Mi nombre es Hanna y esta es mi historia.
En mi vida todo lo que creí que era real nunca lo fue, por eso sé con seguridad que la frase de "no hay peor ciego que el que no quiere ver "no encaja conmigo....yo realmente quería poder ver; el dolor y el sentimiento de tristeza en mi corazón no desaparecía y la verdad aun persiste por eso la soledad fue y seguirá siendo mi mejor compañera de vida ¿porque?.
-Porque ya no logro confiar en nadie hasta perdí las ganas de conocer y amar a alguien.....perderlo todo porque otras personas así lo decidieron....ja! ¡que ridículo!
-Es insoportable; pero¿qué podía hacer? si mi alma estaba encerrada en una oscuridad profunda sin poder ver ni un poco de luz infiltrarse.
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Tristeza
Cada vez que cerraba mis ojos venía a mi mente la muerte de Alex, convirtiéndose todo en una pesadilla de la que no podía escapar.
Hanna- ¡Noooo!, ¡Alex!
Fran- Hanna, ¡hija despierta!
Hanna- ¡AAA!
Fran- Tranquila, Tranquila aquí estoy, shh, shh
- De a poco empecé a perder el apetito y las ganas de arreglarme, mi padre todos los dias trataba de hacerme entender que debía tratar de comer por el bebé, pero no podía, solo recordaba la ausencia del amor de mi vida y eso me provocaba aún más tristeza.
- Un día de repente llego Carlos a la casa de mi padre y pidió verme, como no tenía valor de levantarme de la cama mi padre lo dejó pasar a mi habitación.
Carlos- Hanna, se que estás enojada conmigo, pero entiende, yo no puedo faltar a mi palabra
Hanna- ¿Tu palabra?, ¡no pude despedirme de Alex!, ¡de que carajos me hablas!, mejor vete
Carlos- Le di mi palabra a Alex de que te salvaría sin importar en que condiciones este él
Hanna- ¡No sigas, ya no quiero escucharte!
Carlos- Por favor perdóname, si quieres golpearme para que te sientas mejor!, pero... ¡deja de alejarme de vos, ya lo perdí a él, no quiero perderte también!, entiéndeme...
Hanna- Ya... no... me perderás, porque seguiré con vida y el costo de estarlo fue muy alto, ¿no crees?
Carlos- Volveré mañana en el primer vuelo a mi casa, ¡ya no te molestaré más!
Hanna- ¡Has lo que quieras!
- Después de la discusión con Carlos empezó a doler mi vientre así que le grité a mi papá.
Hanna- ¡Papá!, ¡papá!
Fran- ¡Hija, que pasa!
Hanna- ¡Duele, papá, duele!
Carlos- ¡Vamos al hospital ahora!
- Llegamos al hospital y mi padre habló a un médico para que me atendiera, mientras que Carlos se quedó a mi lado esperando, sin hablar
- Me llevaron a realizar una ecografia para ver como estaba el bebé, por suerte estaba bien, me dejaron internada una semana para asegurarse que todo esté bien con el embarazo.
- Después de eso Carlos me miró con lagrimas en los ojos y se despidió de mi padre, pero antes de irse me dijo;
Carlos- Cuídate y cuida del bebé, hazlo por Alex, Adiós...
- Al terminar la semana volví a casa, cuando estaba por entrar a mi habitación mi padre me pidió hablar un momento.
Fran- Hanna espera, tenemos que hablar
Hanna- Está bien, ¿de que quieres hablar?
Fran- Quiero que dejes de lastimarte, con lo que le pasó a Alex
Hanna- ¿De que hablas?
Fran- ¡Alex no está!, pero vos y su bebé están vivos, debes aceptar la realidad
Hanna- ¡Ya lo sé!, solo siento miedo
Fran- ¿Miedo?
Hanna- Sí, porque no pude hacer nada por salvar a Alex, me sentí tan... débil
Fran- No podías hacer nada hija, los dos estaban indefensos por la maldición que les pusieron
Hanna- Lo extraño mucho papá, lo necesito y se que tengo que seguir adelante por nuestro bebé, pero... ¿Y si no puedo hacerlo bien sin él?
Fran- No tengas miedo, lo harás muy bien ese bebé tiene una madre fuerte y valiente, Alex te amó hasta su último momento de vida y estoy seguro que sería el hombre más feliz del mundo si estuviera hoy con ustedes
- Después de la conversación con mi padre, busque mi teléfono y llamé a Carlos para disculparme con él, aunque no sabía como hacerlo.
- En la llamada:
Hanna- ¿Hola?
Carlos- Hola
Hanna- ¿Cómo estás?
Carlos- Bien, ¿y vos?
Hanna- Bien
Carlos- ¿Necesitas algo?
Hanna- ¡No!, qué estés bien
- Colgué el teléfono y empecé a llorar, mientras me preguntaba a mi misma;
-Qué me pasa?, no puedo seguir así, ¿qué debo hacer?, ¿podre vivir con tanto dolor y tristeza?, ¿cómo lo hago?, ¿cómo?...
- En eso mi padre me habló.
Fran- Hija, ¿vamos a comprar para cocinar?
Hanna- Está bien
- Después de mucho tiempo volvería a caminar por la ciudad en donde crecí, mi padre estaba feliz de que fuéramos juntos de compra.
- En el camino de regreso a casa nos dimos de frente con la madre de Diego quien quiso hacer como si nos lleváramos bien, pero mi padre la dejó con el saludo en la boca diciendo;
Fran- Cuidado hija aquí las arpías salen a toda hora disfrazadas de ¡SEÑORAS!
- Seguimos caminando, pero ella no nos quitaba la mirada de encima, pero como no era alguien de mi importancia simplemente la ignoré por completo.
- Cuando llegamos a casa le pedí a mi papá que me hiciera el favor de llamar a Carlos para invitarlo el fin de semana.
Fran- ¿Vas a arreglar las cosas con él?
Hanna- Eso quiero, pero no sé como hacerlo
Fran- No debes preocuparte por eso
Hanna- ¿Por qué?
Fran- Porque él te conoce demasiado, eres su hermana de corazón
Hanna- Pero aun así yo... me siento muy mal por haberlo tratado de mala manera
Fran- Estoy seguro de que él aceptará tu disculpa porque sabe que esto no es nada fácil de sobrellevar
Hanna- Papá, ¿como hiciste para seguir después de que mamá murió?
Fran- Aprendí a vivir con el dolor de no tener a tu madre a mi lado y llevando conmigo los momentos maravillosos que vivimos juntos, pero no es fácil, es un duelo que uno lleva por dentro eternamente
Hanna- ¿Crees que yo también pueda?
Fran- Por supuesto que sí y si necesitas ayuda yo estaré a tu lado las veces que sea necesario
Hanna- Gracias papá...
-A la mañana siguiente le dije a mi padre que cocinaria para el mediodía, pero tenía que ir a comprar algunas verduras.
Fran- ¿Segura que podrás?
Hanna- Sí, no te preocupes, estaré bien
Fran- Bueno, pero no traigas pesadas las bolsas
Hanna- Llevaré el carrito para las compras, ve tranquilo a trabajar
Fran- Esta bien hija, cuídate
- Después de convencerlo para que me dejara ir, me fui a cambiar para salir y decidí usar un reloj digital que me había regalado Carlos, cuando empecé a trabajar con él, era muy preciado por eso lo cuidaba mucho