Ian

Amelia se encontraba vendiendo frutas y verduras en el puesto de su abuela, de repente se le asercaron dos encapuchados, tirando todo a su paso, le destrozaron el puesto, ella estaba asustada, uno de los encapuchados se le aserco y le dijo

- Eres Amelia? ese bastardo que tienes en el vientre no puede nacer.

Empezó a golpearla sin piedad alguna, ella cubría su enorme panza, mientras le rogaba que se detuviera, el otro encapuchado, lo detuvo y le dijo

- pensé que solo vendríamos a destruir el lugar, no a golpear a esta pobre mujer.

- Me encargaron de que este niño no venga a este mundo, estás dentro o no?

- Detente, no estoy dentro, no golpeó mujeres ni niños.

- eres un marica

La sirena de la policía empezó a sonar, antes de que llegaran dónde Amelia, su abuela tuvo un mal presentimiento, vio cuando los encapuchados se montaban en la moto y se fueron, la señora corrio y al llegar al lugar, la vio tirada en el piso con un charco de sangre que venía de sus piernas, su rostro estaba a todo golpeado, Amelia lloraba mientras sostenía su vientre.

- Hija mía que pasó ?

- me duele mucho abuela, me duele, salva a mi bebé porfavor, salvalo

La ambulancia llegó y empezaron a darle los primeros auxilio, Amelia estaba bien agotada y adolorida, hizo un esfuerzo grande para pujar a su hijo, para que el pudiera sobrevivir, antes de dar su último aliento miro al niño y lo llamo Ian.

La abuela se encontraba devastada, cuido de Amelia desde que era una bebé, su Hija la madre de Amelia también falleció cuando tuvo a su nieta.

* Abuela

No hija mía, así no, no puede repetirse la historia Dios mío, ya estoy muy vieja, porque no me llevaste a mi? porque me dejastes Amelia , mi niña hermosa, quien cuidara de tu bebe? estoy muy vieja para esto.

La abuela estaba bien afligida y lloraba mientras le reclamaba a Dios, al dejar de llorar, puso la denuncia y se hizo cargo del funeral de su nieta, no dejo que nadie abriera el cajón, no quería que se enteraran que su bebé estaba vivo, por alguna razón ella presentía que alguien les pago a esos hombres para que le hicieran eso. Gracias a Dios el bebé no fue afectado ya que Amelia protegió los golpes cubriendo su vientre, y el otro encapuchado no permitió que siguiera golpeandola.

La abuela vistió a Amelia con un traje de flores azules, el color favorito de su nieta, la maquillo bien para tratar de cubrir sus moretones y le coloco un pañuelo bordado con su nombre.

- Descansa en paz hija mía, yo cuidare de tu bebé, hasta que Dios me lo permita.

El nombre que le distes es muy hermoso, solo le pido a Dios que me dé salud para criarlo.

En el funeral solo asistieron cinco personas incluyendo al sacerdote y a la abuela.

La abuela se fue a vivir en su antiguo pueblo, llevando con ella a su nieto.