Rodrigo un militar condecorado se ha enamorado de Regina la hermana menor de su mejor amigo. Ella le corresponde, en secreto ambos están enamorados.
Luciano el hermano de Regina se opone a la relación, al menos eso es lo que expresa. Si le sumamos a esto que la mejor amiga de Regina conspira contra la chica, Luciano es el heredero de uno de los grupos mafiosos más importantes del mundo, el matrimonio de los padres de Rodrigo se viene abajo y un grupo criminal está decidido a evitar que el grupo Blanco (fachada legal de la familia mafiosa de Luciano) mantenga las actividades criminales bajo control este romance podría fracasar antes de siquiera comenzar.
Te invito a leer que le pasa a esta hermosa pareja. Esta es una historia que viene de AMOR DE MADRE.
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20. Viviremos solos
Mientras tanto en la casa de Luciano una discusión acalorada se llevaba a cabo ya que Augusto no soportaba tener a Mateo tan cerca y menos que fuera parte de la familia Iturbide, a diferencia de su esposa él si conocía que se trataba de un mafioso, líder del grupo Blanco, pero Mateo Terranova era su identidad clandestina, sentía que cada vez le gustaba menos lo que estaba viviendo, primero la acusación, ahora su hijo se había casado con una mujer que a sus ojos sólo le causaba problemas a su vástago, si no detenía a tiempo esta locura pronto se uniría a ella. Por su parte Mateo Terranova, conocido en el mundo de los negocios como Mateo Blanco acompañado de su esposa Sandra o mejor dicho Andrea se mantenían al margen como si en realidad no hablaran de ellos, en un momento el Almirante se levantó desafiando a Sebastián que sin dejarse amedrentar también hizo lo propio, por supuesto Oliva pocas veces podía apreciar a su esposo tan enardecido, defendía a la “madre” de su hijo y a su esposo, por no decir que no cejaba ante los insultos que el padre del militar deseaba darle a su pequeña hija.
Neto y el resto se habían mantenido casi al margen también, ya que las cosas se estaban calentando tanto y Luciano estaba a punto de estallar, Mateo se levantó, ágilmente se colocó entre los dos hombres de su edad aproximadamente, no permitiría que su hijo se pusiera en malos términos con su creciente familia, su pequeña había sido enviada lejos con su nieta y por lo tanto podía actuar, sin que ambos hombres lo vieran venir les sacó el aire a ambos con un par de golpes rápidos y contundentes, ambos cayeron sobre sus asientos respectivos tratando de aspirar el aire para sobrevivir. Por su parte Perla no supo cómo reaccionar y Oliva miró atónita al hombre que ya casi sexagenario era tan rápido y casi mortal, que se enfrentó en cinco segundos a dos militares sin dejarlos respirar
- Bien ya que se callaron, ahora pónganme atención – dijo señalándolos a ambos – ustedes aquí no deciden, lo hicieron sus hijos y por lo que entiendo tratando de protegerlos, en mi familia eso es lo que hacemos y pues si la riegan, limpiamos por ellos – sus palabras burdas daban en el blanco como clavos en un ataúd de ambos padres – entiendo que no soy lo más adecuado para ser de su familia – señaló a Augusto – pero ni yo ni mi familia le hemos hecho daño, si me he metido en más porquería de la que usted jamás escuchó, pero he salido de eso y ahora Mirra es un mejor lugar, porque bajo mi mando nadie se sale de la línea y conocen cómo les va si lo hacen – señaló a Luciano – mi hijo, seguirá mis pasos actuales porque lo sepa o no este chico le ha salvado a usted dos veces mi señor almirante, - la burla se escapaba con cada palabra - por solicitud de su vástago, con mis conexiones y mis recursos – recalcó el MIS ambas veces Luciano desvió la mirada y Rodrigo también, Augusto los miró de reojo – el océano hace tres años y el desierto hace uno– dijo contundentemente Mateo, Augusto se incomodó, creyó que el gobierno le había apoyado, su hijo de hecho llegó en la última locación mencionada – mi mujer y yo debemos descansar pues estamos cansados y francamente escuchar cómo se pelean no vale la pena, vamos amor, nos avisan a qué hora es la cena y espero que para entonces hayan arreglado este desorden porque si no les juro que les enseñaré cómo se arregla en las calles – tomó la mano de su esposa y ambos salieron a su habitación
- Creo que Mateo ahora es más intolerante que antes – suspiró Oliva
- Y más fuerte – se tomó el abdomen Sebastián
- ¿Qué es lo que quiso decir con lo anterior? – preguntó Augusto negándose a tocar su abdomen como Sebastián, aunque le dolía como si una barra de hierro le golpeara su orgullo no lo permitía.
