El Juego Del Destino

Las dos subieron a la planta alta de la empresa, salieron del elevador y cada una se fue a lados opuestos, cada una a la oficina de un jefe...

Carolina si fue a ver los detalles del evento mientras que Elena tomó aire y toco...

Leonardo: adelante

Elena abrió la puerta y él al ver que era ella se puso de pie de inmediato y la encontró, cerró la puerta y la llevo a que se sentará en una silla del escritorio, después él se fue a la silla de él

Elena: ¿me necesitaba?

Leonardo: sí, Espero que tu amiga no se haya tomado a pecho lo de la mañana

Elena: ah no, para nada

Leonardo: te vi llorando ¿está todo bien?

Elena: si todo está bien

Leonardo se levanto y se sentó a un lado de ella...

Leonardo: Elena, ahorita me dijiste que porque lo de la rosa, en realidad ni yo sé por qué, no sé por qué hago esto, solo sé que jamás me había sentido así, espero que no te incomode que sea tan directo y yo sé que eres una mujer casada, no espero nada de ti, no sé cómo sea tu vida de matrimonio, tal vez amas a tu esposo y jamás tendría una posibilidad contigo, pero desde la fiesta quede encantado por ti, hace muchísimo que no tengo una relación, no soy un hombre que juegue con mujeres y eso cualquiera te lo puede decir, creo en el amor y estoy seguro de que me enamoré a primera vista de ti y créeme que cualquier posibilidad u oportunidad que tuviera la aprovecharía (le puso un mechón de cabello detrás de la oreja, Elena estaba temblando, no sabía ni que responder)

Elena: yo...

Leonardo: y créeme que no pienso acostarte, pero quiero que sepas por mi lo que pasa, no quería que pensaras en que te quiero faltar al respeto, solo quiero ser claro

Elena: Jamás pensaría eso

Elena no sabía por qué, pero no le tenía miedo como hombre, ella pensaba que iba a tener miedo que algún otro hombre se le acercara y sin saber que decía ella respondía lo que sentía

Leonardo: ¿estás enamorada de tu esposo?

Elena no podía decirle la verdad y tenía que volver a su realidad

Elena: lo siento Leonardo, estoy embarazada...

Él agachó su mirada

Leonardo: perdóname Elena, jamás debí decirte nada, no quiero que se te haga incómodo el trabajo por mí

Elena: no, tranquilo no pasará eso, creo que tú y yo no tenemos posibilidad alguna

Leonardo: no sabes como me puede que sea así, pues nada, deseo que tu bebé venga con bien, sé ve que serás una gran mamá y te prometo que esto no influirá en tu trabajo

Elena: Gracias Leonardo, me tengo que lr, Carolina debé de estar esperándome para revisar lo del evento

Leonardo: muy bien, cuídate mucho

Elena salió de la oficina y se fue con su amiga mientras que Leonardo se reprochaba por haberle dicho eso, pero en que cabeza cabía decir eso, apenas de habían conocido, además ella estaba casada