un chico que sufre a lo largo de su vida, a causa de inevitables desgracias que acompañan su vida. Theo,¿ serás capaz de librarte de todas las desgracias?
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Through my misfortune parte 11
El lugar en el que me escondí era un salón abandonado que se encontraba detrás del colegio. Era un lugar donde normalmente se guardaban cosas que ya no se utilizaban: sillas dañadas, pupitres, decoraciones, etc. Como supuse que el salón estaría vacío, logré calmarme. Ese lugar vacío y oscuro era incluso mejor que mi habitación. Sabía que nadie me encontraría allí, por eso no me sentía nervioso. Sin embargo, aún me sentía sucio y asqueroso. Estaba cansado, ya no podía más. Tenía que hacer algo, pero ¿qué podría hacer? Me sentía completamente inútil, incapaz de hacer algo bien.
Al pasar aproximadamente 5 horas, ya era la hora de la salida. Esperé a que todos se fueran. Cuando estuve seguro de que nadie anduviera por los pasillos, salí. Rogando al cielo, suplicando que Alex y sus "amigos" ya se hubieran ido. No quería verles las caras, porque solo pensar en lo que pasó me hacía sentir un enorme deseo de golpearlos, de dejarlos deformes, de pisotearlos hasta que no pudieran caminar y dejarlos de la misma manera que ellos me habían dejado a mí. Quería intensamente humillarlos, matarlos.
Theo llegó a su salón de clases, como supuso, estaba vacío. Ya todos los demás estudiantes se habían retirado a sus casas. Theo pensaba hacer lo mismo. Mientras se acercaba a su mesa, vio que sus libros estaban dañados, lo que era un claro inicio de lo que Alex quería transmitir. El hecho de que Theo hubiera huido de Alex fue un acto que provocó ira y vergüenza en él. Theo solo miró con lástima los libros, porque habían sido un regalo que su madre, con mucho esfuerzo, le había dado. Theo los agarró, limpiando la parte superior, o mejor dicho, las portadas, pensando que quizás los podría salvar, porque su daño no era tan grave, solo algunos rasguños, como si Alex los hubiera tirado y huellas que indicaban que también los había pisoteado. Aunque había uno que ya no tenía manera de salvarlo, ya que Alex había arrojado una bebida sobre ese libro en especial. Ese libro era especial porque era uno que Nohan le había dado a Theo en el pasado. Se notaba a simple vista que Alex sabía el contenido, porque ese fue el libro que más daño recibió. Theo no tuvo de otra que agarrarlo y tirarlo. Quizás en el pasado hubiera llorado por ese libro, pero ahora no le provocaba absolutamente nada.
Mientras guardaba los demás libros, una nota cayó de su bolso. Theo se sorprendió: "¿Quién habría dejado una nota en mi bolso? ¿Habrá sido una confusión?". Theo la abrió para ver su contenido. Su cara cambió totalmente al ver esa nota, al ver la letra. Era claro quién la había dejado. Porque esa era la letra del amado Nohan, ese tipo extraño que Theo estaba tratando de dejar atrás. La nota no decía mucho, solo: "Te estaré esperando en la entrada del colegio, cuando nadie más esté".
La nota no tenía nombre de remitente, pero para Theo, que había estado todo su niñez al lado de Nohan, era casi imposible no reconocer su letra. Theo miró desde su salón la entrada y justo allí estaba él, esperándolo. Theo no sabía el motivo por el cual Nohan quería hablar con él, pero no quería hacerlo esperar, así que se dirigió a la entrada.
Nohan lo estaba esperando con una mirada casualmente igual a la que tenía esa mañana, con su rostro inexpresivo como usualmente solía verse. Sin embargo, esta vez su imagen atractiva fue desviada por una tenue aura solitaria que lo rodeaba. Theo pensó: "Antes nunca sentí algo igual en él, pero justo ahora así parecía percibirlo, parece que estuviera completamente solo, al igual que yo". Theo se paró justo al frente de él, sin decir ni una palabra, mirando hacia abajo. Theo usualmente no miraba a nadie a la cara, sin embargo, Nohan siempre había sido una excepción para él, pero justo ahora Theo no levantó la cabeza. La mirada glacial de sus ojos azules atravesó todas las barreras que Theo había tratado de construir con tanta desesperación alguna vez, con una sonrisa sarcástica y una voz fría e indiferente, atacó la parte más vulnerable de Theo.
