MOMENTOS QUE SE PIERDEN

CAPITULO 19

-Buen día cómo están? - dijo Teresa

-Buen día Teresa, disculpe la molestia y el atrevimiento de venir hasta acá pero

necesitamos hablar con usted.- dijo Julieta

-Nada de tratarme de usted, somos casi de la misma edad Julieta- y le esbozo una sonrisa- pasen por favor –mientras caminaban hacia la casa Teresa dijo- anoche las vi en el bar pensé que debido a que lupita vino ayer ustedes iban a querer hablar.

si te vimos cuando te estabas yendo pero no quisimos ser imprudentes era demasiado tarde. Mientras hablaban veían que Teresa algo preparaba en la cocina sin saber que era intrigadas se miraban, cuando de repente Teresa llegó hasta ellas con una gran bandeja. Le paso a Julieta una taza de té verde, a Juliana una taza de té de manzanilla con limón, a Guadalupe su té de rosa mosqueta con manzanilla y para acompañar un budín de limón. Las chicas asombradas se miraban entre ellas.

-Como sab… - quiso preguntar Julieta, pero Teresa no la dejo terminar y dijo:

-Como ya le conté a lupita ayer tu mamá me hablo mucho de ustedes hasta de los gustos de cada una y se perfectamente que el budín de limón es el preferido de las tres- ella les hablaba mientras cortaba el budín-  Y esta receta me la enseñó tu mamá no creo que este tan rico como el que ella hacía pero le puse mucho amor.

-Les voy a ser muy sincera, en el tiempo que Romina estuvo aquí sin quererlo la adopte como mi mamá, yo perdi a mi madre cuando apenas tenía 3 años y mi padre jamás se volvió a casar cuando conocí a Romina y tratarla su carácter y todo me recordó que una tía me contaba cómo había sido mi mamá y al parecer eran muy parecidas, siempre tuve ese amor de hija guardado para entregárselo  a quien lo mereciera y un día Romina llegó a mi todo el tiempo que ella estuvo acá yo me encargue que estuviera lo mejor posible y desde que me entere lo que le estaba pasando la cuide como me hubiera gustado cuidar a mi mamá en sus últimos días.- Una lágrima corrió por mejilla de Teresa al recordar la partida de Romina, realmente se había encariñado mucho con ella y las hermanas no se quedaron atrás, rápidamente limpió su cara y dijo:

-Bueno pero no están aquí para hablar de mi, sino de su madre verdad?

-Las chicas con un nudo en la garganta, tratando de que pase con un sorbo de té, y Julieta continuó con la conversación.

-Eso es lo que queremos que nos cuentes qué hizo ella todos estos meses aquí en

este lugar, ya se por que lo eligió, es un lugar muy bonito pero tranquilo para ella siempre le gusto donde había mucha gente e ir a distintos lados y si había alguna actividad para hacer allí iba y se metía – todas rieron por un segundo- un año fuimos de vacaciones a la montaña un lugar precioso que encontró un lugar donde hacían paracaidismos, quería que nos tomáramos todos , estaba muy entusiasmada, pero  ninguno se animaba así que fue y se tiró ella sola nosotros teníamos un miedo que le pasara algo, mi papá decía que estaba loca cómo se iba a tirar de semejante altura… y ella siempre le respondía:  EL QUE TENGA MIEDO A MORIR QUE NO VIVA!- los ojos de todas se llenaban de lágrimas recordando buenos momentos, los limpiaban con disimulo para que las demás no lo notaran pero era inevitable las lágrimas volvían abortar una y otra vez.

-Así la recordaban y entre lágrimas y risas hablaban de pequeñas anécdotas, Teresa comenzaba a conocer a una Romina que nunca vio y sus hijas comenzaron a ver a su madre de un lugar del cual nunca habían mirado. Lo dedicada que era al hacer sus labores, las cosas que le gustaba y que nunca pudo hacer por el simple hecho de cuidarlas y dedicarse totalmente a ellas.

