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EN PENUMBRAS

EN PENUMBRAS

Status: En proceso
Genre:Amor prohibido / Amor a primera vista / Profesor particular / Traiciones y engaños / Enemistad nacional y odio familiar / Secretos de la alta sociedad
Popularitas:2.3k
Nilai: 5
nombre de autor: Lily Benitez

Azul Zetas nació en un entorno complicado, marcada desde su infancia por el abandono y el maltrato. Su madre biológica la dejó en casa de su abuela materna, que no le brindo el amor que se merecía, siendo maltratada y abandonada a su suerte. Un trágico incendio en la casa de su abuela marcó un giro inesperado en la vida de Azul. Fue la única sobreviviente, gracias a la intervención oportuna del oficial de investigación Franco Coen, que se sintió conmovido por la situación de Azul y decidió llevarla a casa de sus padres, intentando ofrecerle un refugio seguro. A pesar de las buenas intenciones de Coen, la ley lo obligó a devolver a Azul a su madre biológica. De nuevo, Azul se encontró en un hogar sin amor, bajo el techo de su abuelo materno, un policía abusivo y alcohólico. Un nuevo incendio llevo a qué Azul quedé bajo el cuidado de unos tíos que la tenían como sirvienta. El oficial Coen la acomoda en un internado para liberarla del sufrimiento. ¿Encontrará la felicidad y el amor aquí?

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19° Eres Virgo

#AZUL#

Sentía que mi cabeza se despegaba de mi cuerpo al escuchar los delirios de Cristal alardeando de que el nuevo profesor de asesor, le echo el ojo, al referirse a Nahuel.

-YA LES DIGO ESE ALTO, DE BUEN PORTE, Y QUE MÚSCULOS, SE FIJÓ EN Mí, Y QUIEN NO SE RESISTIRÍA A TODO ESTO. Decía moldeando su figura con sus manos durante el almuerzo.

-QUE ENVIDIA AMIGUÉIS, NO SABES CUANTO TE ENVIDIO PERR@. Le responde una de las que la siguen como perro faldero.

-YO ME MUERO, QUIERO CONOCERLO, QUE SUERTE QUE PUDISTE HABLAR CON ÉL. Le dice la otra.

-PALO Y A LA BOLSA CHICAS, ESTE NO SE QUEDARA FUERA DE LA LISTA. Comenta mostrando un pequeño cuaderno rojo, dónde supuestamente anota todas sus experiencias con el sexo opuesto y a la que todas las chicas lo llaman la biblia del amor, que si no está en ese cuaderno no tiene valides, todas las chicas anotan sus experiencias, y al parecer Cristal es la que más ha anotado que el resto.

Suspiro negando, no tiene ni idea, se ve que no sabe lo que es en realidad, cree que lo tiene bajo control, hasta que encuentre a quien no quiera solo coqueteos y sonrisas que ocultan intenciones de provocar, porque eso es todo lo que hacen.

Tuve la mala suerte de ser testigo de aborrecibles escenas donde conocí lo que ocultan los hombres entre las piernas, de ver como se aprovechaban de mi madre que no tenía fuerza de voluntad para salir corriendo al creer que por ella misma no lo lograría.

Bueno, la verdad que ví como tienen los hombres maduros, nunca a los jóvenes y según las chicas que se auto califican de experimentadas, no lo tienen igual, que los jóvenes masculinos la tienen finas y delgadas. La verdad que no puedo dar mi opinión, en lo único que coincido en que ninguno la tiene igual según el libro que leí al respecto.

Me incorporo de esa mesa de loros, que no saben hablar de otra cosa, para dirigirme al baño.

-EU, AZUL, TU NO HAS APORTADO NADA A ESTE LIBRO. Me dice Cristal, alzando el libro en el aire y moviendolo como a una bandera.

-No tengo nada que aportar. Le respondí.

-JA, ASI QUE ERES VIRGO. Me dice de manera burlona.

-No te sabría decir, nunca tomo encuenta sobre el zodiaco. Le respondí y me quedo mirando desconcertada, porque no caí en su broma.

-No idiota, que nunca estuviste con un hombre. Me dice.

-Siempre hablamos con ellos. Le señalo a nuestros compañeros.

Veo que los chicos se rien por lo bajo.

-No te llega agua al tanque, o tienes mierd@ en vez de cerebro. Me dice.

La quedo mirando a la rubia que aparenta fina, pero tiene un vocabulario de camionero.

-Al parecer no soy la única. Le dije señalando hacia ella, hablo tranquila, de manera suave, pero mis palabras son navajas dirigidas a ella.

-¿QUÉ DIJISTE PERR@? Grito y sus amigas la atajan.

-Cristal, déjala, sabes que no debes hablarle. Le dice una de ellas.

-No la busques, solo sales perdiendo. Le dice la otra.

-ELLA ES LA QUE VA A PERDER CADA MECHON DE SU CABELLO CUANDO LOS ARRANQUE UNO A UNO. Grito desaforada.

Hago como que bostezó apoyando mi mano en mi boca y me giro a dirigirme hacia el baño.

