La Historia De Sabrina Romano, En Una Noche Paso De No Tener Ni Dónde Dormir, A Tener Un Imperio Para Ella Sola....
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Leonardo Romano:
Veo feliz a Sabrina, y se que está lista para hacerse cargo sola de la organización, pero es mi única hija, aunque se que Lionel regresaría para apoyarla si me pasará algo, y ella es capaz de todo por mantener esto en su nivel, y ganarse el respeto de todos, pero no quiero arriesgarla, aunque salió igual que yo, de terca y testaurada y muy impulsiva, a si que la dejé hacer dos entregas, se que le irá bien.... Yo debo ir a resolver algunos pendientes con otra mafia, con la mafia Italiana, con él nuevo líder con Salvatore D'Angelo, quiere tener alguien acá para poder transportar, a si que vamos a negociar, subo a mi auto y me alejo algunos kilómetros de la guarida y veo como me cierran el paso dos camionetas, veo sonar mi celular y aparece *,Princesa* en la pantalla, no alcancé a responder, ya que ví a hombres armados, sabía que había de dos, o me matarían o me llevarían, me bajo del auto por qué me lo indican, y me apuntan —iras por las buenas, o tu hija las pagará caro —yo solo asiento, rindiendome, no dejaré que le toquen un pelo a ella, a ella no, me tapan la cara y logro oir que vacían algo, me suben a empujones a una de las camionetas, y solo escucho cuando arrancan, creo que por casi dos horas, me bajan igual a empujones y camino por varios minutos, y con fuerza me sientan en una silla, y empiezan a amarrar mis piernas y manos, me destapan la cara y veo a varios tipos con armas y sus rostro tapados —confesaras la verdad —no comprendo de que hablan
—Cual verdad
—De que mataste al hijo mayor de los Montenegro y que la muchachita no es tu hija
—Si, yo mismo lo torturó y mate —golpean mi abdomen —y ella es mi hija, hija de la mujer que me amo hasta su último día —ahora siento un golpe en mi rostro, siento un sabor metálico en mi boca
—Ella no es tu hija, esa bastarda no es tuya
—Si, ella es mi hija, y nadie cambiará que en sus venas corre sangre Romano —me vuelven a golpear en el rostro y en el abdomen por varias ocasiones, pero no mentiría, jamás, ella es mi hija, le guste a quien le guste, no importo que tanto alejaran a su madre de mi, al final ella me la dejo, ella es mi responsabilidad, y la amo, amo a mi hija, es mi diamante más preciado y daré la vida de ser necesario, ella tiene gente que la apoyará y la cuidara por mi
—Te juro que la mataré, pero primero abusare de ella como lo hice con su madre, aquí frente a ti, te haré ver como me follo a tu hijita —trato de pararme, algo inútil, quiero romperle la cara a este imbécil
—Ni se te ocurra ponerle un dedo encima, ella es peor que yo, te torturara como menos lo imaginas
—Esa hija de papi que podría hacerme —yo sonrió solo de recordar, cada entrenamiento y pelea en combate, todo, como sola se auto superó para ser la mejor
—Estas advertido, aunque se que Isidro la vengaria si la tocas —la verdad de eso no estoy seguro, pero se que eso le molestó, ya que volvió a golpear mi cara, y nuevamente el sabor metálico se instala en mi boca, lo veo salir dejándome solo con 3 hombres .
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Piero D'Angelo :
Leonardo quedó de venir hace como más de dos horas, y no llego de alguna manera eso me preocupa, a si que decido ir a buscarlo, papá confiaba en el y mucho para los negocios y se que varias veces salvó a mi padre de ser asesinado o atrapado por la policía, a si que si le pasó algo, le devolveré al menos el favor — Piero prepara hombres —este me ve extrañado
—A quien vas a matar
—A nadie imbécil, iremos a buscar al Diablo
—A no cabron, vaya usted solo —este ríe, y yo solo niego
—Leonardo no se apareció y no responde.
—Cuantos quieres llevar
—lleva a 20, y nosotros dos —Sale de la oficina y a los minutos vuelve, y salgo con el, subimos a los autos y camionetas, manejo hasta la guarida de Romano, espero que solo tengo un contratiempo y no le haya pasado nada, aunque algo me dice que es la segunda, me estoy acercando y veo mucho movimiento de hombres, me estacionó y se acerca un tipo vestido tipo militar
—Que necesita.
—Busco a Leonardo Romano, soy Salvatore D'Angelo —este se aleja y saca un radio, minutos después aparece un tipo diferente, pero obviamente pertenece a esta organización
—Soy Alexander Lucio, en qué puedo ayudarlo
—Tenia una reunión con Leonardo Romano, pero jamás llegó, estoy aquí para ofrecer mi ayuda, si está pasando algo con el —este asiente y me hace señas para que entremos, nos estacionamos y los hombres se bajan, les hago señas para que se queden afuera, solo Piero se acerca a mi
—acompañeme le presentaré a la señorita Romano —¿Señorita?, tiene hijos, está casado, si es a si, que bien oculto lo tenía, sigo al tal Alexander hasta adentro, y se detuvo frente a una puerta de madera, tocó y a los segundos abrió, entro, y después salió —vengan conmigo, los recibirá —yo solo asenti al entrar vi a una chica castaña, metida en una tableta, a su lado un tipo, y una rubia mirando por la ventana, al voltear ella, mis ojos verdes se cruzaron con sus azules, jamás ví tanta belleza en una mujer, es hermosa, perfectas, la luz de la luna que entra por la ventana, la hace parecer un diamante brillante, ella sonríe y camina hacia mi, me mira y en eso hablo
—Soy Salvatore D'Angelo, hijo de un antiguo socio de Leonardo Romano —me da su mano, es tan suave, su piel tal delicada y blanca
—Sabrina Romano, un placer.