Roxanne Salvatore cayó en una trampa y termino perdiendolo todo, lo único que le quedaba eran sus amados hijos a quien intenta proteger de su padre, Valentino Russo, el causante de toda su desgracia.
¿Será capaz Roxanne proteger a sus hijos de la maldad del mundo? ¿Podrá evitar los encuentros con su ex esposo Valentino? ¿Será capaz el amor revivir después de tantas mentiras?
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Víboras
Roxanne por unos instantes quedó hipnotizada por la mirada de Valentino, fue shockeante volverlo a ver después de tanto tiempo, después de todo lo que pasó, solamente volvió en sí solamente cuando se cruzó con la mirada de Gina de Rosas que estaba tomada del brazo de Valentino y la miraba con un rostro malicioso de victoria, fue entonces cuando la rabia, la impotencia y el odio que sentía regresó a ella, enterrando nuevamente esos sentimientos de amor en lo más profundo y les esquivó la mirada en señal que no le importaba, se mantuvo serena aunque por dentro se moría de la rabia al ver a quienes arruinaron su vida, reputación y credibilidad. Necesitaba un descanso antes de seguir con el papel.
– Fran – llamó con una voz dulce al hombre que estaba a su lado observando el espectáculo de los Russo– Necesito ir al baño a retocar me un segundo, enseguida vuelvo – decía con una sonrisa falsa.
– Adelante– antes de que Roxanne avanzará muchos pasos le preguntó – Oye.. ¿Estás bien?. – Ella lo miró por unos segundos y se dio la vuelta sin contestar.
–Si lo estoy –Le dijo de espaldas.
Roxanne camino hasta el baño, se encerró en uno de los cubículos y dio un gran suspiro para soltar las emociones tan pesadas que estaba cargando, quería llorar de la frustración y rabia pero se aguanto, se tomó su tiempo para procesar lo que vio, estaba tan disgustada por haber visto a esos infieles. No iba a dejar que ese hombre la pusiera mal de nuevo, no iba dejarse escupir por esas basuras. Determinada a cumplir con su trabajo regresó a la fiesta en su papel de la novia enamorada, con una sonrisa encantadora volvió al lado de Francisco.
–Roxy, ten mucho cuidado con cómo reaccionas, todos están muy pendientes de nosotros ahora– Susurro por lo bajo.
– Si, lo suponía, les encanta el drama ajeno van a parar la oreja muy cerca de nosotros– susurraba mientras miraba como los demás invitados iban y venían con sus miradas entre ella y Valentino.
– Está fiesta está siendo todo un éxito contigo aquí– hablo con sarcasmo – Puede que quieran ponerte de los pelos con sus comentarios, te daré mí apoyo así que mantén la calma.
–No te preocupes sé cómo liderar con esta gente – Susurro Roxana con seguridad.
Roxanne al igual que Francisco nació en una cuna de oro, sabía muy bien cómo manejarse en estos eventos sociales y como era la gente del medio, la mayoría no era confrontativa, siempre iba por la espalda lo que la molestaba mucho y la única arma que tenía era mantener siempre la cabeza en alto.
La fiesta continuó sin problemas, los invitados bebían y se divertían, Francisco seguía creando nuevos puentes para su negocio y Roxanne solo se quedaba como un maniquí a su lado, entonces una voz familiar rompió su concentración.
– ¡Wow! Ese collar es precioso – Decía la voz de una mujer.
Al escuchar su voz de nuevo giró la cabeza involuntariamente y se encontró con un grupo de mujeres hablando entre ellas, en centro se encontraba Gina, Roxanne reconoció a cada una ellas, solían ser sus amigas, con las que tenía reuniones una vez a la semana para charlar, la voz que escuchó era de Lucía Talio, su ex mejor amiga, a quien conocía desde la secundaria y la apoyó para seguir sus sueños en el modelaje pero fue de las primeras personas en darle la espalda después de su divorcio. Se sentía avergonzada de verlas, porque recordó que no fue capaz de darse cuenta que eran unas arpías interesadas en su momento, Roxanne volvió a mirar a Gina y se dio cuenta que traía un collar de rubíes, el cual reconoció de inmediato.