Al estar proxima escucho en el baño de varones un sollozo con la voz de un joven.

"No por favor" "AHAA"

No sé porque siento el impulso de entrar y defenderlo, me hizo acordar a mi madre que siempre me recriminaba que podía haber hecho algo por ella y el miedo me paralizaba, no sería el caso.

Empuje esa puerta encontrándome con una escena irreal, estaba oscuro, me quite los lentes, logrando ver a un joven en el piso tapándose la cara y dos a sus costados mojandolo con sus líquidos corporales. Los empuje con fuerza contra el lavado, cayeron pesados al piso.

"¿QUÉ CREEN QUE HACEN?, DEBERÍA DARLES VERGÜENZA" Los reto dejándolos sorprendidos.

Me miraron con los ojos sacados de órbita, ayudó al joven a levantarse y lo saco de ahí, dejando a los agresores desparramados en el piso sobre el líquido que ellos mismos sacaron de su sistema.

Lo lleve al gimnasio donde sabía que había duchas para que se bañe.

-Bañate, te buscaré ropa. Le anuncie.

-Me pegaron los ojos. Me dijo apenado y ví sus ojos llenos de pegamento.

-Tranquilo, se como sacarte eso. Le dije, busque un botiquín y con una gasa húmeda fui pasándole con suavidad, le limpie los ojos, encontré unas gotas oculares.

-Estas son para ojos irritados, los sientes así. Le consulte.

-Si. Me respondió tímido.

Cuando abrió más confiado los ojos, tenía unos ojos oscuros con bordes claros, su perfil fino me recordaba a alguien, pero en ese momento no me daba idea de quien podía ser.

Al lograr ver se fue a duchar y le conseguí ropa deportiva. Se la dejé a mano y lo espere afuera para darle privacidad.

Al salir se veía mejor, más limpio y lustroso.

-No debes permitir que te traten así, debes denunciarlos. Le dije al verlo.

-Sere un buchón. Me dice.

-No por pensar en lo que digan de ti, debes soportar esa humillación, no está bien, debes denunciarlos, o así como te tratan, pueden hacerle a alguien más, y volver a hacértelo a ti, hay que detenerlos. Le digo enérgica.

Lo mire a detalle, era joven, como si fuera alumno de primer año.

-Gracias por la ayuda, pero no le digas a nadie que me defendiste, ya me ven como un cobarde, y que me defienda una chica, seré una burla eterna. Y no como mi hermano que es bueno en todo. Me dice con tristeza.

-Tanto te importa lo que digan de ti, me das pena, no diré nada, pero aprende a defenderte, al menos práctica arte marcial. Le sugiero molesta porque se preocupaba más en lo que digan de él, y no tanto en denunciar a los que lo maltrataban.

-Soy Justo. Se presenta.

-Un gusto, soy Azul. Le respondo.

-Gracias Azul, ya me voy. Me dice.

-Me pediste que no diga nada, pero que hay de los que te agredieron. Le digo.

-Ellos no contarán nada, no querrán que sepan que una chica los derribo. Me dice.

Al salir me encuentro con Nahuel que me mira fijo, al oír que alguien se aproximaba me tomo del brazo llevándome de ahí.

-¿Qué hacías? Me consulto.

-Nada. Le respondí.

-Te ví ir con un chico. Me dice.

-Pues si, lo ayude. Le dije.

-¿En qué? Me pregunta serio, no entendía su reacción.

-Unos chicos lo atacaron en el baño, y lo lleve a que se cambie, le sentí el olor de... Ese líquido que largan por su órgano masculino y le sugerí que se bañe. Le digo.

-Te metiste a defenderlo en el baño de varones, que te impulso hacer eso, podían lastimarte. Me dice serio.

-Lo estaban meando, tirado en el piso, el lugar estaba oscuro, no me vieron. Le digo.

-Mira tu mano, está lastimada, se ve que pegaste. Me dice revisándome la mano y veo mis nudillos rojos.

-Es que nunca pegue una piña. Comento avergonzada.

-Te buscaba, Dante me comentó que te lastimaste la rodilla. Cuando te ví ir con ese chico. Me dice y noto que hace un gesto como si eso le molestará.

-Si, me caí, me molesta un poco. Le respondo.

-Te llevaré a que te vea el doctor, y te cure esa mano. Me dice.

-Indicame dónde es y voy, no es conveniente que nos vean juntos. Le comento triste al recordar lo que me dijo el oficial Franco.

-Te acompaño, es deber de un profesor auxiliar a un estudiante en caso de que se lastime, enferme o tenga un problema. Me recita.

Lo miro fijo suspirando, no quiero alejarme de él, mis latidos me traicionan al sentir su perfume y porque me toma del brazo y sostiene mi mano para guiarme.

-Puedes caminar rengueando, así no será mal visto que te lleve así. Me susurra.

No me pude contener y pose un beso en su mejilla, él se giro mirándome intenso.

-Eres muy amable. Le susurré.

Nahuel sonrió asintiendo.

Llegamos a una puerta fina pequeña que al abrir descubro que es un tipo consultorio.

