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La Brigada Del Páramo

La Brigada Del Páramo

Status: En proceso
Genre:Mafia / Aventura Urbana / Amor-odio / Fantasía épica / Mundo mágico / Polos opuestos enfrentados
Popularitas:1.7k
Nilai: 5
nombre de autor: Bryan x khop

La banda del sur, un grupo criminal que somete a los habitantes de una región abandonada por el estado, hace de las suyas creyéndose los amos de este mundo.
sin embargo, ¡aparecieron un grupo de militares intentando liberar estas tierras! Desafiando la autoridad de la banda del sur comenzando una dualidad.
Máximo un chico común y normal, queda atrapado en medio de estas dos organizaciones, cayendo victima de la guerra por el control territorial. el deberá escoger con cuidado cada decisión que tome.

¿como Maximo resolverá su situación, podrá sobrevivir?

en este mundo, quien tome el poder controlara las vidas de los demás. Máximo es uno entre cien de los que intenta mejorar su vida, se vale usar todo tipo de estrategias para tener poder en este mundo.

NovelToon tiene autorización de Bryan x khop para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

parte 6. la tentación

La oscuridad se asentó completamente sobre el campamento, y el único sonido que llenaba el aire era el susurro del viento y los disparos esporádicos de la banda del sur. Los novatos, aunque más calmados tras las palabras de Alexander, mantenían sus posiciones con cautela, sus manos aferradas a las armas como si estas fueran la única barrera entre ellos y el peligro. 

Alexander, apoyado contra un árbol, observaba el horizonte con una tranquilidad que contrastaba con la tensión que sentían los demás. Su mente trabajaba rápido, evaluando cada posibilidad, cada movimiento que el enemigo podría hacer. Aunque su expresión era relajada, sus ojos seguían cada ráfaga de balas como si buscara pistas en el aire. 

Cerca de él, uno de los novatos, un chico robusto llamado Mateo, no pudo contener su curiosidad y preguntó en voz baja: 

—Señor, ¿cree que intenten avanzar? 

Alexander giró la cabeza hacia él, su mirada serena pero penetrante. 

—Es probable —respondió—. La banda del sur no dispara para avisar que se van a casa. Quieren ver cómo reaccionamos, medir nuestra fuerza. Si creen que estamos débiles, avanzarán. 

Mateo asintió, pero su respiración seguía agitada. Alexander lo notó y, con una palmada en el hombro, le dijo: 

—No pienses en lo que podrían hacer. Piensa en lo que haremos nosotros. Si llegan, estaremos listos. Confía en eso. 

Esa simple frase pareció darle algo de seguridad al joven, que ajustó su postura y fijó la vista en el horizonte. 

Mientras tanto, desde su posición en la cima de una pequeña elevación, dos figuras observaban el campamento con binoculares nocturnos. Uno de ellos, un hombre delgado con un pañuelo rojo en el cuello, bajó los binoculares y escupió al suelo. 

—Están demasiado tranquilos para mi gusto —gruñó—. Alexander sabe lo que hace. 

Su compañero, un hombre más corpulento con una cicatriz que cruzaba su mejilla, respondió con una risa seca: 

—Tranquilos o no, no van a durar mucho si les ponemos presión. Vamos a hacerlos salir. 

De vuelta en el campamento, Alexander captó un movimiento en la distancia. Sus ojos se entrecerraron, estudiando la silueta que se deslizaba entre los árboles. Con calma, hizo una seña a los novatos más cercanos. 

—Quédense quietos. No se muevan hasta que lo diga. 

El tiempo parecía detenerse. Cada segundo se alargaba mientras las sombras se movían, acercándose lentamente. Una voz susurró cerca de Alexander: 

—¿Es el enemigo? 

—Podría ser —respondió él, con el mismo tono bajo—. Y si lo es, están a punto de aprender que no somos tan fáciles de intimidar. 

De repente, un destello en la distancia anunció un disparo. Una bala impactó cerca de la posición de uno de los novatos, levantando una pequeña nube de polvo. La tensión explotó en un instante. 

Alexander dio la orden con calma, pero con una firmeza que cortaba el aire. 

—¡A sus posiciones! ¡No disparen todavía! 

Los novatos obedecieron rápidamente, tomando cobertura detrás de las rocas y los árboles. El enemigo se acercaba más, y Alexander sabía que el momento de responder estaba cada vez más cerca. 

