La Santa Guerrera

Terminaron de comer y estaban por volver al templo.

"Dion, acompáñame a un lugar" el asintió " Pero, no grites." Dion volvió a asentir u. poco confundido.

Laila miró para ambos lados y ver qué nadie venía, se metieron en el bosque y luego chifló.

Monstruos en forma de toro se acercaron rápido, unos bajaron de árboles y otros estaban detrás de arbustos grandes.

"Señorita Lai" Susurro Dion apretando el brazo de ella.

"Tranquilo, son mis amigos." le respondió.

"Hola chicos" Todos golpearon sus pechos y bufaron en forma de saludo.

"Han estado vigilando, así que por ahora vayan a cazar. Recuerden que nada de humanos y si los atacan, corran hasta aquí y avísenme ¿okey?" Todos asintieron y caminaron adentrándose más al bosque.

"Ahh... ¿Cómo es que ellos...?" habló sin dejarlos de mirar.

"Oh, bueno es una larga historia" sonrió.

Regresaron al templo, ahora Laila sabía que su máximo límite eran 33 personas y descansaría.

Terminó con 30 personas y Dion le dió un vaso con agua para que descansará.

"Es increíble lo que haces" Hablo una chica detrás de Laila y Dion.

"Gracias, pero no es nada." siguió tomando agua.

"Soy Grace" Le extendió su mano a Laila

"Soy laila, oh y el es Dion, mi amigo" Lo señaló y el sonrió.

"Un gusto, Laila, Dion" Sonrió mirándolos.

Ayté entró apresurado acercándose a Laila.

"¡Señorita!" Gritó llamando la atención de todos.

Caballeros de la casa Mc'allens entraron al templo, dirigidos por Dan, su segundo hermano.

"¡Lai!" Gritó Dan al verla, corrió y la abrazó.

Dion apretó las manos, ¿quién era ese? ¿por qué la abrazaba?

"Dan ¿que haces aquí?" Lo abrazó también.

Las personas que atendían y quiénes permanecían en cama ya curados por Laila, miraban la escena.

"Creímos que te había pasado algo cuándo no volviste con el Duque Besthat." hundió su rostro en el cuello de Laila.

"Tranquilo, estoy bien" le acarició la cabeza.

Dan la ignoraba a veces y aunque se sentía mal por eso, le gustaba más seguir a su hermano mayor, Zack.

Las chicas que atendían, murmuraban lo guapo que era Dan.

"Volvamos a casa" Dan levantó la cabeza y la miró con calidez.

"Dan, todas estas personas me necesitan. Si quieres esperarme, está bien pero, por ahora no puedo volver." le acarició la mejilla.

"¿Qué le pasó a tu cabello? Ya no es plateado, es... ¿¡Blanco!? ¿Te convertiste en una Santa y no lo sabíamos?" habló exaltado y laila se burló de su expresión.

"Si, ya habrá tiempo para hablar de eso." Dan asintió.

"¡Todos ustedes, ayuden a Lai en lo que necesite, se tomará como trabajo extra y recibirán una recompensa!" Gritó Dan a los caballeros.

"¡Si, señor!" Respondieron todos a la vez.

"También ayudaré" le revolvió el cabello a Laila.

"¡Gracias!"

Todos comenzaron a ayudar, Laila siguió con las últimas personas y terminó.

Las camas vacías se volvieron a llenar por las últimas personas que estaban en la casa caridad.

"Hemos terminado" gritaron todos.

"¡Todo es gracias a la señorita Laila!" comenzaron a aplaudir.

"Es hora de irnos" Eran las 4 de la tarde, aún era de día.

"Está bien, tengo tres cosas que decirte." Dan se sentó y asintió. "En primera, soy jefa de al menos 8 monstruos" Se rascó el cuello nerviosa y Dan suspiró "La otra es, que me llevaré a un chico de aquí, es mi amigo y no tiene a nadie. Me apoyó mucho estando aquí." Lo señaló, Dion estaba tomando agua. " y en tercera... hace poco que desperté este poder, aún no sé controlarlo bien, ¿por qué me llaman una Santa?" miró sus manos.