Extraños

Nit

Pasaron días, días en los cuales no pare de recibir mensajes ni llamadas de Alessandro, las ignore todas, aunque se me hiciera una batalla difícil de ganar, creo que lo logre, desde ayer no recibí mas mensajes, ni llamadas, creo que esperaba que él dejara de insistir, esta claro que yo podría doblegar, quería ser mas fuerte de lo que sé que soy, mas fuerte de lo que me ve mi hermana y Claudio. Esa estúpida maña de querer que sepan que soy fuerte o que puedo sola, solo para demostrarle lo que soy capaz, vaya si que es una estúpida maña. No tengo que demostrar nada y aun así eso hago.

Me dirijo al trabajo con pocas ganas de soportar a borrachos, pero al menos me distraerá de todo, incluyendo el trabajo que no para de estresarme cada vez más, aunque esta semana me dedique a eso y lo adelanté bastante, mi profesora me había escrito que le podía pasar el avance por correo y así evitarme el ir hasta la academia lo que aproveche al máximo ya que ir hasta allá quita algo de tiempo. Por ahora el trabajo va bien, aunque quiero hacerlo perfecto.

Estamos en invierno, es sábado y es bello el día, más el hermoso atardecer le da un plus, el clima ayuda mucho a que muchos jóvenes vengan a las discotecas, porque el frío que hace afuera, lo compensa el calor que da adentro junto con cientos de jóvenes.

-Hola Martín, ¿Qué tal?, ¿Otra vez molesto por el cierre total? - señaló a nuestro encargado, se acerca y me da un beso en el cachete que yo correspondo.

-No, esta vez anda molesto por la novia, o eso creo- sabe sus hombros y sigue limpiando.

-Cada semana es un problema nuevo- me acerque a mi puesto.

-Necesita es amor, para que no le dan como es- susurra, pero logro escuchar, me reí por su comentario e hizo lo mismo.

La noche llego y como lo supuse lleno de gente, demasiada para mi gusto, pero ayuda a distraerme, tragos, tragos y mas tragos, hasta me tome un par de mojitos que me hizo David, la noche termino y la madrugada llego, ahora si la gente ya se fue yendo, para mi buena suerte la noche paso rápido.

Saliendo del trabajo veo un carro, carro que recuerdo bien y es de Alessandro, algo dentro de mí me hace reaccionar y cuando me dispongo a hacerme la que no lo vi, sale del carro con un ramo de rosas blancas, al estar cerca de mí me habla.

-Nit, lo siento- sus primeras palabras fueron un lo siento y mi respuesta es un absoluto silencio, pero si pudiera acercarse a mi podría escuchar los latidos de mi corazón.

-Te busqué en la academia, pero el vigilante me dijo que no han ido más y también te estuve esperando frente a tu edificio, pero al preguntar me dijeron que no te conocían, supuse que por seguridad no me quisieron decir- escuchar que supuso eso me tranquilizo.

-No debiste, igual no hay nada que disculpar, solo somos extraños- dije y seguí mi camino. Me sostuvo por el brazo y me obligo a mirarlo.

-Eres una extraña que deseo conocer más, me gustas y de verdad quiero que me des una oportunidad. Esta vez no te arrepentirás- calme mis latidos, pero el se empeña en que no pueda controlarlo. Mire las rosas, una de mis favoritas debo decir. Las rosas blancas significan perdón, ¿Sabrá que significan? ¿o es solo una coincidencia?

-¿Sabes qué significa el color?- señalé a las rosas y me solté de su agarre. Me lanzó una mirada tierna y una sonrisa se dibujó en él.

-Lo sé, vine con la artillería pesada, en el carro hay un peluche, chocolates, globos, mas rosas y pare de contar- no pude evitar reír.

-¿Me perdonas?- hizo puchero, lo mire unos segundos, dándole más emoción a este momento. Luego de unos segundos.

Asentí

Pego un brinco y me abrazo, le correspondí, sentí de nuevo ese aroma que tenia en mi mente por mucho tiempo.

Subimos al carro, él me llevaría a ¨ mi casa ¨ aun quedara como en secreto a donde viva. Me impresione al ver que lo que el decía de los chocolates, el peluche y las demás rosas era cierto, el carro esta lleno de cosas y debo decir que todas son hermosas.

En el camino hablamos de algunas cosas, pero nada fue de Fiorella ni de su novio, aunque me pregunto un par de cosas sobre Roberts, note un poco de celos y apropósito desvié algunas de sus preguntas, ya que yo no disfrute de la fiesta por su culpa, ahora era mi turno de vengarme y que mejor que pensara que Roberts me pretendía, aunque de eso no estoy segura.

