Una jovencita hija de uno de los mafiosos más grandes de Italia, nacida de su primer matrimonio y destinada como toda mujer nacida en la mafia a ser moneda de cambio, está comprometida con Reginald Fabrizi, a quien ama y adora.
Reginald Fabrizi Heredero de otra de las mafias de Italia, está enamorado como un loco de Fiorella Cappellari, hija de Francesco Cappellari, pero la envidia de la media hermana de Fiorella hará dudar a toda su familia, incluyendo a Reginald del amor de su amada.
La pobre Fiorella deberá ser fuerte y valiente para poder superar todo lo que le viene, la traición, intriga y la venganza rodeará a esta joven volviéndola capaz de hacer lo que sea para conseguir su venganza, habrá para esta mujer dañada la oportunidad de volver a amar.
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Me voy
—Fiorella… dónde estás… Revisa las habitaciones y no la encuentra, así que baja y pregunta por ella.
—Han visto a mi prometida…. —Las sirvientas niegan.
—No, señor, pero el señor Rizzoli, lo estaba esperando en la sala.
Fiorella no está por ningún lado y en la sala no vio a su amigo, comienza a buscar su celular hasta que ve a su amigo Aarón parado junto a la piscina como hablando, pero de espaldas y camina hacia él.
—Aarón… que haces aquí y hablando solo.—Pregunta, pero lo que sus ojos ven responden su pregunta.
En la piscina está Fiorella sin ropa, solo se ve su cabeza, pero lo clara del agua también se ve su desnudes.
—Qué mierda… Aarón, lárgate de aquí, luego hablo contigo. —Dijo y este se defendió.
—Amigo, tranquilo, no vi nada, lo juro, me volteé, estaba tratando de que usara mi saco y saliera de allí.
—Largo. —Dijo él, una vez se fue se lanzó en la piscina con todo y ropa solo se sacó el saco y lo dejo en el suelo.
—Estás demente, sal de aquí—Gritó ella.
—La única demente eres tú… Que haces desnuda. —Grito Él, pero sus ojos se desviaban a su cuerpo.
—Mis ojos están aquí. —Señaló ella su cara.
Él la cargó y la sacó del agua, luego tomó el saco y se lo puso, ella no se opuso, solo reía el saco, le quedaba arriba de las rodillas, Salvatore ahora estaba mojado y duro, quería azotarla.
—Quiero conocer más a Aarón — dijo Fiorella y salió corriendo hacia la mansión, él iba tranquilo al pensar que se había ido, pero estaba sentado en la sala.
—Hola Aarón, ahora sí te daré la mano, Soy Fiorella, viuda de Ivancov, la abuela de Salvatore—Dijo y estiró su mano, esto molestaba mucho a Salvatore.
—Un gusto en conocer a la abuela de mi amigo, como dije soy Aa… —No terminó porque Salvatore cargo a Fiorella como costal de papas y subió con ella las escaleras.
—Te dije que hablábamos después. —Dijo él.
—Fue un gusto Aarón decía Fiorella en el hombro de Salvatore se veía graciosa y saludaba con la mano en el aire… Salvatore la subió a la habitación de espaldas, el saco se le subió y la Palmeo dejando la piel de ella roja.
—Idiota, que te pasa… —Pregunto ella.
—No, qué te sucede a ti, por qué andas desnuda en la piscina. Eres mi prometida, mi abuelo definitivamente me odiaba al dejarme contigo. —Dijo y ella se levantó molesta.
—Eres un idiota, primero me traes aquí para empezar de cero e intentarlo y luego me dejas como idiota y ahora lo sé, soy una pesadilla para ti. — Grito y lo empujó.
—Me largo, Soy tu dolor de cabeza, pues, te libero, me casaré con Luka o con el primer idiota que aparezca. —Dijo y salió de la habitación chocando con Aarón.
—Soy el primer idiota. —Preguntó Aarón.
—Tú cállate, te dije que te llegarás… —Hablo Salvatore y salió detrás de Fiorella, quien salió descansa y con el saco hasta abajo
—Hey, tú pídeme un taxi, lo pagaré cuando llegue a mi destino. —Dijo Fiorella
—Lo siento, no quise decir eso, espera por favor. —Trato de detenerla, pero ella salió de la mansión y los guardias la miraban.
—Búsquenme un maldito taxi o me voy caminando. —Gritaba ella y comenzó a caminar.
—Te puedo llevar… —Habló Aarón.
—Tú no llevarás a mi mujer a ningún lado idiota. —Salvatore seguía detrás de ella.
—Maldición detente. —Le pidió a Fiorella quien no hizo caso y al llegar a donde estaba el auto de Salvatore observó al hombre que había Sido arrastrado vivo por Salvatore, tenía la cara raspada y las manos destrozadas, pero se podía diferenciar quién era.
—El verdugo... —Susurro ella por la sorpresa y se giró a ver a Salvatore.
—Tu... Por qué... —preguntó ella.
—Porque no iba a dejar vivo a quienes dañaron a mi mujer y aún me faltan más. —Dijo él.
—Por eso te dejé aquí y si no te deje ropa fue para que me esperaras. —Salvatore se acercó y la abrazó.
—El que la siga mirando lo mato. —Volvio a decir mirando por encima de su hombro.
—Eres tóxico lo sabes... has pensado en ir a terapia. —Le preguntó ella.
—Cuando lo hagas tu iré contigo... —Se acercó y la abrazó.
—No lo dije en serio... Eres difícil y me haces enojar, pero no puedo estar lejos de ti. —solto él.
—Me sacas de quicio diciéndome nieto, me vuelves loco cuando te veo con otro, me estás enloqueciendo carajo. —Habló Salvatore
—Tu me quieres controlar y odio eso. —Dijo ella.
—Vamos adentro o mataré a estos mirones... \_Sobrio el.
—Eso funciona con una persona que le importen los demás, conmigo no, mátalos te ayudo. —Ella se rió.
—Oye... pensé que te caía bien. —Se queja Aaron.
—Lo haces, pero él es mi prometido, si te quiere matar yo lo ayudaré. —Le contestó ella.
—Te vuelvo a decir largo y juro que te mato. —Espeto Salvatore
—Vamos cariño, sí. —Pidio él.
—Vamos querido nieto. —Salvatore solo suspiró exasperante no era un término que le hacía justicia a Fiorella.