– Es un collar único, me lo regaló Valentino para nuestro aniversario, preparo velas y una cena romántica para los dos y me sorprendió con él.– decía Gina con una voz dulce. – Fue tan romántico.
– ¡Qué dulce! Tienes tanta suerte Gina, él es un hombre maravilloso – Decía Clara mientras admiraba la pieza en su cuello.
– ¡Qué envidia! – Exclamó Mariana.
– ¡Qué maravilla! – Decía Andrea.
Roxanne quedó boquiabierta al verla usar un collar que Valentino le obsequio en su cumpleaños número 30 años, eran tan especial para ella que solo lo usaba para eventos importantes, cuando fue expulsada de la mansión de los Russo no le permitieron llevarse ninguna joya por lo que todas quedaron guardadas en su sitio, al darse cuenta que se las dio a su amante, Roxanne se le revolvió el estómago del asco al ver lo canalla que era Valentino.
– Yo creo que el afortunado aquí es el señor Valentino, ahora tiene una mujer buena que lo valora y no una trepadora como esposa– Decía Lucia con odio mientras miraba la espalda de Roxanne.
Gina se rio del comentario y cambio de tema a su vida de feliz de pareja, mientras que Roxanne se tragó todo el odio que sentía y se esforzaba por dentro para no darse la vuelta y arrojarle el vino en la cara, dio todo de sí para mantener una buena cara ante los demás, pero los comentarios hirientes no se detuvieron en ese lugar, algunos cercanos a Valentino solían lanzar comentarios maliciosos cerca de ella, pero jamás de frente.
Aún así Roxanne se comportó a la altura de una fiesta de clase, jamás se enfrentó a nadie, sería muy mal visto empezar una discusión que solo llamaría más la atención.
El tiempo de bailes había llegado, el tono cambió a una más lenta y romántica para atraer a las parejas a un encuentro en la pista, Roxanne aceptó la petición de Francisco fingiendo complacencia y felicidad, lo tomó del brazo y juntos fueron hasta el centro de la pista, el tomo su cintura y la trajo hasta el, ella se sostuvo de su hombro e incómodamente sonrió con sus acciones, al ritmo de la música romántica bailaron cómo una pareja enamorada, todos los ojos de la fiesta estaban puestos en aquella pareja tan hermosa pero extraña, algunas miradas estaban cargadas con desaprobación y rechazo.
–Supongo que el señor Moretti es realmente un hombre ingenuo– decía Lucia mientras miraba con celos a Roxanne – Es un hombre muy atractivo.
– No te creas, esa cara bonita solo juega con las mujeres, no van a durar mucho– dijo Gina mientras tomaba una copa de vino.
–No lo sé, se los ve muy unidos– preocupada miraba a la pareja.
Gina no tenía ganas de ser su consejera por lo que se mantuvo silencio y corrió la mirada con disgusto hacia otra parte, sin querer se encontró a lo lejos a Valentino, apartado de la muchedumbre mirando a un dirección, Gina de inmediato buscó que miraba para darse cuenta que estaba observando a Roxanne, un malestar se hizo presente en ella provocada por los celos que le causaba, dejó de lado todo lo que estaba haciendo para ir a estar con Valentino.
– ¿Querido, bailamos? – le dijo con una sonrisa cariñosa que ocultaba su rabia.
–No. – hablo sin ninguna expresión en el rostro y de forma fría, estaba apunto de irse cuando ella lo tomó del brazo.
–Querido, somos el centro de atención esta noche tenemos que ser vistos aunque…-
–Vine a saludar a un viejo amigo, no hacer un espectáculo.- decía mientras se soltaba del brazo y se marchaba hacia su mesa.
Gina quedó plantada en el mismo sitio mientras se tragaba su rabia, estaba harta de ser rechazada todo el tiempo.
nadie es tu culpa por no confiar en ella todos ustedes la orllaron a hacer eso