Roxanne Salvatore cayó en una trampa y termino perdiendolo todo, lo único que le quedaba eran sus amados hijos a quien intenta proteger de su padre, Valentino Russo, el causante de toda su desgracia.
¿Será capaz Roxanne proteger a sus hijos de la maldad del mundo? ¿Podrá evitar los encuentros con su ex esposo Valentino? ¿Será capaz el amor revivir después de tantas mentiras?
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Sentimientos
En su camino hacia su mesa Valentino pudo vislumbrar entre la multitud un resplandor naranja que llamó su atención entonces fue cuando se cruzó con aquellos ojos verdes que conocía muy bien, con un brillo cristalino y su mirada clavada en él, vio de nuevo aquel rostro que jamás había podido olvidar, el rostro de Roxanne Salvatore, un fantasma de su pasado que lo atormentaba todavía en sus sueños.
Sintió cómo su mundo se detenía por completo, fue como si el tiempo se hubiera parado y perdiera el sentido de la realidad, su boca se abrió por la impresión de volver a verla, podía sentir como sus manos se entumecen y sus piernas se paralizaban, solo el jalón de brazos de Gina lo pudo sacar de ese estado entumecido de forma temporal, el resto de la fiesta se volvió borrosa para Valentino recuerda haber hablado con unos cuantas personas pero no recuerda de qué o con quien, su cabeza solo estaba pendiente de una cosa, Roxanne.
Se prometió a sí mismo seguir adelante una vez divorciado, pero realmente no pudo jamás sacarla de su cabeza o de su corazón, aunque sabía que era una mala mujer que lo engañó de forma cruel, no podía dejar de sentir cosas por ella o por la niña que criaron juntos, era muy peligroso que Roxanne estuviera cerca de él por eso tomó los medios necesarios para no volverla a ver, pero parece que no siempre se puede evitar a alguien.
La mayor parte de la fiesta la pasó en su mesa evitando levantarse para no cruzarla, pero como había prometido venir para conocer unos potenciales inversionistas tuvo que levantarse y socializar.
No pudo evitar encontrarla a lo lejos un par de veces, no pudo evitar quedarse mirándola, no pudo evitar sentirse mal al verla tan feliz con otra persona, Valentino quería irse pero aún no era momento de hacerlo por lo que fue volvió a su mesa y pidió una botella de vino para pasar el tiempo.
– ¿Con quién dejo a Felicia? – se preguntó a susurros mientras bebía el vino.
– ¡Valentino! ¡Amigo! ¿Cómo la estás pasando? – Llamó a su buen amigo Enrico.
–¡Enri! me encuentro bien, es una hermosa velada– dijo con una sonrisa falsa mientras se levantan de su silla y saludaba a su amigo con un apretón de manos.
– Nada mejor para mis invitados– decía con una gran sonrisa Enrico – Te quería presentar a alguien esta noche,¿ recuerdas que hablamos en mejorar la publicidad de la empresa? ¡Encontré a alguien muy bueno para el trabajo! ven te lo voy a presentar –
Valentino confiando en su amigo lo siguió sin preguntar, pasaron entre la multitud para llegar al otro lado de la pista de baile y sin darse cuenta otra vez ese resplandor naranja vislumbro pero esta vez enfrente de él.
– Valentino quiero presentarte a Francisco Moretti, él es quien hizo la publicidad de los autos deportivos–
–Si.. – El corazón de Valentino estaba agitado de tener enfrente a Roxanne, apretó los puños para contener su nerviosismo mientras sentía el sudor bajar por su espalda– Buenas noches, Valentino Russo – dijo estrechando la mano de Francisco.
– Un placer, soy el Francisco Moretti, dueño y fundador de Becar–
– Si, escuche sobre usted y su empresa, mi compañía está buscando un buen publicista para nuestro aeropuerto- Valentino no podía evitar mirar de reojo a Roxanne, quien estaba mirando a su pies para no hacer contacto visual con el.
-¡Oh! creo que soy la persona indicada- río entre palabras Francisco mientras ponía un mano en el hombro de Roxanne- Becar ha hecho publicidad de marcas muy famosas podremos con un aeropuerto.
Valentino al mirar tal acción quedó completamente disgustado, apretó los puños para contener su impotencia, aunque su rostro se veía sereno la vena en su cuello, oculta tras su camisa se estaba empezando a notar, estaba perdiendo el hilo de la conversación y no se daba cuenta porque su mente comenzó a perderse sólo porque otro hombre tocó a Roxanne, quien estaba fuera de la conversación con la mirada agachada, en una postura sumisa, casi indefensa. Ver la mano de Francisco acariciar su hombro lentamente, ella sin decirle nada y dejándose llevar, no pudo seguir mirando más tiempo, Valentino repentinamente cortó la conversación y se dio la vuelta despidiéndose.
– Enviaré a alguien hasta Beca para arreglar este asunto en privado, me retiro– dijo sin mirar atras.
Valentino no se retiraba sino que estaba huyendo de sus sentimientos, su pasado y sobre todo de Roxanne, porque aún era capaz de sentir cosas tan fuertes por ella que le hacían perder la cabeza. Se acercó un poco alterado hasta Gina y la apartó del grupo con quienes hablaba.
– Me voy.– le dijo sin más.
– ¿Qué? pero aún es temprano. –
–Ya estoy cansado, quiero irme.–
– Querido por favor quédate un rato más conmigo, la noche aún es joven podemos divertirnos mucho juntos – con ojos de deseo lo miro mientras tomaba su manos y la acariciaba suavemente intentando seducirlo.
– Estoy cansado, tú puedes quedarte si así lo deseas– se soltó del agarre de Gina y emprendió el camino hacia la salida.
Gina consternada fue detrás de él, tratando de convencerlo de que se quedara un poco más pero Valentino hizo oídos sordos a su petición continuando caminando como si no le estuvieran hablando.
En el fondo estaba molesta, porque en su cabeza esta era la noche para que todos vean lo bueno que es su matrimonio y especialmente ante Roxanne, porque para su desgracia son contadas con una mano las veces que han sido vistos en público como una pareja. A pesar de ser un hombre tan conocido e importante en la sociedad, Valentino, casi nunca sale a fiestas o va a reuniones, simplemente porque no quiere hacerlo, mayormente Gina es quien da la cara por los dos socialmente pero la avergüenza el hecho de tener que ir sola. Cuando Valentino le contó que aceptó la invitación para esta fiesta, Gina salto en un pie del entusiasmo porque irían como pareja y no ella sola como era de costumbre, estaba segura que esta noche sería inolvidable para ambos, lo fue, no la manera en que ella quería.
Valentino se despidió de su amigo Enrico y caminó hasta al ascensor con Gina tomada de su brazo, miró por última vez aquel resplandor naranja con el corazón dolido, hasta que las puertas del ascensor se cerraron.