El cilindro bomba, ignorado por todos hasta entonces, brillaba bajo la luz tenue de la luna, como un recordatorio silencioso de su presencia y su potencial devastador. 

Las primeras ráfagas de disparos cruzaron el campamento, rebotando contra las rocas y haciendo eco en la noche. Los novatos se encogieron detrás de sus coberturas, con las manos temblorosas aferradas a sus fusiles. Alexander, en cambio, permaneció sereno, sus ojos fijos en el horizonte, como si estuviera esperando algo. 

—¡No disparen todavía! —ordenó con una voz clara, que se elevó por encima del caos. 

Las sombras del enemigo se movían entre los árboles, rápidas y furtivas, intentando acercarse al campamento sin exponerse demasiado. Desde su posición, Alexander podía ver los destellos de las bocas de los cañones, intermitentes y erráticos, como si los disparos fueran más para intimidar que para atacar. 

Finalmente, una bala impactó en una roca cerca de su posición, salpicando fragmentos que golpearon su rostro. Alexander no se inmutó. En cambio, levantó el puño, señalando a sus hombres que estuvieran listos. 

—Ahora sí —murmuró, y con un gesto rápido dio la señal—. ¡Fuego controlado! 

Las primeras respuestas de los novatos fueron torpes, disparos aislados que impactaban en el vacío, pero rápidamente Alexander los guió. 

—¡Corto y preciso! ¡Apunten antes de disparar! 

La diferencia se hizo evidente de inmediato. Las balas comenzaron a encontrar sus objetivos, forzando a las figuras enemigas a retroceder y buscar coberturas. Los disparos del enemigo, que al principio eran constantes, comenzaron a espaciarse. 

En una colina cercana, el hombre del pañuelo rojo observaba la escena con una mezcla de frustración y asombro. 

—Nos están respondiendo demasiado bien para ser novatos —gruñó, bajando los binoculares. 

Su compañero, el hombre de la cicatriz, lo miró con desdén. 

—Es Alexander. Sabíamos que no iba a ser fácil. 

—Fácil no significa imposible —respondió el del pañuelo, aunque su tono traicionaba sus dudas. 

Un disparo especialmente certero desde el campamento golpeó un árbol justo al lado de uno de los hombres de la banda, quien soltó un grito y cayó al suelo, aferrándose a su brazo ensangrentado. La moral de los atacantes comenzó a tambalearse. 

En el campamento, Alexander notó el cambio. Las sombras del enemigo eran menos audaces, más cautelosas. Entonces, con su habitual calma, alzó la voz para que sus hombres lo escucharan: 

—¡Mantengan la presión! Están retrocediendo. 

Los novatos, animados por sus palabras, ajustaron su puntería y comenzaron a disparar con más confianza. Cada bala que salía de sus fusiles era un recordatorio de que no estaban dispuestos a ceder ni un centímetro. 

Finalmente, el del pañuelo rojo maldijo entre dientes y golpeó el suelo con frustración. 

—¡Nos vamos! —gritó a sus hombres—. ¡Retirada! 

El enemigo comenzó a desaparecer entre los árboles, cubriéndose unos a otros mientras se alejaban. Desde su posición, Alexander los observó retirarse sin mover un músculo. Solo cuando el último disparo se desvaneció en el aire, bajó su arma y se permitió un respiro. 

—¿Están todos bien? —preguntó, recorriendo el campamento con la mirada. 

Los novatos comenzaron a salir de sus posiciones, algunos todavía temblando, pero todos ilesos. Uno de ellos, Mateo, se acercó a Alexander con una sonrisa nerviosa. 

—¿Los hicimos retroceder? —preguntó, casi incrédulo. 

Alexander asintió, una leve sonrisa curvando sus labios. 

—Sí, pero no por suerte. Aprendan de esto: no siempre el que dispara más es el que gana. 

Los novatos intercambiaron miradas, procesando las palabras de su líder mientras la tensión de la batalla se disipaba. El campamento, aunque intacto, seguía bajo la sombra del peligro. El cilindro bomba permanecía inmóvil en el centro, un recordatorio silencioso de que la verdadera lucha aún podía estar por venir. 

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Phone Oppo
Me enganchó, más capítulos bendiciones
Bryan x Koph: puedes seguirnos para no perderte ni un capítulo/Ok/
total 1 replies
Hebe
💕¡Estoy enamorada de tu historia! Los giros inesperados me mantuvieron intrigada hasta el final.
Madie 66
Me gustó, los personajes son fascinantes
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