Cuando sabemos que la vida nos tiene deparado un futuro, pero somos nosotros mismos quienes creamos los caminos que nos llevan ya sea a la toma de buenas o malas decisiones, todas las que he tomado de ninguna me arrepiento me han hecho el hombre que soy y llegar a ser lo que soy y nada ni nadie me hará cambiar de parecer eso era lo que creía hasta que supe que jamás tendría una oportunidad en su vida
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Narra andrew
Un destello de celos cruzó por mi corazón, inesperado y fulminante. La miré de reojo, tratando de ser discreto, pero era imposible no notar su elegancia. Aunque ya una mujer mayor, Eileen aún conservaba ese atractivo que parecía ir más allá del tiempo. Había una especie de aura que la rodeaba, algo que hacía que todos los ojos en la sala gravitaran hacia ella. Pero lo que realmente me llamó la atención no fue su belleza, sino la manera en que ella solo tenía ojos para un hombre. Su corazón, claramente, pertenecía a alguien más. Y ese alguien era el hombre justo frente a mí.
James. Había algo en él que me resultaba inquietantemente familiar. Lo primero que noté fueron sus ojos: un verde profundo, pero con destellos dorados, como los míos. Al mirarlo, por un momento, fue como si estuviera viendo una versión futura de mí mismo. Sus rasgos, la forma en que sostenía su cuerpo con una mezcla de fuerza y autoridad, incluso la estructura de su mandíbula... había algo en él que me resultaba extrañamente cercano. Una duda comenzó a aflorar en mi mente, como una semilla plantada en la oscuridad que de repente comenzó a germinar bajo la luz de aquella sala.
¿Y si...?pensé, sin atreverme a terminar la frase en mi mente. Algo en esa posibilidad me golpeó con fuerza. ¿Y si él fuera...? No, no podía ser. Era ridículo, ¿verdad? James era un hombre poderoso, un titán en el mundo de los negocios, mientras que yo apenas había comenzado a hacer mi propio camino. Pero la similitud estaba ahí, innegable. Me hizo pensar, por primera vez en mucho tiempo, en las incógnitas de mi propio pasado.
Sabía que no era hijo de mi padre biológico. Mi madre nunca lo dijo abiertamente del tema pero: el hombre que me había criado, al que llamaba "padre", me había aceptado desde el momento en que estaba en el vientre de mi madre. Y por eso lo respetaba, porque jamás me hizo sentir que no pertenecía, ni siquiera una sola vez. Pero la realidad es que nunca había conocido a mi verdadero padre. Nunca pregunté, porque no parecía importar. Al menos, no hasta este momento.
Lo que me inquietaba aún más era la forma en que todo encajaba. James era un hombre misterioso. Sabía poco sobre él más allá de lo que aparecía en las revistas y en los rumores que circulaban entre la alta sociedad. Su vida personal estaba envuelta en un velo de discreción. Claro, se sabía que estaba casado con Eileen y que tenía hijos, pero todo lo demás eran conjeturas, fragmentos de historias que la gente inventaba para llenar los vacíos. Y mi madre, por alguna razón, nunca hablaba sobre su vida antes de mi nacimiento. Nunca le di importancia a eso, pero ahora, al ver a este hombre frente a mí, algo en mi interior comenzó a cuestionarlo todo.
¿Y si...? ¿Y si era él? ¿Podía ser que este hombre al que acababa de estrechar la mano fuera, en realidad, mi padre? El pensamiento era vertiginoso, casi absurdo. No había ninguna prueba, ninguna evidencia concreta más allá de algunas similitudes físicas. Pero no pude evitar sentir que había algo más bajo la superficie, algo que quizás ninguno de los dos estábamos listos para enfrentar.