-Buen día, ¿Está el doctor? Pregunta Nahuel a una enfermera que está ante un escritorio leyendo unas fichas.

-De parte de quién. Pregunto sería.

-Es para atender a una alumna. Le dijo Nahuel.

-Apellido. Pidió la enfermera, mirando la computadora.

-Zetas. Le respondió Nahuel.

-¿De que año?. Consulto.

-Soy de tercero. Le digo.

-Si, aquí está, esperen ahí, ya llamo al doctor. Dijo tomando su celular.

Mire el lugar era un pasillo pequeño que dirigía a otra puerta.

-Pueden pasar, el doctor la atenderá. Anuncia la enfermera.

Nahuel abre la puerta pasando primero.

-PERO QUE GRANDE ESTAS. Escucho que lo salido el doctor.

-Te traje a Azul, se lastimo la rodilla al caer y los nudillos de la mano derecha. Le cuenta Nahuel, paso adelante de él y el doctor se incorpora de su asiento.

-AZUL. Dijo en un suspiro.

-Ya la conocías. Le consulta Nahuel.

El doctor se aproximó, me quito los lentes.

-Si, tu padre me la llevo a casa, cuando la rescato. Le dijo el doctor.

Quedé en blanco, tratando de recordar, la verdad que no me acordaba, era como si esa parte de mi vida quise borrarla.

El doctor se gira dirigiéndose a una nevera, saco una cajita de jugo y me la paso.

-Ya no te acuerdas. Me dijo entregándome el jugo.

Cuando lo tuve entre las manos, las lágrimas brotaron de mis ojos, empecé a temblar como si tuviera frío.

-¿Qué pasa Azul? Me dijo Nahuel y me abraza, calmandome.

-Creo que metí la pata. Dijo el doctor pasándose la mano por la cabeza.

Me sentí ahogada, mi corazón latía muy fuerte.

-DOCTOR SE DESVANECE. Le dice Nahuel preocupado.

-Mierd@, lo siento Azul, no quise meter el dedo en la llaga, debe ser difícil para ti recordar eso, tranquila... Inhala, exhala, pausado. Escucha mi voz, estamos aquí contigo, no te pasará nada. Me dice el doctor.

Me abrazo por Nahuel como queriendo fundirme en él, así sentirme a salvo. Se me desató la cinta que ataja mi cabello y se suelta deslizándose hasta mis muslos, tengo muy largo mi cabello y siempre lo atajo con una cinta para que no esté muy suelto.

-Llevala a su casa, yo avisaré a la directora, no puede regresar en ese estado, te daré un medicamento, dáselo para dormir, es para el dolor de rodilla y una crema para su mano. Le encarga el doctor escribiendo una receta.

-De acuerdo. Le responde Nahuel.

-Sal por atrás, así no la ven así. Le señala el doctor otra salida.

-Ven Azul, vamos. Me susurra Nahuel al oído, me sostengo por su brazo para caminar, me tiembla todo.

Llegamos a su vehículo, me subí en la parte de copiloto, me acurrucó en el asiento.

Nahuel suspira pesado, marca en su celular enviando un mensaje, se pone en marcha.

Paro en una farmacia, bajo a comprar lo que recetó el doctor para mí, a los pocos minutos regreso.

Llegamos a la casa, no había nadie, el silencio era profundo.

-Te gustaría comer algo, podemos encargar y mirar algo en la televisión. Me sugiere.

-No. Le respondí sin ganas.

-Tranquila mi flaquita, aquí estoy para vos. Me dice abrazándome y posando un beso en mi frente.

Me prendo por él, escondo mi rostro en su cuello, sentir su aroma de algún modo me tranquiliza. Él suspira hondo y sus brazos desliza con suavidad hasta envolverme por completo, abrigandome entre sus brazos y siento que acaricia mi cabello.

Me guía hasta el cuarto.

-Reposa, voy a preparar algún te para que puedas tomar el remedio, no debes tomarlo con el estómago vacio. Me dice.

Me acosté cubriendome con las mantas, dormite un rato, en eso siento que se recuestan a mi lado, por el aroma se que es Nahuel, pasa su brazo bajo mi cuello, me giro posando mi rostro en su hombro, él me besa en la frente. Toma mi mano y me aplica la crema en los nudillos. Escucho sus latidos fuertes en mi oido y sus suspiros profundos, entrelaza sus dedos con los míos.

No quiero que este momento termine, dormito entre sus brazos, su calides me abriga.

1
Luisa Fernanda Aguilar Areiza
buen capitulo, siempre quiero más y más jiji
Sweet Lee.🖤
Omg! Qué emoción!

Continúa con está historia!.
Lilyben
La madre de Azul la protegía para que no abusen de ella.
Lilyben
De nuevo usaban a la niña para sacar dinero a las personas, eran estafadores todos.
BERNARDINA PASTELIN
dale una muerte dolorosa a ese maldito, por fas , escritora
BERNARDINA PASTELIN
si la quería , la ocultaba de su padre para que no lo hiciera lo mismo
BERNARDINA PASTELIN
protegía a su hija de su mismo padre, 🤬🤬🤬🤬
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