chicas no me maten, pero necesito publicarla o se me va a ir la idea
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capítulo 19
Esa noche, Iván cumplió con la orden de su jefe y acompañó a Vivían hasta su residencia. Era uno de los hombres de mayor confianza de Andrei. Cuando Nikolai fue atacado, años atrás, lo envió con los Vitale para que los protegiera en su nombre. Con el tiempo, el hombre, de unos cuarenta años, se ganó la confianza de la familia. Por eso, cuando Vivían llegó a sus vidas, todos estuvieron de acuerdo en que él debía encargarse de su seguridad.
Al enterarse de esto, Andrei comenzó a pedirle a Iván que también le informara sobre las actividades de Vivían, buscando la manera más adecuada —y casual— de acercarse a ella.
Mientras ambos caminaban hacia la entrada, Iván, al notar lo nerviosa que estaba la joven, habló:
—Señorita, no se preocupe. El señor Ivanov es un buen hombre. No le hará daño.
—¿Lo conoces? Sé que es amigo de mi hermano, pero he escuchado varias cosas sobre él.
Iván sonrió y respondió:
—Debería conocerlo por usted misma.
Vivían no tuvo tiempo de contestar. De pronto, un grupo de hombres se les acercó, pero Iván, con el rostro serio, dijo:
—Es invitada del señor. Déjennos pasar.
Nadie objetó y ambos ingresaron en la gran sala. En uno de los sillones, Andrei revisaba su computadora, rodeado de papeles sobre la mesa frente a él. Al verla, miró por la ventana, notando que ya era de noche. Sonrió y dijo:
—El tiempo pasa volando. Señorita Vitale, tome asiento.
Vivían volteó y notó que Iván se había retirado. Poco después, el mayordomo se llevó los papeles. Andrei se puso de pie y, caminando hacia la barra cercana, preguntó:
—¿Quiere tomar algo?
—No. Solo vine porque quiero dejarle algunas cosas claras, y luego me iré.
Andrei sonrió, sin darle demasiada importancia a su actitud, se sirvió un trago y volvió a sentarse.
—Muy bien, la escucho.
Vivían lo miró con fastidio y, sin cambiar su postura firme, añadió:
—No voy a permitirle que se meta en mis asuntos. Lo de hoy no puede volver a suceder. Puede que sea el mejor amigo de mi hermano, pero eso no le da derecho a...
—Señorita Vitale, creo que me ha malinterpretado. No me meto en sus asuntos, solo velo por la seguridad de mi familia —dijo Andrei, y ante su mirada expectante, continuó—. Tal vez no lo sepa, pero su madre era la mejor amiga de la mía. Por eso, cuando nací, los Vitale se convirtieron en mis padrinos. Lógicamente, al haber crecido junto a Nikolai, somos más que amigos. Se podría decir que somos hermanos. Y, como parte de la familia Vitale, usted también está bajo mi protección.
Vivían frunció el ceño, confundida por lo que acababa de escuchar. Nada tenía lógica para ella, pero antes de poder preguntar, él siguió:
—Sé que le parece extraño, pero créame cuando le digo que solo busco el bienestar de mi segunda familia.
—Muy bien, lo entiendo. Pero eso no justifica su intromisión. Le pido que no me vuelva a amenazar con contarle a mi hermano sobre mi visita al hospital...
Al ver su rostro tenso y su voz quebrada, Andrei comprendió que estaba ocultando algo. Entonces, preguntó:
—¿Qué tan grave es?
Vivían abrió los ojos sorprendida.
—Te esfuerzas mucho en ocultarlo. Hoy no permitiste que te revisaran. La enfermera dijo que tú sabías lo que tenías y no querías una segunda opinión. Eso solo significa una cosa: algo malo ocurre, y no quieres que tu familia lo sepa.
Vivían comenzó a temblar. Su voz, nerviosa, se alzó:
—¿No escuchó lo que le dije? No tiene que meterse en mí...
—Es suficiente —interrumpió Andrei, su voz profunda y firme la hizo callar. Respiró hondo y, con más suavidad, añadió—. Lo siento. No quise gritarte.
Vivían bajó la mirada. Su pierna izquierda no dejaba de moverse, reflejo de su ansiedad. Finalmente, susurró:
—Tengo un tumor cerebral.
Un silencio abrumador cayó sobre la sala. Luego de unos segundos, añadió:
—Me dieron un año de vida... tal vez menos, sin tratamiento.
Andrei sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo. Disimulando su conmoción, preguntó:
—¿Y qué estás esperando? ¿A que venga la parca y te lleve? ¿En qué diablos estás pensando?
Vivían rompió en llanto. Andrei, intentando calmar su frustración, agregó:
—Buscaré al mejor médico, y empezaremos...
—No. No voy a operarme.
Andrei la miró, sorprendido y furioso a la vez. Vivían explicó:
—El tumor está en la zona del cerebro que controla el movimiento. Si me operan, es muy probable que no pueda volver a caminar, ni moverme, ni comer sola. Incluso podría perder la capacidad de hablar. ¿Qué sentido tiene vivir así? ¿Con qué derecho puedo arruinarle la vida a mis hermanos? Quiero que sigan viéndome como hasta ahora. No podría soportar que me miren con lástima.
Andrei no entendía cómo, en una situación así, ella solo pensaba en su familia.
—¿Y quién se preocupará por ti? —preguntó con voz grave. Vivían lo miró, con lágrimas en los ojos, mientras él añadía—. Dices que no quieres que sufran, pero ¿qué pasará cuando estés en tus últimos días? ¿Quién estará contigo? ¿Qué pasará con ellos cuando ya no estés? Te buscaron por años y, ahora que te tienen, ¿decides no luchar?
—¿No escuchaste lo que te dije? Si sobrevivo, podría quedar discapacitada de por vida...
—¿Y si no es así? ¿Qué pasará con tu familia cuando descubran que decidiste rendirte? ¿Qué preferiste morir antes que luchar a su lado? ¿Te das cuenta del daño que les vas a causar?
Vivían se quedó en silencio. Las lágrimas seguían corriendo por sus mejillas. Finalmente, susurró:
—Tengo miedo...
Andrei estaba alterado. No podía creer que algo así le estuviera ocurriendo a la mujer de la que llevaba más de un año enamorado. Se acercó y tomó su mano entre las suyas.
—No le diré nada a tu familia, puedes quedarte tranquila. Pero, a cambio, solo tengo una petición.
Vivían miró sus manos y luego alzó la vista, preguntando:
—¿Cuál?
—Buscaremos una segunda opinión y empezaremos tu tratamiento —dijo él, mirándola fijamente—. Te pido que no te rindas. Yo te ayudaré... pero no puedo dejar que te vayas aún.
Es el famoso libre albedrío, del que todos ante una disyuntiva echamos manos ✋ y optamos por algo en entredicho 👍🏻🙌
Y tampoco ha habido acción 🤷 de él hacia Camila, para que descubran la joyita que es 🤨😵🤯
Desháganse de él! Nunca la mereció