Maria una chica Argentina, fue a una fiesta para distraerse un rato. Cuando fue a buscar algo para tomar, un hombre se acerca, le echa droga a su bebida y se la lleva. Después de dos días se entera que está casada con un hombre que no conoce.
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CAPÍTULO 19
En el cuarto de María
*En llamada*
—Asi es señor, cómo escuchó, tenemos una oportunidad para atrapar a Javier Robert— Dije
—¡Bien!— Expreso el presidente con entusiasmo. —Por fin una buena noticia en medio de todo este caos, pásame la dirección
—Le acabo de pasar la dirección exacta señor
—Bien, ¿Ya tienen algo planeado?
—Tenemos planeado entrar en tres equipos
—Te escucho— Dice el presidente
—El primer grupo entraría conmigo, cuando estemos con Javier, es obvio que nos van a desarmar, y cuando hagan eso, yo y el primer grupo estaríamos en manos de Javier por un rato. Vamos a intentar entablar una conversación con él, y en cuanto lo logremos, él y su gente tendrían la guardia baja, y cuando eso pase, el grupo 2 entraría.
Intentaríamos detener a Javier, y en caso de que algo salga mal, entraría el grupo 3, que estaría conformado por agentes de la DEA y la CIA
—Entiendo, es este momento voy a dar la orden para los de la CIA y los de la DEA se preparen y lleven el armamento necesario para la casa en la cual se estan quedando.
—Muchas gracias señor, también voy a necesitar que con uno de los agentes me mande unos cuántos micrófonos
—En este momento están saliendo para allá.
Los micrófonos te los voy a mandar con el agente Castillo
—¿Castillo?— Pregunté
—Sí, castillo, ¿por qué?— Pregunté el presidente
—Es que, después del último optativo que realizó, pensé que estaba en el hospital— Dije
—Asi es, en el último operativo, el agente Castillo desafortunadamente sufrió heridas, pero hace unos días salió del hospital y se reincorporo con los de la DEA
—Pero, ¿se mejoro?, si no esta bien, podría ser peligroso
—No te preocupes, le hicimos pruebas, se encuentra totalmente bien en buena forma, y esta dispuesto a volver a trabajar, y que mejor que empiece con esto.
Maria, tu más que nadie, sabes que Castillo es un muy buen agente, es excepcional, el podría ser de mucha ayuda
—Lo se señor, eso no lo voy a negar, pero no quiero que su vida corra peligro nuevamente. Pero si usted dice que él ya se encuentra mejor, que está en condiciones de volver a trabajar, entonces para mí sería de gran ayuda que esté con nosotros en este momento
—Te aseguro que el está en condiciones.
Bien, voy a dejar que se preparen tengan mucho cuidado, actúen con cautela.
—Tranquilo señor, nosotros vamos a estar bien
—Bien, ¿hay algo más en lo que te pueda ayudar?— Pregunto el presidente
—Sí, de hecho si— Dije
—Dime— Dice el presidente
—Necesito que se esconda en el búnker de seguridad, al menos hasta que todo esto pase, no queremos correr riesgos
—Por eso no te preocupes, voy a estar en el búnker, si eso te da tranquilidad. Pero quiero estar enterado de todo
—Claro que si señor, lo mantendremos informado, de todos modos usted va a poder escuchar todo lo que hablemos con Javier Robert a través de los micrófonos
—Esta bien, te dejo, tengo una reunión, y después de la misma, me iré al búnker— Dice el presidente
—Nos vemos señor
—Suerte sargento— Dice el presidente
—Gracias, señor, igualmente— Dije
*Fin de la llamada*
—Asi que van a ir a un operativo— Dice Alex
—Asi es, y nadie puede salir de esta casa mientras nosotros no estemos— Dije
—Entiendo, y tú crees que yo voy a dejar que mi esposa vaya y muera
—Ni que te estuviera pidiendo permiso— Dije —Este es un operativo muy importante, tanto para mí, cómo para mí nación
—Puedes morir en ese operativo— Dice Alex
—Quizás si, quizás no, no se sabe, pero los que si se, es que voy a atrapar a Javier Robert, cueste lo que cueste. Además, ni que este fuera mi primer operativo, para morir nacimos, o que, ¿piensas que vamos a vivir por toda la vida?— Dije
—No, claro que no, se perfectamente que algún día vamos a morir, pero no tan pronto, aún no recuerdo bien quien eres, no sé si realmente eres mi esposa, pero no quiero que mueras— Dice Alex sonando serio
(Que memoria la mía, cierto que no recuerda nada, me avía olvidado de eso) —Esta bien, te entiendo, se que no me recuerdas, que no recuerdas absolutamente nada sobre mí, o sobre mi familia, se que esto es muy confuso, pero te acostumbraras— Dije para luego voltear a mirar a otro lado
—Quizas me acostumbre, pero quiero saber quién eres— Dice Alex agarrando a Maria de los brazos haciendo que queden cara a cara
—Esta bien, está bien, te voy a explicar todo, te voy a decir la verdad, pero después del operativo, te lo prometo— Dije mirándolo a los ojos y luego hice que me soltara
Cuando volviera del operativo le iba a contar toda la verdad, ya era suficiente de este juego, el tenía que saber la verdad, y si me quiere demandar, que lo haga, pero al menos lo va a hacer sabiendo la verdad, y mí consciencia estará tranquila.
Pero hasta eso, yo me tenía que alistar, tenía que explicarle a mi gente el plan para luego irnos.
Los de la CIA y los de la DEA ya debían de estar llegando, a no ser que ya estén aquí.
