una misteriosa casa donde constantemente desaparecen las personas que entran en su interior.
Sara es una joven introvertida. a la que constantemente molestan sus compañeros de clases. un día, cuando camina sola de regreso a casa. se encuentra con un grupo de chicos que la llevan hasta la misteriosa casa del bosque donde como una broma. la hacen entrar para ver si es capaz de volver a salir.
ella y otro dos chicos se aventuran dentro de la casa. para descubrir que paso en realidad con todas esas personas que desaparecieron allí.
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Capitulo 19: inconsciencia
Leo miró a lo lejos y una emoción extraña lo invadió - Sara - su amiga Sara se encontraba dormida bajo un enorme haya, pero a medida que se fue acercando a ella.
Noto que algo no estaba bien. La chica estaba lastimada en, extremo y sobre sus ojos tenía algo viscoso que caía en hilos por sus mejillas.
El chico se apresuró, a llegar junto a ella, preocupado por el estado en el que se podría encontrar.
- ¿Sara? - se arrodilló junto a ella - ¿qué fue lo que te hicieron? - pregunto buscando algún indicio de lo que sucedía.
No tuvo mucho tiempo de actuar, cuando Thiago se abalanzó sobre el tirándole al suelo.
- no la toques - grito el chico molesto, pensando que se trataba de los monstruos de antes.
- no tú, no te le acerques - grito Leo, tratando de quitarse a ese chico - ella es mi amiga y te haré pagar por haberla lastimado.
-¿qué? - Thiago se levantó, mirando con cierta reserva a aquel chico, que afirmaba conocer a Sara - ¿la conoces?
- si, por supuesto - confirmo Leo
- ¿cuál es tu nombre? - Thiago bajo la guardia acercándose a Sara para ver cómo seguía.
- Leonardo
- Thiago. Mucho gusto
- si claro - también Leo se acercó a Sara, vio como, el otro chico limpiaba las heridas y ojos de la chica. Leo no dijo nada, solo se limitó a observar los movimientos del chico.
- debemos buscar una salida, ella está muy lastimada y necesita medicina - comento Thiago mirando a Leo.
- si yo... Creo saber dónde podría estar la puerta - el chico se levantó. Caminando hacia el río donde pudieron ver una pequeña cascada de piedra. - he estudiado la metodología de casa y asumo que la siguiente puerta debe estar bien escondida.
Señalando la hermosa caída de agua el chico explico que allí era el lugar más probable para ser la salida.
Thiago estuvo de acuerdo - muy bien, entonces vamos - salto al agua y nado hasta la cascada. Cruzando la pequeña cortina de agua.
Y tal como dijo leo, allí estaba la puerta. Thiago regreso rápidamente junto a Leo - tenías razón, allí está la puerta.
- lo sabía - celebro Leo bailando de manera graciosa. Thiago no pudo evitar reír por esta acción.
- busquemos a Sara - dijo al terminar de reír.
Cargando con la chica, llegaron hasta la orilla del río. Y sin pensar demasiado las cosas, saltaron con ella, hundiéndose en las aguas por unos segundos.
Con un poco de dificultad consiguieron llegar hasta la cascada. Entraron y pronto se encontraron frente a la puerta 967 que estaba cubierta por una cortina de plantas con espinas.
- apártate, yo lo hace - pidió Thiago cuando Leo, desesperado por abrir la puerta, estiró la mano hacia el picaporte y recibió un corte en la palma.
Leo retrocedió, Thiago comenzó con la ardua tarea de cortar con cuidado cada parte de la planta, ayudándose un poco con un pañuelo que afortunadamente siempre llevaba en el bolsillo derecho de su pantalón.
Pero justo cuando está por terminar, se escuchó el sonido de muchos cuerpos que saltaban al río.
- allí es donde tienen a nuestra reina - gritaba uno de los soldados - debemos recuperarla y matar al intruso que se atrevió a llevársela.
- que rayos - Leo miró con horror hacia la cortina de agua donde ya se comenzaban a ver la figuras de varias criaturas que se acercaban.
Thiago al verse apresuró su labor, cortando sus manos en el proceso. Pero con Buenos resultados.
- date prisa - pedía Leo tratando de no levantar la voz - ellos casi llegan.
- si lo sé - Thiago consiguió por fin arrancar el último trozo de hierba. Desbloqueando la puerta, que se abrió como impulsada por un resorte.
- vámonos - grito Leo cargando a Sara y corriendo hacia la siguiente habitación. Thiago lo siguió asustado por lo que veía.
De la cortina de agua se asomaba un rostro deformado, hecho con desechos de plantas calcinadas.
El chico cerro la puerta, antes de que aquella criatura pudiera seguirlos. La puerta se agitó unos segundos y luego todo volvió a quedar en silencio.
- ¿estás bien? - pregunto Leo cuando estuvieron seguros de que ya no había peligro.
- si, estoy bien - respondió Thiago tratando de no mostrar miedo en ningún momento - ¿que hay de ella? - pregunto este mirando a Sara.
- supongo que está bien - leo la recostó junto a una pared, examinando la estancia. Se encontraban en una habitación normal, de paredes blancas y suelos de madera pulida.
- es un cuarto vacío - comento Thiago mirando cada rincón del lugar - perfecto - dijo luego mirando a Leo - crearemos un hospital, justo aquí.
Leo lo miró confundido - ¿cómo?
- pues con imaginación - Thiago realmente nunca se había atrevido a intentar crear una habitación. Pero ahora, al ver a su amiga tan malherida, quiso intentarlo - ¿sabes cómo son los hospitales?
- si, algo así - dijo Leo un poco inseguro - bueno una vez, mi madre me llevo hasta uno para ponerme una vacuna, asi que supongo que se cómo se veria.
- entonces, vamos a crear ese hospital justo aquí - Thiago estaba muy motivado - solo cierra los ojos e imagina como era el hospital que recuerdas.
El chico lo hizo y pronto se encontraron de pie en medio del consultorio de un hospital infantil - genial.
Ambos se apresuraron a revisar todos los estantes, en busca de medicina, para curar las heridas de Sara. Al final consiguieron reunir muchos frascos de pastillas y cremas.
- está y está - dijo Thiago tomando un tubo de crema para raspones y un frasco de pastillas para dolor.
Curaron a la chica y luego tomando un vaso de agua de una máquina que el no había visto nunca - sara. - la llamo para que tomara la medicina - levanta, debes beber esto.
La chica apenas abrió un poco los ojos - gracias - dijo cuando hubo tragado el medicamento y volvió a caer abatida.
- debemos seguir - comento Leo cuando ya habían pasado un buen tiempo - Sara despierta - la llamo sin obtener respuesta - hey que pasa.
Coloco una mano sobre su hombro para despertarla, pero la retiro rápidamente, impresionado, por el calor tan fuerte que emanaba de su cuerpo.
- creo que ella, está peor que antes - la preocupación en su voz era palpable - debemos bajar su fiebre o ella... Ella podría morir.