Calvin Cole, un valiente bombero de Chicago, vive intensamente su misión de salvar vidas, pero guarda un secreto sobre su orientación sexual y un amor silencioso por un compañero.
Un día, tras una jornada agitada en el cuerpo de bomberos, Calvin es invitado por su colega Frank a su casa, donde surge un encuentro amoroso. Frank ya sabía que Calvin era gay, al igual que él. Tras este encuentro, recuerdos del pasado vuelven a la superficie.
Dereck Clark, un médico prometedor, enfrenta desilusiones amorosas, y sus dudas sobre el amor crecen con cada relación que mantiene.
Pero el destino decide unir a dos corazones heridos: Calvin y Dereck se encuentran en una situación inesperada donde verdades ocultas saldrán a la luz.
Ciertas circunstancias los llevan a cuestionar sus decisiones pasadas. En esta trama apasionante, Calvin y Dereck descubrirán que el amor y la felicidad pueden renacer de las chispas de una pasión que trasciende el tiempo.
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Capítulo 14
Calvin y Hector salieron del cuartel directo a una discoteca que conocían y que quedaba cerca de donde estaban. Como Calvin estaba de suspensión, el teniente primero decidió que iba a aprovechar la noche. Ambos poseían motos, y cada uno fue en la suya, solo tendrían que decidir cómo se irían después.
Aún era temprano, y la discoteca no estaba tan llena. Hector entró observando el lugar.
—¡Tío, está lleno de tías buenas aquí! —dijo, codeando a Calvin.
Él miró a Calvin con una gran sonrisa, pero pronto se desvaneció al percibir la expresión de su amigo, comprendiendo el motivo. Hector trató inmediatamente de revertir aquella situación.
—Me olvidé. Mira, hay algunos tíos hasta guapos aquí.
Calvin rodó los ojos y comenzó a caminar en dirección a la barra. Hector continuó mirando alrededor, buscando una posible conquista, y acabó chocando con alguien. Él miró y vio que era un hombre con una bebida, tratando de disculparse.
—Lo siento mucho, estaba distraído. Puedo pagar otra bebida para ti.
—Está todo bien, no hace falta, solo se derramó un poco —respondió con una sonrisa.
Calvin detuvo sus pasos al percibir que el amigo no lo acompañaba. Entre las luces, él vio apenas la espalda de un hombre alejándose, mientras Hector volvía en su dirección. La persona con quien Hector chocó era Dereck, que se alejó, pasando la mano por la camisa, donde salpicó un poco de bebida.
La falta de suerte que tuvo ya dejó a Dereck dudando si fue realmente una buena idea haber ido a aquel lugar. Él buscaba por distracción y diversión, pero comenzó con el pie izquierdo. El médico encontró un lugar para quedarse y comenzó a observar un poco a las personas a su frente.
Todos parecían estar divirtiéndose; algunos coqueteaban, otros ya se besaban, y todos parecían conscientes de que aquello probablemente no pasaría de una noche caliente, sin problemas futuros y sin complicaciones.
—¿Será que es eso lo que yo debería hacer? Enamorarse y querer algo serio es más complicado que algo casual.
Dereck tomó un poco de su bebida. Pensar y hablar sobre eso podría parecer fácil, pero, en la práctica, él no sabía si conseguiría llevar una vida de encuentros casuales. Él miró para el pulso y pasó la mano por allí, sintiendo la pulsera que estaba bajo el tejido de la camisa.
—Creo que el amor no es para mí. No tuve éxito con mi primer amor ni con los demás. Solo quería saber dónde estás ahora, qué tipo de hombre te has convertido, si estás casado y con hijos. Si yo hubiese hablado, ¿será que me habrías aceptado?
Dereck no sabía por qué se acordó de su primer amor de la época de escuela, pero aquello apenas lo dejó aún más nostálgico, convenciéndose de que aquel día estaba siendo realmente una mierda. En el mostrador de la discoteca, los dos acabaron de tomar sus bebidas y estaban yendo para el piso superior. Calvin estaba curioso sobre algo y comenzó a preguntar.
—¿Quién era el hombre que estaba hablando contigo?
—Yo acabé chocando con él y derramé un poco de bebida. Apenas estaba disculpándome —explicó, encogiéndose de hombros.
Mientras subían las escaleras, algunas chicas pasaron y sonrieron para los dos, dejando a Hector bien animado, al contrario de Calvin. Él aún no estaba con ánimo, y, infelizmente, continuaba pensando en la historia con Frank. Ellos llegaron a un punto que daba para ver toda la pista allá abajo, y Hector, percibiendo que él aún parecía para abajo, comenzó a conversar con él.
—Tío, yo te llamé para venir aquí a divertirte, no para quedar con esa cara de velatorio. ¿Frank es tan bueno así para dejarte en esa bad toda? Mira allá abajo, debe haber alguien que te agrade aquí.
Calvin suspiró e intentó explicarle al amigo.
—No se trata de ser bueno en la cama como estás pensando. No sé si vas a entenderme, pero yo pensé que estuviese ocurriendo algo además de sexo, que él estuviese gustando de mí como yo estaba dejándome llevar por ese sentimiento. Fue frustrante, decepcionante. Ya tuve casos de una noche, pero ambos sabían que era apenas aquello, sin expectativa, ¿entiendes?
—Entendí que estabas coladísimo por él, ¿pero te vas a dejar abatir por eso? Si tú fuiste apenas un caso de una noche para él, trátalo de la misma forma y bola para adelante. Quién sabe no encuentras a alguien que haga tu corazón balancear de nuevo. Aún me estoy acostumbrando con el hecho de que te gusten hombres, pero creo que ese consejo vale para los dos lados.
Calvin sonrió y bebió un poco, oyendo a su amigo decir que era aquella sonrisa que él quería ver en el rostro de él, no una expresión de tristeza. Ellos se quedaron allí arriba por un tiempo, conversando y bailando, y el tequila ya estaba haciendo su efecto mágico, dejando a Calvin más relajado.
En cierto momento, él dijo que iba al baño y descendió, dejando a Hector solo. La discoteca estaba más llena ahora, y Calvin fue pasando por las personas, a veces apretujándose un poco. Cerca del baño, en un rincón más oscuro, él vio a un hombre que empujó a otra persona y parecía queriendo huir, pero acabó chocando con él.
Calvin, por instinto, acabó sujetando al hombre que chocó con él y miró para el otro que venía luego atrás. Al ver el tamaño de Calvin y la forma como fue mirado, el hombre apenas se alejó.
—¿Está todo bien? —preguntó Calvin, alejando al hombre un poco.
Dereck erguidó la cabeza e intentó enfocar para ver quién lo había ayudado, pero estaba muy mareado, y las luces parpadeantes no ayudaban mucho.
—Yo… yo…
Dereck no consiguió hablar, colocó la mano en la boca e intentó correr para el baño, o acabaría vomitando allí y quién sabe hasta encima del hombre que lo ayudó. Calvin vio que él no estaba bien y lo ayudó, abriendo la puerta y guiándolo hasta una de las cabinas.
Calvin pensó en dejar al hombre allí e irse, pero consideró que el otro hombre podría volver y no sabía lo que había acontecido. Entonces, él usó el baño y decidió esperar un poco. Aún no conociendo a aquel que pasaba mal, su conciencia no quedaría en paz si lo dejase solo en aquel estado.