ASERE

MARIANO

Miro desde la cama, como Yaimara termina de arreglarse, a la vez que le voy contando mi día, claro está, obviando algunas cosas como las razones que me llevaron al parque donde encontré a la muchacha.

—¿La vas a ayudar?— me pregunta curiosa.

—Siento que es un deber— respondo convencido de lo que haré.

Ella se levanta del taburete que se encuentra frente al espejo y camina hacia mí, la tomo de la cintura y la siento entre mis piernas, me mira como esperando una explicación y comienzo a dársela.

—La mejor amiga de mi hermana, es como una hermana para nosotros, los tres nos criamos prácticamente juntos bajo la protección de mi hermana— lo digo sonriendo ante esos recuerdos.

—¿De tu hermana?, ¿a ti te crió tu hermana?— cuestiona y niego con la cabeza.

—No, mi hermana es diez meses menor que yo, pero tiene un carácter del demonio cuando se meten con alguien que ella quiere y vivía repartiendo golpes a quien se atrevía a molestarnos— ella se ríe y vuelvo a deleitarme con ese sonido.

—Y eso ¿qué tiene que ver con la mujer embarazada?— vuelve a preguntar y veo que no le he respondido su interrogante.

—Esa amiga fue quien nos trajo a Italia—hago una pausa para organizar mis ideas y hacerle el cuento corto —Beatrice, así se llama mi amiga, era hija de madre soltera, su mamá a los veinte años salió embarazada, era de una familia rica y le exigían abortar porque lo veían como una vergüenza, a ella le dieron a escoger entre su embarazo y su familia con todos los lujos que esto conllevaba, pero ella escogió darle la vida a su hija.

Vagó por las calles, sin techo ni comida, hasta que una señora italiana que vivía cerca de mi casa la encontró y le dió abrigo, esa mujer no solamente era hermosa, tenía el corazón tan grande que a pesar de que padecía en silencio una enfermedad y que con el embarazo también corría peligro su vida, siguió adelante y sin importar que su salud no era la mejor, limpió pisos, lavó trastes —le empiezo a enumerar con los dedos emocionado al recordar a Alma —pero no se rindió, logró sacar adelante a Bea hasta darle un título universitario, solamente con la ayuda de Stella.

YAIMARA

Ver cómo a Mariano se le iluman los ojos hablando de esa mujer me conmueve y me hace saber que fue una persona muy especial, se ve amor y admiración en esa mirada y entiendo que quiera ayudar a esa muchacha como una manera de devolver el gesto de la abuelita italiana con la mamá de su amiga.

—¿Y nunca supo del desgraciado que la dejó embarazada?— le pregunto sin medir la rabia que me dan los hombres irresponsables.

—Lo peor es que él no la abandonó, pero la historia es larga y tengo el presentimiento de que poco a poco la conocerás completa, por lo pronto te diré que Virgilio y Alma tienen la historia de amor más triste que pueda existir, ella no lo volvió a ver y murió amándolo, él supo que era padre cuando ya ella había muerto y aún la ama.

Me quedo en silencio consternada con los sentimientos tan bonitos que tiene este hombre, lo único que hago en respuesta es abrazarlo y así, en silencio, permanecimos largo rato...

En el Hospital Fatebenefratelli Los gritos de Fiorella se escuchan por todo el piso, ver a Liborio desvanecido hizo colapsar sus nervios, lo peor es que no sabe de su historial médico, por lo que sólo pudo suministrar los datos que conocía hasta el momento de su separación, su ex-esposo ha mantenido en secreto su padecimiento.

La mujer se abraza a sí misma para confortarse, su hija tardará en despertar y el hombre que ha amado por los últimos veintidós años y tratado de olvidar los últimos cinco, se encuentra inconsciente.

