Mi nombre es Rosalie Montana, fui comprometida con el hombre que creí sería mi gran amor, pero todo ha sido un gran error, después de la muerte de mi padre todo mi mundo se vino a bajo hasta el punto de tener que desaparecer.
ahora tres años más tardes he regresado para reclamar lo que por derecho me pertenece y hacer sufrir al asesino de mi padre.
NovelToon tiene autorización de Liose Tess para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
CAPITULO 20
AXEL
Ella estaba sentada en la cama y su brazo estaba ensangrentado.
-¿cuando paso esto?
-no.... No lo se. Solo senti el ardor cuando ya estábamos cerca.
-esos malditos infelices, si me hubieses dicho en ese momento, te juro que me regreso a matarlos.
Me levanté y fui por un pequeño botiquín, que había en el baño, tome el alcohol, y un poco de algodón, para limpiarle la herida, no era muy profunda, así que no teníamos que ir a urgencias. Termine de desinfectar la herida y le coloque una pequeña venda para evitar que siguiera sangrando.
-gracias Axel.- dijo con pena
-no pasa nada- le dije sujetándola de la barbilla.
-esto há Sido por mi culpa, si no hubiera ido vestida así.
-te ves hermosa Rousse, no importa lo que te pongas, siempre te verás igual de hermosa que hoy. - le limpié una lágrima que se le había escapado.
Ella tomó el frasco de alcohol de mi mano y el algodón.
-es mi turno de curarte.- dijo mientras comenzaba a limpiar mi ceja. El ardor era insoportable, pero me quedé lo más quieto que pude, para facilitarle el trabajo, luego bajo a mi labio partido, el sabor de la sangre inundaba todo mi paladar.
Sus pequeñas manos hacían, muy bien su trabajo, quería tocarla, besarla, una parte de mí gritaba que lo hiciera y otra me decía que no.
Pero fue ella, quien de pronto se detuvo, y se acercó para darme un beso. Le respondí inmediatamente, sus labios y los míos se acoplaron y comenzaron una danza, su boca aún sabía al vino de la cena, mientras que la mía, tenía un suave sabor a hierro. me incline más hacia ella hasta que su espalda tocó la cama, sus manos comenzaron a subir por mi abdomen haciendo que me tensara.
-estás segura?- le pregunto, después de todo sabía que para ella sería su primera vez.
Ella asintió con su cabeza.
-si tiene que pasar, deseo que sea contigo.- respondió sellando mi boca con la suya.
sus manos tiraron de mi camisa, subiendola hasta mi pecho, no quería dejar de besarla un solo segundo, así que en un pequeño instante me separé y saque mi camisa por la cabeza, lanzándola a un lado; mi mano derecha recorría su clavícula, mientras la izquierda sujetaba su nalga derecha.
Nuestros besos, se intensificaron con cada segundo que pasaba, a pesar de que había estado con muchas chicas antes, con Rousse era diferente, me sentía nervioso, mis manos eran torpes, sentía que era mi primera vez al igual que ella.
Desabroche el brasier que cargaba, dejando su perfecto pecho al descubierto.
Instintivamente, mis labios se colocaron, en su seno, haciendo que ella soltará un pequeño gemido, quien iba a pensar que ese glorioso sonido iba a hacer explotar todo dentro de mi, mi miembro estaba tan duro que dolía, y mis impulsos sexuales, gritaban que la hiciera mía de una vez.
Llene de besos su abdomen, su ombligo, y fui bajando cada vez más, Rousse, se retorcía con cada beso, desabroche su pantalón y lo baje con sumo cuidado, quería que esta vez fuera inolvidable; deje al descubierto una lencería de encaje negro, ella al mirar que la observaba, se puso roja, y se tapó la cara.
-no me veas así!- chillo
-no tienes por qué apenarte Rousse, estoy admirando tu hermoso cuerpo, para que jamás se me olvide.
Ella se sonrojó y me envolvió con sus piernas, atrayendome de nuevo a sus labios, a aricie su rostro con la punta de mis dedos, recorriendo todo su contorno.
-maldición- dije al percatarme de que no traía protección.
-que pasa?- dijo ella preocupada.
-no tengo condón.
-eso no importa, yo tengo ovarios poliquísticos, así que tengo que tomar anticonceptivos.-dijo sonriendo- y si no es suficiente, siempre podemos comprar la pastilla del día después.
La miré encantado, por lo decidida que estaba, así que sin pensarlo más, comencé a darle besos por el cuello, mientras me colocaba encima de Rousse, moviendome rítmicamente dentro y fuera de ella, las manos de Rousse se abrían y se cerraban, al rededor de mi cabello.
como era de esperarse ella estaba estrecha y cálida.
-estás bien?- le dije al ver su cara de dolor.
-sí, está bien.- dijo mientras se mordía los labios
-si necesitas que me detenga solo avísame.- le dije mientras le daba un casto beso.
Comencé a moverme, más despacio, era imposible contener mis gemidos, asi que decidí soltarlos al igual que lo hacía Rousse, fui avanzando cada vez un poco más rápido, tenía miedo de lastimarla, pero ella parecía disfrutarlo, así que acelere un poco más, su cuerpo y el mío su fusionaron en uno solo, ella era un verdadero monumento de mujer, y era toda mía.
Mantuve el ritmo acelerado, hasta que su cuerpo convulsionó, junto con el mío, dejándonos llegar a un clímax total.
Me tumbé de espaldas en la cama, mientras recuperaba el aliento, enseguida Rousse se recostó en mi agitado pecho.
Con mi mano izquierda, comencé a acariciar su espalda.
-no sé lo que me pasa contigo Rousse, pero quisiera que jamás se terminará.- le dije besando su cabello.
-Entonces has que no se acabe- dijo más como una orden, que como una sugerencia.
Me quedé contemplando el techo por un largo rato disfrutando de la compañía de la mujer que reposaba en mis brazos.
No estaba acostumbrado a dormir con nadie, pero si era con Rousse podía acostumbrarme, era muy placentero estar así con ella.
-Axel, por favor no vayas a cambiar tu trato conmigo después de esto.- dijo inundando la habitación silenciosa.
-por que tendría que cambiar Rousse?- le pregunté con duda.
-porque soy tu empleada, porque no eres el mejor y más cariñoso jefe que se pueda tener, pero sobre todo porque has Sido el que me quito mi virginidad.
-nada tiene que cambiar si tú no quieres que cambie.
Ella bostezo y yo seguí acariciando su espalda desnuda.
-Rousse te gustaría tener una relación conmigo?.
espere obtener una respuesta, pero ya se habia quedado dormida. La acuné más junto a mí y la dejé reposar toda la noche en mi brazo.
-dejame cuidar de ti Rousse, déjame ganarme tu confianza, déjame ser el hombre de tu vida.
Te digo sinceramente que esperaba un mejor desarrollo al final.
De paso no se hizo visible que la Diana fué la de los anuncios en el periódico y del teatro que montó en la fiesta y de todas las trampas para casarse con él, tampoco dejaste veg si en verdad se habían casado y si consumaron ese matrimonio.A y mejor no sigo porque Natalie no pagó tampoco y él papá de ella las traiciones y barbaridades que hicieron.
sin comentarios