- La verdad señor, en ambas misiones estaban por declararlo desaparecido o muerto incluso les pidieron a los servicios de rescate que pararan, al final Rodrigo me contactó, Neto le había encontrado, pero no podía usar recursos propios o del gobierno – se encogió de hombros Luciano como si esto fuera pan comido – así que le pedí a Mateo que lo hiciera, no sé si sepa, sus chicos son los mejores
- ¿De verdad eres su heredero? – preguntó de nuevo mientras un escalofrío lo recorría porque sabía que Luciano era una mente maestra y estar a cargo de un grupo criminal sería peligroso como nunca antes, Luciano se sonrojó un poco sabía de su conexión, pero no hasta este grado, era una información secreta
- No es que yo lo desee ni mucho menos, sólo se dio – encogiéndose de hombros, Perla miró al chico con asombro, estaba ante un futuro jefe mafioso, ¿le admiraba?, estaba segura que Luciano no parecía verlo como gran cosa, además Sebastián lucía resignado, como si no pudiera hacer nada, una familia que siempre había sido limpia y casi perfecta, eran descendientes de la nobleza de Trana, el abuelo aún tenía su título de duque y se rumoreaba que Luciano lo heredaría, el joven ni siquiera lucía abrumado, o presumía orgullosamente, se admiró de su temple.
- ¿Y ella? – señaló a su hermana, Rodrigo se colocó tapando su mirada, protegiéndola de su padre
- Ella es sólo mi hermana, jamás ha estado o estará involucrada, después de todo mamá no la crió a ella, sólo a mí – replicó Luciano, esto dejó a los no involucrados perplejos
- ¿Tú lo sabías? – le preguntó a su hijo, este asintió sin apartar la mirada de su padre, el hombre cerró los ojos con dolor ¿cómo no se dio cuenta? Su esposa no sabía cómo reaccionar, después de todo criada o no por ellos estaba asociada a una célula criminal, Regina quería explicar que si se lo pedían ella renunciaría a Rodrigo ahora se daba cuenta de lo ingenua que había sido estaba a punto hablar cuando Rodrigo se levantó tomándola de la mano, era como si adivinara lo que quería decir
- Regina y yo estamos casados, siempre he sabido quién es ella y no me importa, papá si tanto te molesta puedo deslindarme de ti y mamá, pero ahora mismo ella es mi esposa y es a quien debo proteger – la actitud de Rodrigo enorgulleció a Sebastián al fin y al cabo él también lo vió crecer, Neto afirmó con la cabeza en señal de aprobación y Luciano le miró con agradecimiento, mientras Regina aguantaba las lágrimas de felicidad y agradecimiento.
- Hijo – susurró su madre que no sabía si sentirse orgullosa o dolida porque su hijo pudiera cambiarlos tan fácilmente, ¿qué tanto se alejó de su hijo? ¿Cuándo? Una desesperación la inundó, Rodrigo de verdad veía más como su madre a la antigua niñera de Luciano, cerró sus ojos con impotencia, el ver cómo la saludo le había impactado, jamás la abrazó como a ella, ni le dedicaba esas miradas de amor y respeto, había fallado en lo más importante, por ello no habló durante la discusión de su esposo, la impotencia y la realización había impactado en la mente de la mujer de negocios
- No tendrás mi apoyo si haces esto – dijo el padre
- No necesitamos de tu estúpido dinero y francamente madre tampoco del tuyo, Regina ya tiene un imperio de restaurantes de comida rápida y bueno… por mi parte tengo una fortuna de las misiones que cumplí, las mesadas que no gaste y la empresa que tengo con mis amigos y algunas inversiones que me dan buenas retribuciones así que en realidad no dependo de ustedes, mamá Sandra, Andrea, como sea, - esto siempre le confundía - nos enseñó el valor de ahorrar e invertir así que si bien no puedo darle las mansiones a las que está acostumbrada, ni los yates o aviones; tampoco vivirá una vida de pobre
- De hecho, si le puedes comprar al menos dos mansiones y que gaste una buena cantidad cada mes al menos un millón – replicó Neto haciendo cálculos rápidamente, Luciano volteó los ojos nunca aprendería el punto de las cosas
- Se trata de mi hermana por supuesto jamás le dejaremos, ella decidió casarse con Rodrigo y la apoyaremos por el tiempo que así sea – interrumpió Luciano que deseaba ir con el par de imbéciles que causaron este desastre y que tenía en una bodega
- Mamá, papá ya que tanto les molesta mi bella esposa, les anuncio que viviremos por separado, no sin antes tomar una luna de miel – dijo mirando a Regina que tenía ganas de llorar, no sabía cómo sentirse, sabía que no era bien vista en la sociedad, pero ver la animadversión de su suegro le dolía, más porque Rodrigo le importaba, ella le amaba
- ¿a dónde iras con mi bebé? – preguntó Sebastián, Regina al ver cómo su padre la había defendido de su suegro por primera vez se sintió cercana a él; desde que lo vió a los cinco años y este ni una mirada le dedicó, ella supuso que la odiaba y que fingía quererla, por eso no intentaba acercarse, después de ser testigo de cómo se enfrentó a Augusto ella derribó la pared que construyó para su relación con él, sin poder contenerse exclamó angustiada
- ¡Papá! – el aludido apenas alcanzó a reaccionar y sostener el cuerpo de su hija temblando y llorando vulnerable, Rodrigo miró su palma vacía, sin embargo, sonrió junto a Luciano, ambos sabían que necesitaba de su padre, quien estaba profundamente conmovido, por fin su hija mostraba cercanía hacia él, sus esfuerzos no fueron en vano.
