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Los Que Imitan

Los Que Imitan

Status: En proceso
Genre:Terror / Apocalipsis
Popularitas:427
Nilai: 5
nombre de autor: jose yepez

En un mundo donde la posición del ser humano en el planeta se ve amenazada por intrusos desconocidos que intentan ocupar su lugar, este diario que acabas de encontrar contiene en el las voces de aquellos que no quieren quedar en el olvido

NovelToon tiene autorización de jose yepez para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

03/05/2026

Emily

Anoche soñé con Joel.

No fue como otros sueños, esos rotos, incoherentes, donde todo se mezcla y se olvida al despertar. Fue tan real que todavía ahora, escribiendo estas palabras, puedo sentir el peso de su mano en mi hombro. Estábamos en aquella tienda donde me enseñó a defenderme. Pero no había peligro esta vez. No había miedo. Solo él y yo, sentados en el suelo, compartiendo una lata de duraznos en almíbar.

El aire era cálido, como si el mundo nunca se hubiera roto. Podía oler el almíbar, sentir el sol colándose por las rendijas de la tienda, ver las partículas de polvo flotando como luciérnagas dormidas. Todo era perfecto.

Me miró, sonriendo de esa manera que siempre hacía cuando quería disimular el dolor. Me dijo: “No te detengas ahora, Em”.

Su voz era firme, como un ancla que me sujetaba al suelo.

No sé si fue mi mente creando un consuelo, o si, de alguna forma, Joel aún me acompaña. Quiero creer que sí. Necesito creerlo. Porque si los muertos desaparecen por completo, ¿qué nos queda?

Me desperté llorando en silencio, envuelta en una manta polvorienta que había encontrado en un rincón.

No eran lágrimas de tristeza, exactamente.

Eran de algo más complejo.

Una mezcla de gratitud, de amor, de esa clase de dolor dulce que deja un recuerdo hermoso. El tipo de dolor que te recuerda que algo valía tanto la pena, que incluso su ausencia deja una marca hermosa.

Después de escribir el sueño en una esquina del diario, me dediqué a explorar el edificio.

La estructura principal está deteriorada, pero aún hay zonas estables. El techo de la sala principal se ha venido abajo, pero los pasillos laterales están protegidos del clima. El eco de mis pasos sobre el concreto sucio me recordaba que estaba sola. Pero no me sentí vacía. Sentí que algo de él seguía aquí, en las paredes, en el aire quieto, en las páginas del diario que aún conservo como si fueran fuego.

Encontré una caja de herramientas olvidada en un armario oxidado. La mayoría de las herramientas estaban inservibles, comidas por el óxido, sus mangos partidos, sus cabezas deformadas. Pero un destornillador y algunos cables parecían recuperables.

No son gran cosa, pero ahora cada pequeño recurso puede ser la diferencia entre vivir o morir.

Una herramienta útil es más valiosa que una promesa. Una chispa de utilidad en medio del abandono.

En una sala del segundo piso, hice un descubrimiento aún más valioso: una pequeña biblioteca improvisada.

Estanterías metálicas con libros cubiertos de polvo. Manuales técnicos, libros de ciencia básica, incluso un volumen ajustado de cuentos de Ray Bradbury.

No pude evitar sonreír al sostener ese libro.

Era como encontrar un pedazo del mundo perdido, intacto entre las ruinas.

Bradbury. Cuántas veces me lo leía mi madre antes de dormir. Sus historias eran sobre futuros imposibles, pero nunca me parecieron tan reales como ahora. Porque ahora, yo soy una de esas historias.

Pasé parte del día hojeando los manuales, buscando algo que pudiera ayudarme a reparar la radio que encontré anoche.

No tengo muchos conocimientos técnicos, pero recordé cosas que Ethan me enseñó cuando era niña. Cómo unir cables. Cómo buscar conexiones sueltas.

No parece mucho, pero hoy, en este mundo, es una habilidad tan valiosa como saber disparar.

Intenté abrir la radio con las pocas herramientas que pude improvisar.

Mis dedos temblaban, no de miedo, sino de concentración. Limpié el polvo de su interior, volví a soldar un par de cables sueltos. Me ayudé con una vieja pinza y un alambre pelado que encontré enrollado detrás de un escritorio.

La batería estaba muerta, pero había una fuente de alimentación de emergencia que, milagrosamente, aún conservaba algo de carga.

Era pequeña, del tipo que solía usarse en dispositivos portátiles. Estaba oxidada en un extremo, pero tras un rato de limpieza con tela mojada, logré conectarla.

Trabajé hasta que la luz comenzó a menguar. El sol, escondiéndose detrás de los árboles del oeste, bañaba la habitación en un resplandor dorado. Cada sombra se alargaba. Cada sonido, cada chirrido del edificio, me parecía más agudo, más vivo. Como si todo el mundo esperara conmigo a que esa radio hiciera un simple clic. Una chispa de esperanza.

No logré hacerla funcionar hoy.

Pero no me siento derrotada.

Tal vez mañana funcione. Tal vez escuche una señal, una voz, un simple zumbido que me recuerde que aún hay alguien allá afuera.

O tal vez no.

Tal vez solo escuche estática.

Pero incluso la estática es mejor que el silencio.

La estática sería una respuesta.

Y ahora mismo, cualquier respuesta vale más que el silencio del fin del mundo.

Esta noche dormiré con el libro de cuentos bajo la almohada, como si pudiera protegerme de las pesadillas. Como si las palabras aún tuvieran poder sobre los monstruos.

Quizás lo tengan.

Quizás lo único que nos separa de convertirnos en bestias es el recuerdo de una historia bien contada.

Quizás lo único que me mantiene cuerda es que, mientras escribo, todavía puedo oír su voz.

Y mañana volveré a intentarlo.

Porque Joel me enseñó que resistir no es cuestión de fuerza.

Es cuestión de insistencia.

Es la voluntad de seguir aún cuando nada te empuja a hacerlo.

Es la decisión de pararse otra vez, de reparar otra vez, de creer otra vez.

Y si alguna vez vuelvo a escuchar otra voz a través de la radio…

O si alguien encuentra este diario en el futuro…

Quiero que sepan que no me rendí.

No me rendiré mañana.

Ni pasado.

Ni el día siguiente.

Porque mientras quede algo por hacer…

algo que arreglar…

algo que recordar…

seguiré.

1
Eloi Martinez
Tu forma de escribir te envuelve en ese escenario , seguiré leyendo.
♡お前のペンデハ♡
🤩¡Tu novela me tiene enganchada! No puedo esperar para leer lo que sucede después.
Đông đã về
Tu historia es mágica, los detalles y la trama me hacen querer más🧚‍♀️
Koichi Zenigata
Impactante capítulo
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