La muerte llega para darte una segunda oportunidad
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Verdad expuesta
La noche cayó, y por fin, Regina comenzó a despertar. Sus párpados se alzaron lentamente, revelando unos ojos que ya no le pertenecían a la mujer que todos conocían. Frente a ella, Manuel la observaba en silencio. Su mirada era una mezcla de intriga, duda... y una súplica muda por respuestas.
Antes de decir una palabra, él presionó el botón para llamar al personal médico. Quería asegurarse de que estuviera fuera de peligro antes de comenzar cualquier conversación.
—Está estable —anunció el médico tras revisarla—. Solo permanecerá un día más para estudios complementarios.
Una vez que se marcharon, quedaron a solas, en medio de un silencio que parecía latir con fuerza.
—Pregunta lo que tengas que preguntar —dijo ella, con la voz aún algo débil—. No voy a ocultar nada.
Regina sabía que debía ser honesta, incluso en esta vida prestada. No había espacio para seguir fingiendo si quería sobrevivir en un mundo de lobos como el de Manuel Carrasco.
—Quiero saberlo todo —declaró él, sin titubeos.
Ella respiró hondo. Le temía a su reacción, temía que la tachara de loca, que la encerrara en una clínica psiquiátrica o que, peor aún, la rechazara como mujer. Pero ya no había vuelta atrás.
—Está bien… pero debes mantener la mente abierta. Muy abierta.
—Creo que estoy preparado para lo que sea que tengas que decir —afirmó Manuel, firme, aunque su pecho pesaba.
—¿Recuerdas a Alicia? La esposa de Óscar —comenzó ella, con los ojos clavados en los de él.
Manuel asintió.
—Soy ella.
El silencio cayó como una bomba.
—Aquella noche que morí… fue la misma noche en que te comprometiste con Regina, la verdadera dueña de este cuerpo. Ella también fue asesinada por Eylin. Y, de alguna forma inexplicable, mi alma tomó este cuerpo como refugio. La vida… o tal vez el destino… me dio una segunda oportunidad para hacerlos pagar por todo.
Manuel no dijo nada. Su mente bullía de pensamientos imposibles, como si de pronto estuviera atrapado en una historia de ciencia ficción. Pero Regina continuó, decidida a liberar los fantasmas de su pasado.
—Me dejaron tirada, sola, con mi bebé dentro… me arrancaron la vida y el futuro. Las lágrimas ya no salen, Manuel… porque las lloré todas en otra existencia.
—¿Y el bebé? —preguntó él, con la voz rota.
—Una víctima más. Le arrebataron el derecho a nacer, a ser amado, a conocer el mundo. Eso es algo que nunca, jamás, podré perdonar.
El silencio se hizo denso, casi irrespirable. Para Manuel, todo lo que escuchaba rozaba lo imposible.
—¿Tus padres lo saben? —preguntó finalmente.
—Eres la única persona que lo sabe. No confío en nadie más. Solo tú. Te pido que creas en mí, aunque sea difícil. Te juro que mis planes no incluyen dañar a inocentes. Mis padres, y los padres de Regina, no deben enterarse. Este dolor, esta carga… es solo mía.
Ella había dejado de ser Alicia, sí. Pero su dolor seguía intacto. Y su misión también. Tenía que hacer justicia por aquella joven ingenua que amó a Óscar y murió por no escuchar las advertencias de sus padres.
—Soy un hombre que solo cree en los hechos —dijo Manuel al fin—. Lo que me dices… suena a locura.
—Lo sé. Pero tú fuiste quien invadió la privacidad de mis delirios —replicó ella, con tono punzante.
Manuel suspiró. La respuesta fue tan infantil, tan fuera de lugar, que no supo si reírse o enojarse. Regina, al darse cuenta de la tontería que había dicho, se puso roja como un tomate. ¡Qué vergüenza dar una respuesta así en un momento tan serio!
—Bueno… vamos a hacer un trato —dijo él entonces, mirándola con intensidad—. Yo te ayudo con tu venganza… pero a cambio, quiero un matrimonio real. De por vida.
Ella lo miró, fingiendo sorpresa.
—¿No era ya un matrimonio real?
—No subestimes quién soy. Estás planeando irte cuando termines tu venganza, ¿verdad? Pero te lo dije desde el principio: no aceptaré un divorcio. Esta propuesta es solo una forma de mantenerte atada, por si acaso decides huir.
Regina quedó muda. Sus intenciones habían sido leídas como un libro abierto. No por nada, Manuel Carrasco era el jefe absoluto de su familia.