-Bueno ella ca no pudo hacer nada de eso ya que en las condiciones que llego eran muy distintas aquellos hermosos días que vivió junto a ustedes -comentó Teresa agachando la mirada- Pero sí puedo decirles que cada día que estuvo aquí desde el primer día la cuidamos con mucha dedicación y cariño como si la conociéramos de toda la vida ella nos ayudó mucho a nosotros y solo quisimos devolverle un poco de todo el cariño que nos dio en tan poco tiempo.- Se despidieron de Teresa con un fuerte abrazo y muy agradecidas de todo lo ella y su entorno habían hecho por cuidar a su madre. Ellas emocionadas pero con una energía diferente a la que llegaron se fueron almorzar y a contarle a su padre en el camino y hablando de todo lo que su madre había vivido en ese lugar se dieron cuenta como estaban tan lejos y a la vez tan cerca de su padre, si bien le preguntaban si estaba bien o si necesitaba algo nunca le preguntaron cómo estaba llevando todo este duelo tan repentino, tomaron la decisión de hablar con él para saber cómo estaba realmente. Llegaron al hotel y estaban los tres tomando una bebida antes de la comida y obviamente todos preguntaron a dónde habían ido.

-Fuimos a la casa de Teresa, ella cuido a mamá todo este tiempo que estuvo aquí.- Dijo Julieta sin titubeos. Cuando Alejandro iba a preguntar algo la camarera lo interrumpió trayendo la comida, así que toda la conversación quedó en pausa y nadie dijo nada más, la comida pasó casi en silencio. Luego que se levantaron Alejandro pensaba ir a descansar un rato no se sentía bien, pero sus hijas no lo dejaron lo siguieron hasta la habitación.

-Papá tenemos que hablar- dijo Juliana, mientras las tres caminaban detrás de su padre y él solo sentía la necesidad de escapar, porque no sabía con lo que se iba a encontrar

-Ahora no, hija no me siento bien.- respondió Alejandro queriendo escapar de la situación, sin pensar que eso no detendría a sus hijas

-¡Ahora sí! Vamos a hablar para que te sientas mejor. - dijo Guadalupe y casi a la fuerza todos entraron a la habitación de Alejandro, ellas no dejaban de insistir y él hacía días que ya se sentía muy abrumado por el lugar, la situación el simple hecho de su ausencia ya lo atormentaba. Lo guiaron a la terraza para que se sentara, Juliana le preparó un whisky. y todas se sentaron cerca de él

-Papá sabemos que es muy difícil para vos toda esta situación que estamos

pasando, pero realmente ¿queremos saber cómo estás, cómo te sentís?- preguntó Julieta sin rodeos, Juliana le pasó el vaso de whisky y el la miro serio, - es para que te relajes, nada más dijo Juliana.

-No, no  ustedes me quieren emborrachar y hacerme dormir para irse de joda con esos dos que trajeron.- dijo - Alejandro para tratar de evitar la situación que se venía. Todos soltaron una carcajada, sabían que a pesar de su aspecto duro él estaba bromeando.

-jaja dale papi enserio necesitamos hablar de esto que nos está pasando y hoy nos dimos cuenta de algo muy valiosos y es que no queremos perderte como nos paso con mamá, sabemos que va a llegar el día en que te vas a ir pero, sabes de que medí cuenta que a pesar de que uno pregunta a diario como estas?, como fue tu día? En realidad uno no le presta demasiada atención al otro y solo lo hace por cortesía y la verdad no esta bueno. Somos una familia, hoy media rota pegando nuestros pedacitos, pero no queremos que nos pase contigo lo que nos paso con mamá, que a pesar que estábamos con ella todo el tiempo… ella se sentía sola.- Dijo Julieta arrodillada a los pies de superé y viendo con sus ojos se llenaban de lágrimas y trataba de tragar ese nudo que tenía en su garganta pero no pasaba.