Richard Ford, el Ceo de Industrias Ford, es un hombre acostumbrado a tener el control, nadie le dice que no, pero todo cambió cuando aquella pelirroja de ojos azules se atravesó en su camino robando una de sus pertenencia y aunque la ha buscado por cielo y tierra para castigar su insolencia, su paradero es todo un enigma. Lo que desconoce Richard, es que será ella quien toque a su puerta en busca de un empleo, luego de eso podrá recuperar el sueño, o tal vez esta vez le roben algo más valioso... su corazón.
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No pensarás golpearme.
— ¿Por qué me has traído aquí? — Pregunto al ver que se estaciona frente al cementerio en que se encuentra mamá.
— Ya lo verás — baja de su convertible, ya que el día de hoy es el quién conduce, abre la puerta para mí y nuevamente toma mi mano, caminamos hasta llegar a la tumba en cuya placa se encuentra grabado el nombre de Jazmín de Walker y junto a ella mi padre, Benjamín Walker.
Una vez observo sus tumbas un par de lágrimas escapan de mis ojos.
— No lo hagas, no llores, odio verte llorar. — Se para frente a mí y con sus pulgares seca mi rostro.
— No puedo evitarlo.
— Es por eso que te he traído aquí.
— No entiendo, a que te refieres.
— Sé lo mucho que te amaron tus padres, y si hay vida después de la muerte quiero decirte frente a ellos, que deseo y voy a cuidar de ti, que te amo Chanel, eso es algo que ya no puedo evitar, quiero decirte que no estás sola y mientras mi corazón siga latiendo no lo estarás. No quiero pedir permiso; eso no se me da, soy un hombre acostumbrado a imponerse, puede que sea un defecto, pero así soy y mi primer compromiso es conmigo mismo, y si te dejo escapar es algo que no me voy a perdonar; podrás mirarme como un dictador, pero ya te lo había dicho antes cuando te prometí que serias mía, hoy no lo diré de la misma manera, no serás, eres mía y eso nada ni nadie, así me toque destruir medio mundo lo podrá cambiar, tendrás que cargar con las consecuencias de robar mi corazón. Me pediste un tiempo y te lo di, hoy termina ese receso, a partir de hoy tu dueño soy yo.
Te daré un par de minutos para que lo proceses y asimiles; estaré cerca, siempre lo estaré. — Su declaración ha sido tan sorpresiva que me ha dejado sin palabras.
...Pov Richard....
No sé que demonios fue eso, pero es lo que siento en este momento. Nunca he sido posesivo, aun así no puedo darme el lujo de permitirle que continúe alejándose de mí, no nací para ser su amigo, soy el hombre que va a despertar sus más bajos instintos, aquel que va a disfrutar de su amor y toda su pasión.
La observo desde la distancia hablar a la tumba de sus padres sentada sobre el césped durante largo rato, luego se levanta, me busca con la mirada para luego caminar en mi dirección. Me preparo mentalmente para la batalla que viene a continuación, pero me sorprendo cuando es ella quien toma mi mano y me mira a los ojos.
— Vamos. — Es la única palabra que pronuncia, pero con la cual me da la respuesta que esperaba oír. Me coloco mis lentes de sol y sonrío ampliamente mientras camino sosteniendo la mano de la mujer que inconscientemente elegí. Mi corazón es tan voluntarioso como yo y no está dispuesto a dejarla ir.
Una vez en el carro tomo su mano.
— No sabes todo lo que he tenido que hacer para contener las ganas de besarte durante este tiempo. — Intento besarla, pero ella interpone su mano libre.
— No pensarás golpearme, ya me aceptaste y aún no te beso. — Rueda los ojos al escucharme.
— No, no lo voy a hacer, pero no van a haber besos hasta que no establezcamos unas pautas para esta relación.
— ¿Pautas? — Pregunto mientras levanto una ceja. Jamás había escuchado que una relación empezará con pautas de por medio, por lo general surgen en el proceso, pero a mí ni un beso me dan antes de establecer reglas y se supone que soy quien controla la situación.
