Valentina, una chica a la cual una tragedia le cambio la vida, Javier un chico sin límites.
Acompáñenme a ver como la vida, los enreda en una situación en donde el uno será la salvación del otro.
Quedando físicamente afectada por un accidente que le cobró la vida de dos personas que tanto amaba, por años ha intentado junto con su padre el poder curar su condición; no obstante, cuando este recibe la noticia de que su salud se está deteriorando, decide finalmente que su hija vuelva a casa e intente hacer una vida normal.
Aunque su relación con este sea buena, a sus espaldas deberá sobrevivir al menos precio de su hermanastra y al trato hipócrita de su madrastra.
Pero jamás pensó que la vida le tuviera preparada otra sorpresa, ¿Podrá ella alcanzar la felicidad pese a su estado?
NovelToon tiene autorización de Sula beltran para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Lección.
Momentos antes.
Javier se dejó llevar por la chica, esta no perdió tiempo y al ingresar a los vestidores despojo a Javier de su vestimenta que no era más que un pantalón de baño.
_ Estás segura, alguien podría vernos.- le dijo Javier con la respiración acelerada.
_ No te preocupes, son pocas las personas que vienen aquí.- dijo ella al tiempo que se agachaba para darle placer a Javier con su boca.
Los jadeos de Javier podían ser escuchados en cada rincón del lugar, los movimientos que Karen hacía con su boca eran rápidos, llevando a Javier a su punto máximo.
…
Javier.
Karen me hacía maravilla con su boca, me estaba haciendo sentir muy bien, a tal punto que me hizo olvidar el lugar en el que nos encontrábamos, estaba demasiado excitado, deseaba entrar en ella de manera rápida, así que la levante y las despoje de su bikini, estaba a punto de entrar en ella cuando una voz nos hizo volver a la realidad.
_ Por favor, podrían cubrirse en lo que yo salgo.- dijo la voz.
Sentí mi rostro teñirse de rojo, la verdad era que sentía vergüenza, por lo que no respondí nada y Karen tampoco lo hizo.
_ Tomaré su silencio como un sí.- se volvió a escuchar.
Los dos nos movimos hacia un lado detrás de unos casilleros, los dos estábamos desnudos, así que no era buena idea quedarnos cerca de la entrada. Solo dos minutos pasaron cuando escuchamos la puerta cerrarse.
_ Es mejor que nos vistamos.- dijo Karen y yo asentí.
Salimos de donde nos habíamos escondido para vestirnos, pero para nuestra sorpresa no estaba nuestra ropa.
_ Y ahora que hacemos.- dijo ella con preocupación.
Yo tengo mi ropa en uno de los casilleros.- le dije, pero para mi mala suerte las llaves están en el bolsillo de mi pantalón de baño. Maldita sea.
Me sentía enojado, pues ahora estaba desnudo en ese lugar, solo le pedía al cielo que nadie más viniera, porque donde mi padre se enterara estaría muerto.
_ Que ocurre.- me pregunto ella.
_ Mis llaves estaban en mi ropa.- le conté.
_ No importan, intentemos abrirlo.- sugirió ella.
Fuimos a ver si podíamos abrirlo, pero la verdad era imposible, pues la seguridad en ese lugar era bueno, empecé a darle golpe, pero nada que lograba abrirlo, y lo peor de todo era que dentro de este también estaba mi teléfono, el cual podía escuchar sonar.
…
Los minutos pasaban y Javier seguía intentando abrir el casillero, pero sin tener suerte, mientras sus dos hermanos lo buscaban por todos lados.
_ Donde estará ese idiota.- dijo Jaime con molestia.
_ Debe estar con esa chica, así que no lo molestemos.- dijo Dante.
_ Solo espero que no se meta en problemas.
Jaime y Dante caminaron rumbo al restaurante, pues ya era hora del almuerzo, al llegar se encontraron con Valentina y su familia.
_ Qué gusto verlo, señor Fernando.- saludo Dante.
_ Hola muchachos, lo mismo digo.- contesto Frenando.
_ Buenas tardes.- dijo Jaime.
_ Buenas tardes.- saludaron las damas.
_ Por favor, tomen asiento, acompáñenos a almorzar.- dijo Sara con una sonrisa coqueta en su rostro.
_ No quisiéramos incomodar.- dijo Jaime.
_ Nada de eso, por favor, pónganse cómodos.- dijo Fernando.
Jaime y Dante se sentaron en la mesa con ellos y pidieron comida para ellos.
_ Si se han divertido hoy.- pregunto Carmina.
_ La verdad es que sí, es bueno olvidarse de vez en cuando de los asuntos de la empresa.- contesto.-Dante.
_ Eso es bueno, pero díganme Javier no vino con ustedes.- preguntó Fernando.
Al escuchar la pregunta de su padre, Valentina se atragantó con la comida y empezó a toser.
_ Estás bien hija.- le pregunto Fernando con preocupación.
_ Lo estoy, pido disculpa, iré un momento al baño.- Valentina se alejó con rumbo al baño.
Jaime, al ver la reacción de Valentina, sospecho que ella sabía algo, por lo que no dudo en ir tras ella.
_ Yo también iré al baño, me disculpo.- dijo Jaime.
_ Ve tranquilo.- le dijo Carmina.
Jaime se dirigió al baño, pero ya Valentina había ingresado, por lo que espero que esta saliera.
_ Señorita Carvajal, la estaba esperando.- le dijo Jaime al verla salir del baño.
_ Señor Evans, en que le puedo ayudar.- dijo Valentina de manera tranquila.
_ Podría regalarme cinco minutos de su tiempo.- le pido él.
_ Claro.- dijo esta.
Valentina y Jaime salieron del restaurante sin ser visto.
_ Creo que aquí podemos hablar con tranquilidad.- dijo Jaime.
_ Eso parece, pero dígame, que quería hablar conmigo.
_ Más que hablar era preguntarle, si usted sabe algo de mi hermano.- le dijo Jaime.
El solo recordar lo que había pasado, hacía que Valentina no pudiera contener la risa.
_ De su hermano, no se nada, por qué pregunta.- contestó Valentina tratando de contener la risa.
_ Señorita Carvajal, sé que si lo sabe.- la curiosidad en Jaime aumentaba.
No sé qué le hace pensar que yo sé algo de él.- el rostro de valentina se tornó serio. A Javier no lo he visto desde el día de ayer.
_ Lo siento, no quería incomodarle, es solo que no sabemos nada de él, así que pensé que quizás usted lo haya visto.- dijo un poco apenado Jaime.
Valentina se quedó en silencio, no sabía si debía decirle o no la verdad, pero al ver que Jaime estaba preocupado decidió decirle la verdad.
_ Él está en los vestidores del área del las piscinas.- dijo
_ ¿En los vestidores? - pregunto Jaime.
_ Sí, digamos que tuvo la mala suerte de tropezarse conmigo.- dijo ella despreocupada.
_ No hizo nada raro, verdad.- indago, Jaime.
_ Si a raro se refiere, a que tuvo relaciones sexuales en los vestidores.- le respondo ella.
_ ¿Qué?- dijo Jaime en un grito.
No es para tanto, solo debes ir y sacarlo de ese lugar.- dijo Valentina con tranquilidad. A y llévele ropa.
Valentina se alejó dejando a Jaime, pero una vez que estuvo lo suficiente mente lejos, soltó la risa e ingreso al restaurante. En cuanto a Jaime, este corrió a la recepción y pidió ropa para su hermano y para la chica, luego se dirigió a los vestidores.