La vida es un recuento de momentos vividos, siempre he sido una soñadora, siempre he creído en el amor verdadero, siempre soñé con un amor sin tanto drama, hasta que conocí a Ethan Coen, él me enseñó un amor bonito , un amor de ensueño, pero la vida se encargó de quitarmelo, soy Alexandra París y está mi historia de amor.
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Capítulo XIX Mi hermanita
Maximiliano se disculpó con Alexa y se fue a buscar a Miguel antes de que hiciera o dijera algo indebido, Alexa quedó sola en su nueva habitación, decidió primero darse un baño, así que desempaco algo de ropa para dormir, entro a bañarse y bajo la regadera soltó las lágrimas que había retenido durante todo el día, la muerte de Ethan había destrozado algo que no se iba a poder recomponer fácilmente, después de una hora de estar en el baño, Alexa salió para cambiar su ropa y acostarse a dormir, cuando ya estuvo lista, golpearon a su puerta, ella fue a ver quién era y se sorprendió al ver a una mujer algo mayor llevando una bandeja de comida.
— Buenas noches, señorita, aquí tiene su cena. — dijo la mujer, su actitud era de seriedad.
— Buenas noches, gracias, por favor póngala en la mesa. — pidió Alexa con mucha amabilidad.
— El señor le manda a decir que debe comerse todo lo de la bandeja y que piense en su bebé. — la señora paso la información que enviaba Maximiliano y salió de la habitación así sin más.
Alexa miró el contenido de la bandeja y todo era comida nutritiva, había unas tostadas, también tenía frutas, yogur y un jugo de fruta natural, además había una rosa en un florero pequeño tipo vaso, le pareció muy lindo de parte de Maximiliano el haberle enviado la cena, ella se sentó a comer y aunque no tenía mucho apetito, ella pensaba en su hija y que necesitaba alimentarse para poder nacer sana.
Una vez término la cena se fue a dormir, al principio le costó mucho, pero después de un rato se quedó dormida, la pesadilla había vuelto a aparecer en sus sueños, pero esta vez ella logró ver más de lo que veía siempre, en esta parte del sueño, Alexa forcejeaba con alguien y su padre estaba conduciendo, esa otra persona con la que ella forcejeaba era su hermana Amanda, pero no sabía el por qué discutían, Maximiliano salió de su habitación y escucho los gritos de Alexa, así que no toco para entrar, al entrar consiguió a Alexa llorando, pero ella aún dormía, él se acercó y le dijo suavemente Alexa solo es un sueño, descansa y sigue durmiendo.
Las palabras de Maximiliano llegaron al subconsciente de Alexa y por primera vez ella se tranquilizó en aquel sueño, la calma llego y cuando Maximiliano vio que ella se había calmado salió de la habitación y se fue a la suya, mientras tanto Alexa sintió como si un ángel la hubiese abrazado, el sonido de aquel susurro lleno su corazón de paz, permitiendo que la joven pudiera descansar, Alexa durmió toda la noche tranquila y ya no tuvo más pesadillas.
Maximiliano pensó que Alexa estaba soñando con Ethan y eso lo hizo sentirse mal, pues él quería que ella pensara y soñara solo con él.
A la mañana siguiente Alexa salió de su habitación y fue en busca de Maximiliano, al llegar a la sala se encontró con que había visitas.
— Buenos días, disculpa no sabía que había visitas. — le dijo Alexa a Maximiliano.
— No te preocupes, ven y presento a mi familia. — dijo Maximiliano con un semblante frío.
Al parecer Maximiliano no mostraba su verdadero yo a nadie más que a su hijo.
— Mamá, papá, Camila, les presento a Alexa Chung, ella es una amiga. — dijo Maximiliano.
— Un gusto, señores, Camila. — respondió Alexa amablemente.
— El gusto es nuestro, niña te ves muy pálida, te encuentras bien?. — pregunto Esmeralda De La Oz, la mamá de Maximiliano.
— Ella está bien, solo tuvo mala noche. — respondió Maximiliano sin medir lo que estaba diciendo.
La familia del hombre malinterpreto lo que él había dicho y pensaron que Alexa era más que su amiga, además Esmeralda era una mujer muy pérsicas y se dio cuenta de que su hijo sentía algo por esta joven, el papá de Maximiliano también noto las miradas que su hijo le lanzaba a la chica y una sonrisa se dibujó en su rostro, Arturo el papá de Maximiliano sabía que su hijo había sufrido mucho por la traición de la que fue su esposa y por eso ver esa sonrisa en su rostro aunque fuera por un instante le devolvió la esperanza de que su hijo podía volver a hacer el mismo de antes.
— Entonces eres la nueva conquista de mi hermano!. — el comentario de Camila dejo toda la sala en un completo silencio.
— Camila, cállate, respeta a tu hermano. — regaño Arturo a su hija.
— Qué dije papá?, sabes que Max siempre sale con una y con la otra. — respondió Camila despreocupada.
Camila tenía la edad de Alexa, pero era una niña malcriada a la que nunca le faltó nada, ella no era mala persona, simplemente no le había tocado vivir todo lo que Alexa había vivido durante toda su vida.
— Señores, el desayuno está servido. — intervino la misma mujer que le había llevado el desayuno la noche anterior.
Alexa dio gracias al cielo porque está señora había llegado justo a tiempo.
— Gracias Margarita, ya vamos. — respondió Maximiliano con su característico tono frío.
Alexa se acercó a Max cuando sus padres y hermana fueron al comedor dejándolos solos.
— Lo siento, mejor me devuelvo a mi habitación. — dijo Alexa con mucha pena.
— No hiciste nada malo, ahora vayamos a desayunar. — le contesto Maximiliano tendiendo su brazo para que ella caminara a su lado.
Cuando los dos entraron al comedor todos se los quedaron mirando, hacían una pareja muy bonita pensó Esmeralda, estaban desayunando cuando Miguel llegó.
— Abuelitos!. — grito el niño corriendo hasta sus abuelos. — sabía que hoy venían.
— ja, ja, ja todos los días venimos pequeño. — respondió Arturo revolviendo el cabello del niño.
— Miguel siéntate por favor, estamos desayunando. — dijo Maximiliano ordenando a su pequeño.
Alexa le sonrió al pequeño y este se sintió tranquilo, pies sabía que Alexa lo defendería de su padre, que a veces era muy gruñón.
— Alexa, me puedo sentar a tu lado?. — pregunto en niño con carita de ángel.
— Por supuesto que sí, ven corazón. — respondió Alexa amablemente.
Miguel se sentó al lado de Alexa y los sirvientes procedieron a colocarle el desayuno al niño, mientras Maximiliano conversaba con sus padres, Alexa le daba de comer a Miguel, parecía una madre con su pequeño, todo iba normal hasta que Miguel abrió su boquita.
— Mi hermanita tiene mucha suerte de tener una mamá cómo tú.
Los presentes hicieron silencio y vieron que Miguel tocaba el vientre de Alexa, Maximiliano abrió los ojos como platos, pues sabía que sus padres malinterpretaria la situación.