Micaela es una mujer de la vida moderna, ha heredado el legado de su padre, siendo una peligrosa mafiosa, pero algo sale mal y pierde la vida, reencarnando en Sol D’Angelo, la hija de un duque, villana de la novela la cual leyó en su juventud, pero al tener los recuerdos de Sol, se da cuenta de que nada es lo que parece y ella jamás fue una mala persona, solo fue víctima de aquella que hermanastra que fue considerada la protagonista, aunque ahora, cuando la historia inicie, ella le demostrará a todos, lo que es ser una verdadera villana y buscará vengarse de aquellos que la hicieron sufrir.
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19
Príncipe Fernando.
Hoy es el día que conoceré a mi futura prometida. He investigado hacerca de ella pero nadie me da referencia, al parecer nadie la conoce. Lo más probable es que es una mujer horrible, tanto que se oculta en su casa.
Solo espero y no me cueste mucho enamorarla, una vez casado, abriré mi harén y meteré a todas las mujeres hermosas qué pueda.
En estos dias, mi padre no perdió un solo día en recordarme lo que debía hacer. tanto, que hasta comencé a huirle, me traía cansado con el mismo tema.
Yo sé lo que me conviene, sé que este matrimonio me garantiza el puesto de príncipe heredero a la vez que aumenta nuestro poder militar.
[Fernando estaba sumergido en sus pensamientos y en saludar a uno que otro duque, al igual que coquetear con una qué otra señorita qué se le insinuaban, aun así, el coqueteo de parte de él era sutil. No quería que su futura prometida se diera cuenta.]
De pronto, el anunciador comenzó a hablar y dejé de escuchar.
La señorita qué venía con el duque, es la mujer más hermosa que mis ojos hayan visto, ese vestido resaltaba su cuerpo, sus largas piernas y sus pechos, esos se veían del tamaño justo como a mí me gustan.
A un lado de mí, había una mujer que no paraba de hablarme y pedirme no se que, en estos momento mis ojos estaban clavados en una sola persona. Solo esperaba que ella fuera la hija del duque y no su hijastra.
Mis piernas se movieron por inercia, hasta llegar al pie de la escalera, quería darle la mano a aquella chica y que me concederá el primer baile.
Solo espero y el duque me lo permita.
Duque Sebastián
Maldicion, olvide por completo lo del dichoso compromiso, con tantos problemas qué esas dos mujeres me han ocasionado.
Ahí está el bastardo, parado como un maniquí, justo al pie de las escaleras. Que ni piense qué le daré así de fácil a mi hija.
Sebastián: Sol, cariño, mantente alejada del príncipe, olvide decirte algo, pero aquí no es el lugar ni el momento, solo hazme caso, sí _ le dije solo para que ella me escuchara
Sol: Tranquilo padre, no tengo pensado comprometerme, creo que me merezco algo mejor, solo déjame divertir y respáldame si me meto en problemas _ respondió con una sonrisa
Sebastián: lo aré mi niña, de eso no tengas duda, confío en ti.
Al llegar al último escalón, el muy maldito le extendió La mano, sol no lo podía rechazar, menos delante de todas esas personas.
mire a la cara a mi hija, como pidiendo su autorización o no, su sonrisa me conforto, en ella hay una pizca de malicia y eso me agrada.
Sol toma su mano y se va a bailar, pero no paso mucho cuando fui jalado al centro de La pista.
Pero que mierda _ dije molesto
Era Sandra, también Era su primer baile y no tenía pareja, bueno, aprovecharé a estar cerca y no dejar a ese degenerado propasarse con mi niña.
Sol
Había pensado hacer muchas cosas el día de hoy, pero, necesito quitarme totalmente de encima a este estúpido príncipe y que mejor que con que la trama de la novela siga. Quiero estar libre para la llegada de mi albino.
Además, también quiero que las brujas muevan sus cartas, no las puedo dejar quietas porque de ese modo no puedo mover mis fichas sin verme tan evidente.
Fernando: que hermosa se ve señorita ...
Sol: (hmm el no sabe quien soy o se está haciendo pendejo)
Sol D'ángelo y tú, bueno, sé que eres el príncipe heredero por tu corona, pero no se como te llamas
Fernando: (todos saben quien soy, es difícil creer que esta chica no sepa mi nombre) Fernando Ruiz, primer príncipe.
Sol: mucho gusto príncipe
Fernando: claro que no, madam, el gusto es totalmente mío
(Después de eso no supe que más decir, aunque no quería, era inevitable no mirar esos delgados y finos labios y ese escote en donde se pueden apreciar bastante bien el tamaño de sus pechos.
Sol: mi cara está acá _ risita _ ese idiota es un pervertido, no me será difícil hacerlo caer.
Fernando: perdón, es que no puede evitarlo, usted se ve tan hermosa y sus labios...
Sebastián: _carraspeo_ príncipe, me permite bailar con mi hija
Fernando: (El maldito duque interrumpió mi baile y platica. Lo peor fue que me entrego a su otra hija. También es muy bonita, pero sol, sin duda, lo es más. además, ese vestido que está usando, sé le ve divino.
El baile terminó y con esto el duque se alejó con sol, dejando al príncipe con su hijastra.
Fernando: _ maldición _ disculpé señorita, mi padre me solicita
Fernando intentó zafarse de Sandra, pero no podía ser descortés, puesto que aunque no fuese la hija del duque, sí estaba respaldada por el.
Sandra en vez de soltarlo, más se aferro a él, cosa que le resultó molesto al príncipe, no quería que su prometida mal interpretará está situación.
Sandra: puedo acompañarte, mis padres me an dejado sola _ ojitos
Fernando: (mi padre me ayudará a quitármela de encima, a él no le conviene que esta mujer se me pege como garrapata) está bien señorita.
Ellos caminaron rumbo a donde estaba el rey, muchas al ver esto, comenzaron a especular de que tal vez a el príncipe quien en verdad le había gustado era la señorita Sandra, puesto que la llevaba hasta donde su padre estaba.
Sebastián: sol, te dije que te alejaras del príncipe, no qué le coquetearas
Sol: _ respira _ tranquilo padre, no quiero un compromiso con el, pero si me alejó, el insistirá y me será difícil quitármelo de encima
Sebastián: claro que no será difícil, simplemente tengo que matarlo.
Sol: _sonrie_ no padre, el es un príncipe y eso nos ocasionaría problemas con el emperador, lo tomarían como una traición
Sebastián: debería usurpar el imperio, mejor, no crees
Sol: jajaja, no padre, yo se lo que are, vi que las brujas lo quieren y si ven que yo lo tengo, querrán quitármelo, entonces...
Sebastián: jajaja ya entendí mi niña, tres pájaros de un solo tiro
Sol: así es... ¿qué? ¿cómo sabes ese dichos?
Sebastián: ??? no se, solo aparecen en mi cabeza
Sol: está bien padre, pero prometeme que si más cosas raras aparecen en tu cabeza, me lo harás saber, yo también padezco de lo mismo
[Sol sospechaba algo, quería que su padre le tuviera confianza, solo esperaba que sus sospechas fueran correctas, de ser así, no le sorprendía su comportamiento y sin duda, estaría más que feliz por ese hecho, aunque no quería hacerse ilusiones antes de tiempo]