- Augusto Montesinos, no vuelvas a intentar insultar a mi hija porque te juro por lo más sagrado en mi vida que destrozaré no sólo tu carrera sino además tu vida – juró Sebastián al ver a su hija en tal estado, él jamás se había atrevido a hacer nada para lastimarla, ¿cómo podría soportar verla de este modo?, ella negó secando sus lágrimas en la camisa de su padre, miró a Rodrigo que le extendió la mano esperando que ella la tomara y así lo hizo temblando, el chico le secó las lágrimas dulcemente, conteniendo el beso que deseaba darle en cada párpado, el: te amo que deseaba gritarle a todos, en vez de eso sólo la abrazó de forma protectora, necesitaba sacarla de ahí en ese instante.
- Haz las maletas – le pidió dulcemente, - iremos de luna de miel – susurró para que sólo ella escuchara, luego miró a su padre fríamente cuando ella se marchó – no me importó lo que me dijeras mientras crecía, pero jamás te permitiré que insultes a mi esposa, padre si tanto te ofendemos no volveremos a aparecer frente a ti
El resto de la familia estaba callada, sólo Perla sollozaba tratando de descifrar lo que estaba ocurriendo, ella como madre tenía un solo pensamiento, no perdería a su hijo por nada del mundo, ni por su marido ni por juzgar a su nuera, si estaba dispuesta a que su hijo adoptara de ser gay, menos le importaría de dónde proviniera la chica, miró a su esposo con desdén cuando Rodrigo tomó la mano de su esposa y desapareció en el umbral cabizbajo.
La pareja Montesinos salió cada uno por su parte entrando al auto silenciosamente, Augusto tenía mucho que procesar, entonces cuando llevaban la mitad del camino su mujer le soltó sin filtro ni emociones.
- Augusto separémonos – el hombre apretó el freno y ambos se lastimarían de no llevar el cinturón de seguridad
- ¿Qué has dicho? – el hombre la miró perplejo, ella cerró los ojos
- Viviremos separados, en cuartos separados – replicó ella
- ¿Por qué? – preguntó el militar confundido
El silencio reinó, la empresaria deseaba gritarle todo lo que había hecho mal, sin embargo, optó por quedarse callada y mirar al horizonte ya no deseaba gastar sus energías en conversaciones vacías con un hombre tan obtuso. El hombre pensó que sólo era una de las rabietas de su mujer hasta que ella le echó esa misma noche de su habitación matrimonial, evitando que la tocara y sacando sus pertenencias del cuarto.
En todos sus años de matrimonio jamás durmieron separados, nunca tuvieron una pelea, no eran un matrimonio por amor, suspiró Perla, así era mejor pensó para sí misma, quizá ambos podrían iniciar sus vidas, aún no era tarde, las lágrimas resbalaron por sus mejillas silenciosas entre los caóticos pensamientos, mientras en otra habitación un león enjaulado deseaba matar a su hijo, Sebastián y Luciano que hicieron que su esposa le echara del cuarto, de paso si mataba a Mateo haría un servicio público, no durmió en toda la noche, ¿qué le pasaba?. Dormía solo en las barracas sin compañía, nunca extrañó a su esposa como ahora, esperaba discutir la situación temprano por la mañana, lo echaron del ejército, no lo harían de su habitación, por el momento no le habían pedido el divorcio así que pensaba que no era tan grave.
La familia de Luciano, sin Regina, cenó sin problemas hablando y riendo como siempre, tratando de alejar el pensamiento de lo que había sucedido. Esperando que su amigo y hermana se calmaran al día siguiente les buscarían tanto Andrea como Luciano sabían que Rodrigo jamás se propasaría con Regina y todos habían adivinado los verdaderos sentimientos de la pareja.