— Sí, pautas. Invítame a almorzar y profundizaremos en el tema.
— Está bien, aunque lo de profundizar me gustaría hacerlo en otro contexto. — Acepto no muy convencido, pero sonrío al ver que sus mejillas se hacen casi tan rojas como su cabello.
Al llegar al restaurante pido un apartado para poder tener privacidad, de inmediato somos atendidos. Una vez estamos solos, es ella quien toma la palabra.
— Antes que nada debes tener claro que no te pertenezco, que vamos a empezar una relación donde ambos. — Nos señala con su dedo índice alternando en ambas direcciones. — Tenemos los mismos derechos, empezado por el derecho a la libertad, somos personas libres que tomamos la decisión de estar juntos y respetamos dicha decisión. — Mi ceño se frunce un poco, al parecer no fui tan convincente cuando le dije que es mía, tendré que usar tácticas más explícitas para convencerla.
— Y segundo, pero no menos importante, no pueden volver a haber amigas especiales o con derechos, el centro de operaciones queda clausurado. — Abre un poco más los ojos tratando de dejar clara su posición.
— Ya no hay amigas especiales y el centro de operaciones cerro sus puertas hace mucho. — Digo con firmeza.
— Eso espero, ahora dime que soy para ti, hay que ponerle un nombre a lo que tenemos, no me gusta llamarlo "Relación" se escucha raro.
— Yo pretendía decir a todos que eres mi mujer, — Me mira con los ojos entrecerrados. — Si ya sé, no quieres que sea posesivo. Eso nos deja la segunda opción, eres mi novia, somos novios.
— Eso suena mejor. — Sonríe victoriosa y yo sonrío al verla a ella.
— Ahora no me puedes negar tus besos. — Acorto la distancia que existe entre ambos por encima de la mesa, pero imprudentemente un mesero toca para entregar nuestra orden, suspiro frustrado.
— Adelante. — Contesta Chanel con una sonrisa juguetona viendo que no me ha hecho gracia la interrupción.
El mesero deja todo y se retira dejándonos solos nuevamente, ella se levanta de la silla en que se encuentra y me frustra el solo pensar que ahora debe ir al baño y yo muero por besarla. Contrario a eso se acerca a mí, tira un poco de mis piernas, la entiendo y separo la silla un poco de la mesa y giro mi cuerpo en su dirección, ella se sienta sobre mi regazo abraza mi cuello con sus brazos y une sus labios con los míos, mis brazos rodean su cuerpo posando una mano sobre la espalda baja y otra en la parte alta, sus labios suaves, delicados y sutiles me besan con tanta ternura que me estremece por dentro, pero mi instinto me dice que quiero más, que necesito más, y es cuando mi lengua por voluntad propia va en busca de la suya para no darle tregua, disfruto de cada parte de su exquisita boca, muerdo su labio superior y luego el inferior, mis besos bajan a su mentón donde también doy un ligero mordisco, no puedo evitar pensar en que deseo cambiar el escenario y poseerla completamente para dejarle claro de que diga lo que diga, ahora me pertenece, y no pienso esperar mucho para dejarlo claro.
...Nota Autora:...
Mis amadas lectoras, pronto sabremos si Richard es tan convincente como para convencer a Chanel de que tiene un dueño. Quienes conocen mi forma de escribir saben que me encanta crear escenas Hot 🔥 así que prepárense, y si son sensibles a este tipo de contenidos por favor omitan los próximos capítulos.
Recuerden: actualizo de lunes a viernes, de modo que nos leemos el lunes.
...Importante:...
Revisen mi perfil, allí encontrarán mis otras novelas, todas están terminadas y no se les hará tan larga la espera, si van a leer Konstantín Ivanov, Les recomiendo leer antes Una Noche entre tus brazos, así la entenderán mejor.
Feliz fin de semana 😊