Me dejo en el edificio que cree que vivo y aunque me costo un poco que se fuera y me dejara en la entrada, lo logre, cuando se fue dejándome con todos los regalos que tenía para mí, emprendí camino hasta mi verdadero edificio que por suerte no es tan lejos aunque se me hizo un poco de pesado el camino con todas las cosas que tenía.

Dejé las cosas en la sala y me fui a dar una ducha, mi día fue bastante agitado y caí rendida en un sueño profundo.

Desperté, pero esta vez fue por mi hermana que me mueve mientras duermo.

-Por amor de lucifer déjame dormir- frase que nos da mucha risa desde que vimos Vacaciones en familia.

-Muy chistosa- se mofa- ¿Quién te regalo semejantes regalos? -  se sienta al borde de la cama.

-Alessandro- dije estrujandome los ojos, frunció el ceño- fue a buscarme en la salida del trabajo pidiéndome disculpas- la miré, esperaba una desaprobación, pero no fue así.

-Bueno, no es que me guste lo que hizo, pero debo admitir que es bonita la manera de disculparse. Viendo que los regalos están aquí… ¿es que lo perdonaste? - preguntó con bastante curiosidad.

Asentí

-Esta bien, sé que sabrás manejar esta situación, pero si otra cosa como la de la fiesta sucede, se las verá conmigo, y créeme Nit, lo pagará muy caro, hare que le caiga como mínimo diez año de cárcel.

Ok, no digo que no sea enserio lo de mandarlo a la cárcel, pero no duden que puedo hacerlo, aunque es algo que no pasara ya que mi hermana es mas buena que el pan aunque intente demostrar lo contrario.

-Sí, verdugo- tome su mano para que se tranquilice.

Me levanté para hacerme y preparar el desayuno. Ya en la cocina veo a Val muy concentrada en unos papeles.

- ¿Ese es el caso que te tiene loca? - mientras le servía el desayuno, ella lee algo muy concentrada.

-Si, ando preocupada- dice mientras deja los papeles aun lado y se dispone a comer el desayuno que le había puesto en la mesa. – Mi cliente esta entre las cuerdas si no encontramos algo que pueda probar su inocencia- escucharla decir eso, es realmente preocupante, mi hermana suele siempre tener un as bajo la manga y esta vez no es así.

-¿Puede ir preso?- en algunos casos, suele ser dinero por eso mi pregunta.

-Y por muchos años, es un caso de violación- fruncí mi ceño. – Es inocente, ella lo esta inculpando, pero no puedo demostrar que no estuvo con ella ese día- me senté a desayunar con ella.

-¿Cómo estás tan segura de ello?, es un caso de violación, los hombres suelen ser culpables- subí mis hombros.

-El estuvo en el bar de los hermanos Evans, el día de la supuesta violación- sentí su frustración – ella esta obsesionada con él, lo puedo notar y él no le correspondió, por tal ella lo acusa de tal patraña.

-Y las cámaras de seguridad, ¿pudieron revisarlas? – ella asintió desganada.

-Es lo primero que hice, todas las cámaras, pero son tan viejas e inútiles, los videos se ven sumamente borrosos y para ese día había cientos de jóvenes unos pegados a otros, imposible mostrar que era él- leyó otra hoja sin ánimos.

-¿La cámara del edificio de al lado?- ella dobló ligeramente la cabeza y me miró extrañada. -Si, el edificio de al lado, es uno viejo y las cámaras del primer piso son espantosas, pero en el segundo piso hay un balcón y se ve una cámara de seguridad que tienen, podrías ir hablar con el dueño y puedes revisarlo.

Recordé lo de la cámara ya que hace años solía ir muy regular a ese bar.

-¿Cómo carajos sabes sobre esa cámara?- la mire asombrada por su palabrota.

-Iba muy seguido a ese bar, conozco la zona como la palma de mi mano, además ahí vivía un amigo y solía quedarme con él cuando se me hacia tarde para regresar- tome un sorbo de mi café.

-¿Sabes que te adoro?- se levanto y me dio un beso en la cabeza.

-Lo sé- me abalance para darle un abrazo –Corre mira que es una buena opción, más no es seguro – la empuje hasta su habitación para que se arreglara y eso hizo.

Recordé las veces que fui a ese bar, como disfruté de la buena música que ponían y de la bella vista que tenía. ¿Seguirá siendo el mejor bar de esa zona?

Espero que sí.