Después de un rato
En la sala
—¿Ya están listas?— Les pregunté a las chicas
—Lista— Dice Sarita
—Lista— Dice Jimena
—Lista— Dice Livia
—Yo también estoy listo— Dice Juan
—Muy bien— Dije
—¿Como te encuentras Alex?— Pregunto Juan
—Bien, espero que les vaya muy bien en el operativo
—Nosotros también— Dice Jimena
—Señores buenas tardes— Dice alguien detrás de María
—Esa voz yo la conozco— Dije para luego darme vuelta
—Sargento Maria Reyes, que bueno es verla de nuevo
—Digo lo mismo, agente Luis Castillo
—Por que tan sería, ven a darme un abrazo
Luis y yo nos abrazamos, fue un abrazo muy largo.
Luis y yo nos conocíamos desde hace mucho años, desde que empezamos a trabajar para nuestra nación. Entramos casi al mismo tiempo, empezamos a entrenar y a compartir mucho tiempo juntos, fuimos y somos muy buenos amigos.
Después de que nuestro entrenamiento terminará, a Luis lo escogieron para trabajar en la DEA, y a mí me asignaron el cargo de sargento. Él se fue de viaje y yo también, desde ese entonces no nos aviamos vuelto a ver, hasta ahora.
—Paso tanto tiempo, ¿cómo estás?— Le pregunta Luis a Maria
—Demasiados años, yo estoy bien ¿y vos?— Le pregunté
—Bien, ya estoy completamente recuperado— Dice Luis con una sonrisa
—Me alegro, cuando me enteré de lo que te avía pasado en ese operativo, quería ir a verte, pero no pude, me vi envuelta en muchos problemas
—Lo se, me enteré de lo que está pasando, no sabes la impotencia que senti al saber que te habían disparado, casi no la libras pendeja. Que te dije yo cuando me fui, que te cuidarás— Dijo agarrando a Maria de la oreja para luego soltarla
—Si, si, lo sé, pero que querías, en este trabajo se sufre— Dije sobandome la oreja. —Pero agradece que la libre, al menos estoy aquí, viva y con ganas de matar a Javier Robert
—No sabes las ganas que le tengo a ese hijo de p*ta, mato a mucha de mi gente
—Lo vamos a matar, la sangre de tu gente y de la mía, no habrá sido derramada en vano
—Toma, estos son los micrófonos que encargaste. No dijiste cuántos, así que te trajimos una gran cantidad— Dice Luis abriendo un maletín lleno de micrófonos
—Y créeme, van a tener un muy buen uso
—El presidente ya me contó tu plan. La DEA y la CIA también ya están al tanto del plan, y estamos a tu disposición
—Perfecto, Josué— Llame a Josué
—Dígame señorita
—Agrupa a nuestra gente
—Entendido
En cuanto la gente se agrupó, Luis y yo les empezamos a contar el plan, les explicamos todo cuidadosamente, para que no hubiera errores.
—Muy bien muchachos, se va a armar una guerra muy grande, quizás no muchos regresen, pero quiero que sepan, que no habrán dado su vida en vano, la habrán dado por el bien de su nación, de su pais— Dijo Luis
—Muy bien, Josué les va a poner los micrófonos y les va a entregar los auriculares, por el cual ustedes nos van a poder escuchar, por el cual nos vamos a comunicar, por favor, es necesario que nos mantengamos en comunicación— Dije
Toda la gente se retiró, la DEA y la CIA ya tenían los micrófonos puestos en la ropa, y los auriculares encendidos.
—¿Estas lista Maria?— Pregunta Luis
—Completamente, estuve esperando este momento durante mucho tiempo
—Hoy lo matamos, no hay manera de que se escape— Dice Juan
—Estamos yendo con un ejército enorme, no va a poder escapar— Dice Jimena
—Bien, vayan a las camionetas, salimos en 5— Dije
—Ya escucharon a la sargento, a las camionetas
—Nadie pueden salir de esta casa, al menos no hasta que nosotros regresemos— Le dije a uno de los hombres de seguridad
—Entendido— Respondió el de seguridad
Estaba a punto de irme, pero Alex me agarró de la mano...
—Cuídate, por favor— Dijo Alex agarrando las manos de María
—No te preocupes, estuve en varios operativos antes, y como ves, sigo aquí— Dije con una sonrisa
—Y eso tiene que continuar así, necesito que vuelvas con vida
—Voy a estar bien, tranquilo, además, tengo que volver si o si, por qué te tengo que contar toda la verdad
—Solo, cuídate
—Esta bien, está bien
—Prometeme que te vas a cuidar— Dice Alex mirando a los ojos a Maria
—Sí, sí, lo prometo, bueno me tengo que ir, nos vemos en la noche o mañana, ya veremos, nos vemos— Dije para luego darme vuelta e irme, pero Alex me detuvo y luego me abrazo
—Nos vemos, suerte— Dice Alex abrazando a Maria
—Gracias, la vamos a necesitar— Dije mientras le correspondía al abrazo
—Maria, es hora de irnos— Dice Juan entrando a la sala
—Nos vemos— Dije soltando a Alex, para luego irme con Juan
—Estabas abra...— Dice Juan
—Sin comentarios, vámonos— Dije mientras caminaba sería
—Bien, que genio qué cargas che— Dice juan
—¿Todos listos?— Pregunté casi gritando para que todo me escucharán
—Listos!!!— Grita toda la gente junta
—Muy bien muchachos, es hora de irnos— Dice Luis
Nos subimos a las camionetas y nos fuimos camino a la dirección que Javier le dio a mis hermanas.
¿Que si estaba nerviosa? Sí, estaba nerviosa, pero está era mí oportunidad para capturar a este hijo de p*ta de una vez por todas, y cueste lo que cueste lo voy a lograr, no importa que. El ya no va a volver a lastimar a nadie, nunca más,