- "Theo, siempre te has mostrado débil, antes solo creí que lo hacías para que yo te protegiera, pero ¿de verdad?; eres demasiado patético. ¿Tanto necesitas tenerme a tu lado para protegerte? Tu maldito aspecto lastimoso te está consumiendo hasta más no poder. ¿Por qué?, ¿por qué no haces nada?, dejas que otros te ensucien, sabes lo molesto que es para mí verte de esa manera, me repugna, me da asco que otros malditos te toquen de manera sucia, y esto no tiene nada que ver con la forma en que me ves, tu deseo “sexual”, estás dejando que otros se aprovechen de esa maldita necesidad y naturaleza que tienes, dejas que te usen a su antojo. Y lo peor del caso es que “tú no haces nada”. Repitió nuevamente, poniendo una expresión de enojo.
Continuando con lo que estaba diciendo:
- "¿Por qué le mueves la cola como un maldito perro en celo, a todos esos imbéciles? ¿Tanto necesitas de un hombre?..." Nohan suspiró profundamente, calmó su ira, dejando de gritar. Nohan, por primera vez había perdido los estribos, él, quien era normalmente tranquilo ante cualquier situación, en este momento estaba mostrando un aspecto que Theo solo había llegado a ver en un par de situaciones que siempre lo involucraban a él.
Aunque Theo no entendía la situación, no entendía el porqué Nohan estaba diciendo todas esas cosas, no solo estaba siendo escandaloso, sino también extremadamente vulgar. Nohan no era alguien que normalmente maldecía a otros.
Aunque sus palabras impactaron enormemente a Theo, quien no era consciente de la situación en la que estaba, durante todo el día había estado sufriendo muchas emociones, que lo habían estresado. Miedo, vergüenza, ira, ansiedad, angustia y una insoportable tristeza y asco. Tantas cosas en un solo día, solo provocaron que la mente de Theo se nublara.
El hecho de que el mismísimo Nohan estuviera frente a él era razón para que todo su cuerpo se relajara, pero también hacía que tanto su mente como su corazón estuvieran desprotegidos, escuchando y analizando cada una de sus frívolas palabras.
Sin embargo, Theo no pronunció palabra alguna, no sabía qué decir o cómo reaccionar. No entendía nada, y eso solo enfureció a Nohan, que lo fulminaba con su mirada de enojo.
Pero ¿quién entendería a alguien que solo dice lo primero que se le viene a la mente, sin siquiera explicarse? Nohan era una persona muy calculadora, pero también era alguien inconsciente de los sentimientos o pensamientos de los demás. Para él, la única palabra que valía era la suya. Así que, cualquiera que fuera la respuesta de Theo, no cambiaría el enojo y la ira que él sentía en ese momento.
Apretando la mano, mordiendo la parte interior de su lengua, provocándole un sangrado. Nohan quería desesperadamente la explicación de Theo, mientras miraba desde arriba a Theo, que parecía una presa débil e inocente. Se le vino a la mente el momento en el que Alex había estado molestando y humillando a Theo delante de sus amigos. Al parecer, Nohan, quien pasaba casualmente por el lugar de los hechos, fue testigo de cómo Alex trató a Theo. Vio absolutamente todo.
Sus ojos, en algún momento, no pudieron apartarse del cuello de Theo, que estaba siendo forzado por la mano de aquel canalla. Nohan estaba sumamente enfurecido. Incluso llegó a ver el momento en el que Alex intentó frotarse salvajemente a Theo, y eso le produjo asco. No por el hecho de que ambos eran hombres, sino porque él estaba rodando su sucio cuerpo en el puro cuerpo de Theo. Nohan afirmó no haber interrumpido la situación porque su cuerpo entero estaba entumecido. Quizás tanto fue el impacto de haber visto algo tan siniestro. Que lo único en lo que pensó fue en que esa situación lo hizo sentir incómodo.
Aunque reaccionó, ya era tarde porque un grupo de maestros se acercaban. Así que él solo se fue. Y entonces vio a Theo correr desfavorecido, con lágrimas en los ojos. Nohan vio en Theo una expresión que él nunca había visto.