Liborio aún sin reaccionar es trasladado a la unidad de imagenología y Fiorella les suplicó que hicieran todo lo posible por saber lo que le ocurre, al cabo de una hora, la mujer se pasea de un lado a otro frente a la habitación de su hija, quiere estar pendiente del médico cuando termine de evaluarlo.

No tiene a quien llamar, pues es hija única de padres fallecidos y después de los problemas con Liborio se retiró de todas las amistades que creía que tenía, las cuales resultaron falsas.

MARIANO

Quedé en esperar con Yaimara, hasta que Nurzia la pase buscando, son las nueve de la noche y todavía no llega, pero está arreglada muy hermosa para que sea en vano.

—Voy a mi apartamento un momento, si te buscan me envías un mensaje por favor— le digo y cuando obtengo su respuesta afirmativa, salgo de allí.

Resolví llamar al restaurante de un amigo y pedir un servicio al estilo Gueridón* en mi apartamento lo más pronto que pueda, dada la cercanía acordó que aproximadamente en una hora y media, estará todo listo.

Me baño rápidamente y me pongo ropa acorde con lo que ella viste, bajo a dejarle las llaves al custodio de guardia y explicarle lo que debe hacer.

Miro en mi reloj cómo avanzan los minutos y me doy cuenta de que Liborio Nurzia dejó a mi morena plantada.

YAIMARA

Abro la puerta y quedó impresionada de lo que veo, si ya este hombre era un Mangón, no sé ahora que será. Tal vez tenga una cita y solamente está esperando que lleguen a buscarme para salir, seguro que se irá a ver con alguien, está muy elegante y con ese perfume tan rico que usa.

Cambio el rumbo de mis pensamientos porque eso me molesta y no tengo derecho, él y yo no somos nada más que dos personas que se dejan llevar por la pasión, además si él tomó bien mi salida con Liborio, aunque es de trabajo, debe pensar que lo de nosotros es cosa de un rato y ya.

Toma mi mano y me conduce hasta el sofá, me comienza a contar de cuando llegó a Sicilia, las personas cercanas a él y que está en Roma por trabajo, pero que pretende trasladarse nuevamente allá.

Mi corazón se vuelve un puñito cuando dice eso, porque significa que no lo veré más, me quedo en silencio y parece adivinar mis pensamientos, entonces me atrae a su cuerpo y me besa, estamos en la mejor parte y su móvil suena, inconscientemente me separo bruscamente de él, pero se levanta tomándome de la mano, mientras dice al teléfono que vamos para allá.

LIBORIO

Recobro la conciencia con la visión un poco borrosa, intento levantarme, pero mis movimientos son torpes, una enfermera me pide que no me sobresalté que mi hija está bien y no fue abusada.

En ese momento me sentí el hombre más ruín del mundo, yo planeaba manipular a Yaimara para que estuviera conmigo y mi hija tal vez fue obligada a hacer cosas en contra de su voluntad.

Cierro los ojos y los aprieto decepcionado de mí mismo, ¡yo no soy ese hombre en el que pretendía convertirme!.

La puerta es abierta abruptamente, Fiorella corre hacia mí lanzándose en mi pecho llorando y repitiendo con insistencia que nunca más le oculte nada, mis brazos se cierran alrededor de su cuerpo y confirmo que ese es el abrazo que siempre he buscado, pero ¿cómo puede también gustarme otra mujer tan distinta?.

—Non ti lascerò, anche se mi butti fuori, sarò con te, e quel tumore lo sradicheremo (No te voy a dejar, aunque me eches, voy a estar contigo y ese tumor lo vamos a erradicar)— me dice levantando su rostro de mi pecho para mirarme fijamente y es donde me doy cuenta de todo, trasladé mis sentimientos por Fío a Yaimara, por el gran parecido físico entre ellas.

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(*). Servicio Gueridón o Ruso: Es un tipo de servicios usados en restaurantes consiste básicamente en llevar un carrito a la mesa del comensal con la pieza preparada desde cocina y perfectamente decorada de manera vistosa para el cliente.