibió una llamada urgente lo cual le dio la oportunidad a Phoebe para retirarse a su habitación, llevándose su libro.
Terminaba de ducharse y vestirse cuando la puerta se abrió era Ángelo...